El Palomitrón

Tu espacio de cine y series españolas

Crítica de Blue Reflection Ray
ANIME / MANGA CRÍTICAS REDACTORES

BLUE REFLECTION RAY: TRAS LA MÁSCARA DE MAGICAL GIRL

Descubrir las redes sociales y otros espacios similares fue, para mí, un punto de inflexión en mi vida. Descubrir que un espacio reducido y opresivo podía hacerse enorme, casi infinito. Descubrir, en definitiva, que había más gente. Gente dispuesta a escuchar. Gente dispuesta a ayudar. También, por supuesto, gente dispuesta a llorar. A hablar sobre una opresión conocida.

Han pasado años y es un sentimiento que sigue presente. Sí, también atraen odio. También hay quien entiende como algo negativo el desahogo a través de un espacio tan volátil como ese. Pero sigo viendo ternura. Ternura en cómo a veces nos abrimos y a otres y dejamos que se abran a nosotres. Hay algo personal en todo eso que he sentido especialmente reflejado en Blue Reflection Ray.

Entre amor y desesperación

De forma independiente a su carácter de adaptación, siento que Blue Reflection Ray utiliza el subgénero de las magical girls como una excusa. Podría ser, perfectamente, un anime slice of life. No negaré, a raíz de esto, que la dirección de la serie —y, por desgracia, no es lo único— se encuentra algo perdida. Pero en su concepto y sus ideas, incluso cuando roza lo clásico y se vuelve reiterativa, tiene puntos dolorosos.

Hay un sentimiento que relaciono con Persona, sobre cómo su misión queda en un segundo plano porque la obra quiere hablar de ellas. Quiere hablar de Ruka, de Hiori, de Momo, de Miyako. Pero también de Uta, Niina o Mio. Y es precisamente lo que alimenta y aporta fuerza a la obra; esos momentos de sinceridad en los que conocemos a sus protagonistas. No de forma superficial, sino adentrándonos en ellas y descubriendo que es lo que les ha puesto en esa casilla del tablero.

Con ello, su universo resulta interesante. Se entienden las influencias de obras clásicas y la innegable marca que ha dejado Madoka Magica en el medio en como su misión como magical girls no es otra que evitar que otras chicas pierdan sus sentimientos en manos de sus contrarias, quiénes han sucumbido a su propia desesperación para hacer el clásico papel de contraposición oscura a las heroínas. Pero, de nuevo, hay más que ello.

Tras el papel de las magical girls

Ruka es un personaje extremadamente introvertido. No es el típico personaje que saluda con torpeza en un intento de recalcar un carisma adorable para gusto del público. Es introvertida. Sufre día tras día en un intento desesperado por conseguir acercarse a alguien. Por encontrarse rodeada de una soledad asfixiante sin las fuerzas apropiadas para conseguir romperla ni lo más mínimo. Sabiendo incluso que su propia incapacidad le llevó a ser incapaz de evitar un suicidio.

Hiori y Miyako comparten un espacio similar, con un carisma notable pero también con preocupaciones propias. Miyako es, además, el único personaje que, sin poderes, consigue salvar a otra persona únicamente con su capacidad para empatizar, comprender y suponer una mano amiga. Todo esto por no mencionar como el pasado de Momo la persigue hasta el punto de hacerle abandonar todo cuanto tiene o como Niina busca un lugar al que pertenecer después de haber sufrido agresiones y abandono emocional durante años.

Son todos ellos papeles rotos, gente abocada a un pozo negro y sin fondo que lídia como puede con una realidad raramente esbozada en un subgénero como éste. Hay una disociación constante entre sus avatares y sus personas en un constante desarrollo que les lleva a comprenderse las unas a las otras, a entender sus diferencias y —lejos de convertirlas en muros— trazar con ellas una unión que les ayuda a aguantar los embistes.

Hay un factor oscuro, desde luego, pero no resulta ser una pieza del juego que ayude a atar los cabos de la obra sino un simple reflejo en forma de ficción, pintando problemas reales en adolescentes reales. Y es que incluso en su forma de magical girl, Blue Reflection Ray no busca hablar de la pureza o la justicia, sino de la capacidad para afrontar la realidad.

Hay una división entre las Reflectors que se establece únicamente en el carácter moral y siempre en referencia a su forma y capacidad para afrontar los hechos que las persiguen. La idea no es salvar el mundo, sino salvar a otras. Conseguir hacerlas confiar en cargar con sus propios sentimientos, con aquello que las hace humanas. Mientras el papel de sus villanas se considera un acto misericordioso, es la dura realidad la que se pinta en los movimientos de sus protagonistas.

La soledad como compañera

Una vez más, la forma en la que Blue Reflection Ray dibuja sus problemas cae con una fuerza más que notable. Los mensajes en los chats, las chicas sin un lugar al que dirigirse, quienes esbozan una identidad falsa con la esperanza de encontrar un sitio en algún lugar… es una introspección constante a ese lado oscuro de la adolescencia que muchas de las veces decidimos dejar de lado y seguir adelante.

Y hay que seguir adelante, esa es la idea de la serie, pero enfrentando los problemas y no huyendo de ellos. En la obra todas cargan con sus propias heridas, pero es la forma en la que resuenan y conectan —incluyendo esas lesbian vibes que, sin llegar a rozar el fetichismo, tiene un gran potencial— lo que las hace brillar.

Queda mucho por ver y reconozco que la propia identificación personal de una misma tiene mucho a ver con estas líneas, pero esa búsqueda de un lugar donde encajar, el cómo utiliza el papel de las magical girls únicamente como acompañamiento para hablar de sentimientos, heridas emocionales y lo difícil de establecer lazos es más que suficiente, por el momento, para insuflar vida a la obra.

Banner inferior temporada anime primavera 2021 - El Palomitrón

Óscar Martínez

¿Te gusta nuestro contenido? Apóyanos a través de este banner y ayúdanos a seguir creciendo.


Banner KoFi 2020 - El Palomitrón

¡No olvides dejar aquí tu comentario!

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Escribo más que duermo. Ávido lector de manga y entusiasta de la animación japonesa. Hablo sobre ello en mi tiempo libre.