ANTECEDENTES
Andrea Jaurrieta es una de esas directoras que, antes de comenzar a escribir y dirigir largometrajes, se ha labrado una interesante carrera como cortometrajista. Con siete cortometrajes en su haber, hace seis años decidió lanzarse a dirigir un largometraje, que se tituló Ana de Día. Este largometraje resultó ser un interesante y sugerente drama por el que consiguió ser nominada a los Premios Goya, a los Feroz y formar parte de la Sección Oficial del Festival de Málaga. Seis años después ha vuelto a formar parte de la Sección Oficial del Festival de Málaga con Nina, película que se alzó con el Premio de la Crítica en Málaga y se estrena en cines este viernes.
LA PELÍCULA
La película nos presenta a Nina, una mujer herida que decide volver al pueblo costero donde creció, con una escopeta en el bolso y un objetivo: vengarse de Pedro, un famoso escritor al que el pueblo rinde ahora homenaje. El reencuentro con su lugar de origen, con sus recuerdos del pasado y con Blas, un amigo de la infancia, le hará replantearse si la venganza es su única opción.
El punto de partida de Nina es inmejorable: un retorno al lugar en el que uno creció, al mismo tiempo que una oportunidad única para saldar cuentas. Se dice, en ocasiones, que el tiempo lo cura todo. Esta película no puede estar más en desacuerdo con esa afirmación, poniendo encima de la mesa algo tan importante como el dolor permanente que causan ciertas heridas, aquellas cuyo sangrado no desaparece con los años.
El enfoque de Nina (en su comienzo) también resulta interesante, ya que, en vez de dejarse llevar únicamente por la nostalgia, decide lanzarse a una aventura que sabe a western y que busca mantener al espectador en vilo. Su principal problema se atisba a medida que la película avanza, siendo evidente que no sabe qué camino tomar: si abrazarse definitivamente al thriller y al western (representados por la sed de venganza de Nina), o si, por el contrario, dejarse caer en brazos de unos flashbacks que resultan más nostálgicos que vengativos.
Los recuerdos y las conversaciones con personas del pueblo son presumibles y evidentes, sin aportar nada nuevo a una narración que no necesita de tanta nostalgia ni de tanta explicitud de lo vivido, sino que necesita de una marcha y de un devenir de los acontecimientos que haga honor a los primeros minutos del metraje. Por desgracia, Nina no toma ese camino y deambula en exceso, haciéndose largos sus 105 minutos de duración.
ELLOS Y ELLAS
Patricia López Arnaiz siempre ha sido una gran actriz. En esta película, llevando el peso dramático a sus espaldas, cumple con nota. A pesar de que su personaje podría haber estado mejor desarrollado, no desentona y se hace fuerte en la defensa de esa mujer cuyo dolor se ha tornado en rabia y sed de venganza. Darío Grandinetti también está bien en el papel de malo de la película, resultando creíble. Se debe destacar la interpretación de Aina Picarolo, joven actriz que dota a su personaje de una sensibilidad y de una inocencia necesarias para empatizar con lo sufrido en los difíciles y repugnantes momentos que atraviesa en la película.
LA SORPRESA
La sorpresa quizás sea, como se ha comentado anteriormente, la manera en la que la película comienza a desinflarse a medida que el metraje avanza. Más aún teniendo en cuenta su potente escena inicial.
LA SECUENCIA / EL MOMENTO
La mejor secuencia de la película es, sin duda alguna, su secuencia inicial. Contiene el pulso y la tensión que, posteriormente, van desapareciendo.
TE GUSTARÁ SI…
Si te gustan esas películas que miran al pasado para encontrar su lugar en el presente.
LO MEJOR:
- Las interpretaciones de López Arnaiz, Grandinetti y Picarolo.
- Su escena inicial.
- La banda sonora.
LO PEOR:
- La pérdida de tensión.
- Su indecisión entre dos tipos de película muy distintos.
- La duración y reiteración de flashbacks.
Jorge G. Leguina
