LOS ANTECEDENTES

Oliver Hardy y Stan Laurel, conocidos en España como el Gordo y el Flaco, fueron un mítico dúo cómico que debutó en el cine mudo para hacer estallar las risas alrededor del mundo entero. Valiéndose del slapstick como base, su humor consistía principalmente en golpes y enredos físicos, y para realizar sus películas seguían un proceso que ellos mismos llamaron “ordeñar”. Sencillamente, cogían una idea simple y se esforzaban por enlazar varias situaciones o gags, cuantos más mejor. Están considerados uno de los mejores dúos de la historia del cine, y el cariño hacia sus películas es tan grande como el que se le tiene, por ejemplo, a Bud Spencer y Terrence Hill, pareja que fue claramente influenciada por Hardy y Laurel. Nos dieron mucho más de lo que se les devolvió, y para eso, para rendir cuenta, se estrena El gordo y el flaco.

LA PELÍCULA

Pocas personas son merecedoras de un biopic, pero Oliver y Stan no son solo personas. Vale, nos explicamos. El gordo y el flaco, tanto la película como los actores originales, son un retazo de tiempo. Una delicada pieza que inevitablemente nos transportan a un mundo que, aunque muchos no vivimos, nos infunde nostalgia y llena el cuerpo de alegría. El cine mudo ofreció la primera edad dorada de la comedia, regalando al mundo a la que fuera durante mucho tiempo la persona más conocida de la tierra. Charles Chaplin, brillante actor y uno de los mejores directores de la historia. Y junto a él había innumerables intérpretes y directores cuya forma de hacer comedia prácticamente se ha extinguido. Aunque nos queden fragmentos del slapstick, principalmente en los dibujos animados (no olvidemos la gran labor que hicieron los Looney Toones en el género), el humor blanco pero inteligente de los golpes se ha perdido.

Por eso nos duele especialmente que El gordo y el flaco refleje los últimos años de la pareja. La gira que hicieron por los teatros de Europa mientras intentaban conseguir financiación para hacer una película en un tiempo en que ya nadie quería apostar por ellos. Es, potencialmente, una película dolorosa. Por eso queremos aplaudir la labor de Jon S. Baird en la silla de director, que no solo consigue convertir el viaje en un dulce paseo, sino que lo hace con brillantez. Estamos ante una de las mejores películas del año, con grandes interpretaciones, un guión prácticamente redondo y una fuerte pasión por el cine y la comedia.

Y es que ante todo, El gordo y el flaco es divertida. Lo es de formas en que las películas ya no se permiten serlo. Es tan graciosa y tierna como los chistes que Laurel y Hardy hacían respecto a lo que estaba haciendo el otro cuando no estaba a su lado. Y ahora que ninguno de los dos está a nuestro lado, es un momento tan bueno como cualquier otro, para recordarles como se merecen.

ELLOS Y ELLAS

John C. Reilly (Holmes y Watson) y Steve Coogan han mimetizado a la perfección todas las manías faciales, corporales y expresivas de la pareja. Y además les ha quedado tiempo para desprender una absoluta química entre ellos, resultar emotivos, divertidos y, ante todo, sinceros. Sostienen la película sobre sus hombros y ofrecen dos de las mejores interpretaciones del año, ninguneadas sin ningún sentido por la academia.

También ofrecen dos actuaciones a la altura las responsables de interpretar a sus mujeres, una divertidísima Nina Arienda junto a la más contenida, pero igualmente magnifica, Shirley Henderson.

LA SORPRESA

Que un biopic con tanto potencial de caer en lo sentimental no lo haga. De hecho, no cae en ninguna clase de subrayado.

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

La última actuación que Stan y Ollie realizan juntos. Un prodigioso ejercicio de tensión y emotividad.

TE GUSTARÁ SI…

Recuerdas con cariño las películas del gordo y el flaco o, como mínimo, echas de menos una época en la que el humor era más sencillo y entrañable.

LO MEJOR

• Trae de vuelta una época prácticamente olvidada.
• Es divertida, tierna y emotiva. Todo en su justa medida.
• Reilly y Coogan.
• Que al fin se homenaje al dúo.

LO PEOR

• Que no destacara como una de las grandes películas de 2018.

Ignasi Muñoz