El Palomitrón

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Crítica El día que vendrá Keira Knightley-El Palomitron
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EL DÍA QUE VENDRÁ

LOS ANTECEDENTES

Es poco probable que una producción de Ridley Scott nos deje indiferentes. El caso de El día que vendrá, tiene además dos alicientes. Ser el preludio de la primera película que el cineasta dirigirá sobre la Segunda Guerra Mundial y que tendrá como trasfondo los bombardeos en el Canal de la Mancha; y  que la historia se sitúa en Hamburgo, en 1945 y nos aproxima a la realidad que se vivió en Alemania tras el conflicto, poco tratada por el cine.

En el verano de 1943, Hamburgo sufrió uno de los ataques aéreos más devastadores de la Segunda Guerra Mundial. El objetivo era destruir el puerto y los astilleros que funcionaban a pleno rendimiento, produciendo barcos para el ejército de Hitler. Como resultado de la ofensiva lanzada por Gran Bretaña y EEUU,  hubo más de 40,000 muertos y supuso el preludio de lo que iba a suceder en otras metrópolis del Eje hasta el final de la Guerra.

El director británico James Kent, que se estrena en el género bélico, nos sitúa en un momento clave de la historia de Europa, antes de que se cerraran  todos los acuerdos de Paz, se reorganizase las fronteras y empezase a llegar la ayuda para la reconstrucción. En esos momentos de confusión, los militares que se desplazaron con sus familias para afianzar la Paz, se encontraron con ciudades devastadas, sin suministros suficientes para la población, y con los ataques de seguidores de Hitler que actuaban organizados como terroristas.  

LA PELÍCULA

Rachael (Keira Knightley) llega a Hamburgo en pleno invierno. Allí se reúne con su marido, el Comandante Lewis Morgan (Jason Clarke), quien ha recibido la misión de reconstruir la ciudad devastada. Una vez allí, se trasladan a la mansión de un arquitecto alemán (Alexander Skarsgård) que perdió a su mujer en los bombardeos y vive con su hija adolescente en la buhardilla. La atmósfera de hostilidad y opresión y el dolor de la pérdida de seres queridos no evitarán que surja la pasión. La traición se convierte, así, en un peligro más al que sobrevivir en medio del caos.

La cinta nos muestra dos universos muy distintos. El de la población alemana de Hamburgo que sobrevive en una ciudad devastada y se enfrenta al frío, el hambre y las enfermedades; y el del ejército de ocupación, que se toma la revancha. El lujo, la cultura y el esplendor que había conseguido la ciudad gracias a la máquina bélica, es ahora objeto de deseo de los recién llegados. En un mundo de vencedores y vencidos, en el que todavía están las heridas abiertas y es demasiado pronto para haber olvidado, el odio y el miedo se abren paso sin escrúpulos.  

Rodada con excesiva delicadeza, la película se centra más en el triángulo amoroso de los protagonistas que en el interesante momento histórico en que están inmersos. Los seguidores de Hitler apodados “88” por ocupar la H la octava posición del abecedario y ser por tanto el símbolo del saludo nazi Heil Hitler, aparecen como parte de la trama y serían dignos de protagonizar su propia historia.

El drama romántico va ganando el pulso de la historia, mientras avanzan los minutos de rodaje convirtiéndose en una historia de amor bastante convencional, donde el final no sorprende a nadie. 

Crítica El día que vendrá Jason Clarke Segunda Guerra Mundial-El Palomitron

ELLOS Y ELLAS

Rachel (Keira Knightley) es una mujer atormentada. Era de esperar que el dolor de la pérdida que ha sufrido el personaje se mantuviera a flote, por encima de todo lo demás. Ese dolor desaparece en algunas escenas y el personaje pierde credibilidad.

El australiano Jason Clarke, quien acaba de estrenar Cementerio de animales, da vida al desaliñado Coronel Morgan, un militar desolado por la realidad que le toca vivir y que se siente culpable por las cosas que se ha visto obligado a hacer durante la guerra. Intentar ocultar ese lado oscuro a su mujer le ha llevado a separarse de ella. Clarke consigue mostrarnos que ni el malo es tan malo, ni el bueno es tan bueno y menos, en una guerra.

Alexander Skarsgård, el actor sueco que hemos podido ver en series como True Blood o en el remake de Perros de Paja, consigue generar cierta inquietud con la acertada interpretación de un acaudalado alemán que ha visto su vida destruida por la guerra y que, sin embargo, es capaz de mirar hacia delante.

En el reparto reconocemos además al británico Martin Compston, a quién vimos recientemente en El cuento de la criada, con una vena sádica y de acción que pone el contrapunto a la flema británica del personaje de Clarke.

LA SORPRESA

Una escena de sexo bastante subida de tono, no tanto por lo explícito, sino por lo que respira en ella. La tensión sexual que van generando los personajes, oprimidos por una realidad que les atormenta y una pasión descontrolada que les somete, estalla en la pantalla con más fuerza que un mortero. Un reto interpretativo superado con creces por Keira Knightley y su contrario, Alexander Skarsgård.

Crítica El día que vendrá Keira Knightley Alexander Skarsgård comedor - El Palomitron

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

La escena del baile donde todo se descubre sin que se diga nada, con unas simples miradas, consiguiendo un efecto espectacular. Nos traslada a otras escenas memorables de grades conspiraciones amatorias, como vimos en Orgullo y Prejuicio o Amistades Peligrosas, y posee un impacto visual difícil de olvidar.

TE GUSTARÁ SI…

Disfrutas los dramas románticos ambientados en la guerra para que todo sea más complicado.

LO MEJOR

  • El trío de protagonistas.
  • El vestuario y la ambientación.

LO PEOR

  • Que no se haya desarrollado la subtrama de los efectos de la guerra en el bando perdedor.

Marisa Cruzado

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