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EL LIBRO DE IMÁGENES

LOS ANTECEDENTES

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Después de rodar anécdotas como un segmento para la recomendable Ponts of Sarajevo o el corto Khan Khanne, la deriva artística (por decir algo) de Jean-Luc Godard sorprendió a no pocos con su Adiós al lenguaje, un filme casi mudo contado desde la perspectiva de un perro (?). El respeto y la veneración ganadas a pulso durante los sesenta y los setenta por el genio francés de la Nouvelle Vague dieron paso en décadas más recientes a la incomprensión o, directamente al desprecio. Con el premio especial de la pasada edición del Festival de Cannes bajo el brazo, vuelve el ya-no-tan-enfant terrible y lo hace con El libro de imágenes. A sus 88 años de edad y después de un biopic que no le dejaba precisamente en muy buen lugar, la nueva película del poeta visual maldito es eso, lírica: «Nada salvo silencio. Nada salvo imagen. Cinco historias como los cinco dedos de una mano». Vuelve Godard, quiera o no Carlos Boyero.

LA PELÍCULA

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Establecidas las bases del análisis fílmico por plumas más brillantes que quien les escribe, la comprensión de El libro de imágenes se complica según se digiere. La película, que se mueve entre el ensayo a modo de testamento y el video arte que podríamos encontrar en cualquier galería medianamente pretenciosa, no deja de ser la reflexión casuística de un ególatra. Los discursos que interrumpen la entrecortada narración son la obra de una mente que se cree osada y se sabe respetada. En suma, lo que siempre fue Godard cuando dejó de ir de la mano de Truffaut: ego, talento y pos-todismo equidistante y pendenciero.

Clasificable en el saco de las ofensas groseras que se quedan en intentona casposa, El libro de imágenes es valiente, es honrada y es, en definitiva, café para muy cafeteros. A pesar de que esto pueda a sonar a contradicción, la explicación hay que encontrarla en la mirada misma del director francés, sobre todo cuando reflexiona sobre el mundo árabe. Jean-Luc Godard, probablemente el único director del mundo que es consciente del engaño en el que se alzan sus pies de barro, elige sabiamente no reírse del espectador en favor de burlarse de sus expectativas. Su cine, aunque haya evolucionado desde lo prefabricado hasta lo experimental, es como abrir las ventanas de la habitación cerrada que son las vanguardias. Tanta gloria lleves como dejas, Jean Luc.

ELLOS Y ELLAS

Al no haber interpretaciones en la película, bien podemos dedicar este apartado al análisis sociológico del filme: cuando vayan al cine, fíjense en la reacción de los demás espectadores, es parte del proceso.

LA SORPRESA

Más allá de la película, que una distribuidora como Avalon se haya atrevido a darle un recorrido comercial en nuestro país.

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LA SECUENCIA / EL MOMENTO

Hay un momento, tremendamente lúcido, en el que Godard habla del mundo árabe y nuestra concepción occidental del mismo como una deriva a partir de nuestra propia idiosincrasia. Brillante.

TE GUSTARÁ SI…

Entiendes que no vas a ver una película comercial. Ni siquiera una película. Se trata del bosquejo de un pensamiento y un testamento fílmico.

LO MEJOR

  • Ciertas reflexiones cerca del final.
  • Su duración: 80 minutos.

LO PEOR

  • Las hondonadas petulantes del principio.
  • Ver cómo Jean-Luc Godard ha sido consumido por su propio personaje.

Matías G. Rebolledo


Crítica ‘Adiós al lenguaje’

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