Siempre hay algo de nostalgia en los regresos. Nostalgia o magia, depende cómo lo miremos. Nostalgia si pensamos en lo que dejamos atrás, magia si reflexionamos sobre qué nos depara aquello que tiene que ocurrir. En esta ocasión, a pesar de estar volviendo —de una forma u otra— a nuestras rutinas tras las vacaciones de verano, Selecta Visión ha pensado en todos esos sentimientos negativos que nos pueden envolver para que podamos desprendernos de ellos a través de una de las mejores terapias existentes: navegar hasta otro universo. 

Una travesía mágica que nos permitirá realizar a partir del próximo 10 de septiembre a través de Josee, el Tigre y los Peces. La nueva y mágica propuesta del estudio de animación BONES (My Hero Academia, Vanitas no Carte) que podremos disfrutar en nuestros cines con doblaje castellano, catalán y VOSE. Una propuesta que, como decía, nos hará desprendernos del tan temido regreso a lo largo de sus 98 minutos de duración. Minutos que serán eternos en nuestro corazón. 

Gracias a una dirección impecable a cargo de Kotaro Tamura (Noragami), un diseño de personajes acuñado por loundraw (Quiero comerme tu páncreas) y una BSO realizada por el excelente compositor Evan Call (Violet Evergarden), podremos disfrutar de una historia de superación y emociones desde el punto de vista de Josee y Tsuneo, ambos encerrados en su propio mundo hasta que la casualidad les lleva a encontrarse y cambiar todos sus esquemas. Una película de lo más preciosista e intimista que adapta la obra de Seiko Tanabe escrita en 1985. Una historia que ya contó el pasado 2003 con un live-action pero que gracias a la labor de BONES ahora también tiene su versión animada. 

«El encuentro casual entre un universitario que persigue sus sueños y una chica en silla de ruedas que no se atreve a soñar cambiará sus vidas para siempre.»

Josee es una chica que ha estado postrada en una silla de ruedas desde su infancia y habita en su propio mundo de pinturas, libros e imaginación. Un día, cae por una pendiente y solo la oportuna aparición de Tsuneo evita que se estrelle contra el suelo. Tsuneo estudia biología marina con el sueño de ver algún día a un pez fantasma que vive únicamente en México. Como consecuencia de su encuentro casual, la abuela de Josee ofrece un trabajo a tiempo parcial a Tsuneo como cuidador de la muchacha. Aunque la egoísta y exigente Josee no le pone las cosas fáciles a Tsuneo, este decide no arrugarse ante ella. Fruto de ese toma y daca, la distancia que separa los corazones de ambos se reduce y Josee decide saltar con Tsuneo al mundo exterior con el que solo había soñado. Un mundo que, hasta ahora, había estado prácticamente a oscuras para ella y que como consecuencia de la protección de su abuela no había podido disfrutar.

Pero este descubrimiento, este nuevo paso, no será el único que veremos a lo largo de la cinta. Pues a pesar de su corta pero justa duración, Kotaro Tamura sabe dotar de espacio suficiente a todos los personajes y desarrolla perfectamente los sentimientos y lazos que habitan entre ellos. Y sí, es innegable que serán Josee y Tsuneo los que tengan más presencia y voz a lo largo del metraje, pero tampoco se quedarán atrás los amigos de Tsuneo o la nueva compañera de viaje literario de Josee. Piezas que completarán el puzle poco a poco y que son totalmente necesarias para dejar avanzar a los ejes principales de la película. Dos puntos cuyo inicio puede resultar torpe e incluso arisco debido, sobre todo, al carácter y postura de Josee frente a su «sirviente». 

Aspectos que empezarán a disiparse una vez Tsuneo descubra cuál es su mayor punto en común con Josee: el mar. Con grandes metáforas bañadas por océanos, agua y peces, el mar servirá como escenario para reconciliar, en cierto modo, dos corazones dañados por sus propias heridas. Un lugar que servirá en diversas ocasiones como telón de fondo y que irá cobrando diferentes significados según avancen los minutos en la película. A veces será salado, otras dulce, y a veces, incluso, estará helado. Josee, el Tigre y los Peces es una obra repleta de lecciones, de enseñanzas y de metáforas para con la vida, pero también hacia aquello que todos más anhelamos: nuestros sueños.

De forma sutil, cuidada y frágil, Kotaro Tamura transforma la historia de Josee y Tsuneo en la historia de todos nosotros. Porque todos soñamos, todos perseguimos un objetivo. Pero no siempre podemos llegar a él, no siempre se cumple todo aquello que deseamos; aunque siempre deberíamos estar dispuestos a seguir luchando, ¿no? Y justamente eso, esa lucha constante, es la que representa y encuadra a la perfección la obra de Seiko Tanabe. Sin entrar en materia de spoilers para no desvelar qué es aquello que realmente persigue cada uno de nuestros protagonistas, será esa búsqueda y empeño en sus propios sueños lo que dotará de sentido y trasfondo a la película. Un camino que Josee y Tsuneo deberán emprender de forma solitaria, pero también siendo uno el apoyo del otro. Porque, ¿qué sería de los sueños si no los podemos compartir con alguien?

Por otro lado, y a pesar de que parezca que vaya a ser el recurso fácil y principal sobre el que recaiga la película, Tamura hace que la discapacidad de Josee no sea aquello a lo que debe enfocar la cámara. Es una característica más de ella, de su realidad; y a pesar de que tenga que convivir con ella de por vida, no será su silla la que le impida avanzar. Algo que bien podría haber sido un vehículo fácil además de un tropo demasiado explotado pero que, gracias a la magia y ejecución de la propia película, pasa a un segundo plano siendo el interior de los personajes aquello que moverá el verdadero motor de la cinta. Un motor que grita hacia México en la piel de Tsuneo y porta pinturas y lápices en las manos de Josee. Siempre estamos demandando igualdad e incluso equilibrio en nuestra sociedad, pues bien, en esta ocasión la cinta nos ofrece otra lección que se suma a la onírica sobre cómo afrontar una vida con obstáculos. Porque aunque en esta ocasión se represente a través de una silla de ruedas, pueden ser muchas otras cosas las que nos impidan avanzar de forma «natural» a lo largo de nuestra vida. 

De esta forma Josee, el Tigre y los Peces se convierte en una de las propuestas más atractivas de este 2021 en lo que al terreno cinematográfico se refiere. Una película que pide a gritos ser vista, ser disfrutada, pero también ser entendida. Porque bajo una escenografía preciosista, una banda sonora que resonará en nuestro corazón o una maquinaria que porta el sello BONES mires hacia donde mires, la cinta guarda muchísimo más en ella. Sorpresas para todas y todos, sorpresas dulces pero también amargas, peces imposibles de encontrar o tigres incapaces de domar. Multitud de aspectos que, sin duda, nos harán viajar a través de un periplo romántico a la par que dramático bañado por los sueños de dos adolescentes a punto de dar su salto final. 

«Aunque nuestros sueños se rompan, siempre estaré a tu lado.»

Marisol Navarro