El Palomitrón

Tu espacio de cine y series españolas

CINE CRÍTICAS REDACTORES

CRÍTICA: BAJOCERO

ANTECEDENTES

Aunque pueda parecer un debutante para el gran público, lo cierto es que Lluís Quílez presenta una contundente trayectoria como cineasta. Su obra, desde que se iniciara en 2004, se ha centrado en el cortometraje, el cual le ha permitido recorrer el planeta a lo largo y ancho, gracias a la presencia de sus historias en numerosos festivales. Su ejemplo más significativo es Graffiti que, además de ser nominado al premio Goya y al premio Gaudí, alcanzó la preselección de 10 cortometrajes en la categoría de ficción en los Oscar. A estas pequeñas historias, se suma un largometraje, Out of the Dark, de capital mayoritariamente estadounidense y rodada en inglés. Su segundo largometraje, Bajocero le devuelve a su tierra, para abordar una historia de justicia social a través de un thriller que recorre los caminos de la noche mediante un furgón policial de traslado de presos de una cárcel a otra. Película prevista para su estreno en cines el pasado 9 de noviembre, pero aplazada por la situación pandémica, que la ha llevado a su estreno a través de Netflix el pasado 29 de enero.

LA PELÍCULA

Lluís Quílez plantea junto al conocido guionista Fernando Navarro su segundo largometraje. Un ejercicio de acción continuo bajo las líneas de lo social. Esas líneas que dibujan la corrección política, y la importancia de la moral y el deber, frente a la necesidad de vivir y sentir. Un ejercicio de acción como síntoma de una sociedad enferma ante un sistema corrupto, así acaba sentenciando la discursiva de esta película. Pero vayamos al principio, pues todos los personajes, sus motivaciones, y su construcción psicológica y sociocultural responden a patrones ya asentados: caricaturas, esquematismos, estamos ante una película formulaica. De esas que sirviéndose de un modelo claro, en este caso la combinación del entretenimiento en forma de thriller con el discurso social, poco o nada innovan y optimizan la factura y el empaque de los productos que desarrollan.

Y así es, la notable atmósfera de una película de negros y blancos nos conduce por este viaje a través de las tinieblas de la noche. Un ejercicio respaldado por una firme dirección, una estupenda factura técnica, en especial el hábil montaje y unos efectos especial espectaculares, y por un reparto de caras conocidas realmente estimable. Así viajamos, y así conducimos al borde este furgón, sin sobresaltos narrativos, ni discursivas excesivamente complejas, simplemente dejándonos llevar por el entretenimiento bien hecho, y quizás es donde se tendría que haber quedado una película tan bien hecha como excesivamente correcta.

El problema viene en el desenlace y en esa necesidad imperiosa de apretar las tuercas de lo social, de querer magnificar el valor discursivo de un film tan plano, y es cuando los adjetivos de lo artificioso, de lo efectista, de lo arbitrario acaban capturando una historia que se toma tantas licencias narrativas que hasta acaba resultando molesta. Su desenlace es directamente un despropósito con ínfulas, que por momentos pide volver a ese producto en serie, pero realmente bien hecho, y por supuesto y volviendo a sus actores, bien interpretado. Pues son ellos los que otorgan garra y emoción a una película tan excesivamente estructurada. Ellos ofrecen esa diferenciación, y en especial la valentía y el riesgo del enorme trabajo de un Luis Callejo absolutamente memorable. Gracias a él, y a los logros técnicos y artísticos, esta película consigue salir a flote de ese lago helado, el que casi lleva la historia al peor de los desenlaces.

ELLOS

El reparto formado por actores premiados y conocidos (Javier Gutiérrez, Karra Elejalde, Isak Férriz, Andrés Gertrúdix) conforma uno de los puntos fuertes de esta irregular película. En especial, hay que valorar la enorme composición de Luis Callejo, y el fuerte arrojo interpretativo que demuestra Patrick Criado en las secuencias más extremas.

LA SORPRESA

Sin duda, y sintiéndolo en el alma, la sorpresa de este film va por caminos nada positivos, y es que viniendo del talento de Lluís Quílez, que ha construido historias tan potentes, cabría esperar un ejercicio rompedor, y no esta apuesta absolutamente formulaica, al margen de sus diversos logros.

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

La epopeya visual más atractiva se concentra en el momento en que el furgón rompe el hielo de un lago helado, y los presos/policía allí encerrados luchan por su supervivencia. Un momento tan enigmático como técnicamente extraordinario.

TE GUSTARÁ SI…

Si eres amante de los ejercicios de acción con dosis de realidad social, pero que no implican demasiadas complejidades.

LO MEJOR

  • El extraordinario trabajo de Luis Callejo.
  • Unos efectos especiales abrumadores, que comprenden un sólido ejercicio técnico en conjunto.

LO PEOR

  • El absoluto esquematismo de la propuesta.
  • Una resolución tan efectista como prescindible.

Alberto Tovar

¡No olvides dejar aquí tu comentario!

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.