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PRIMERAS IMPRESIONES REDACTORES SERIES

ALGUIEN TIENE QUE MORIR: UNA JAULA DE ORO SIGUE SIENDO UNA JAULA

El próximo viernes, 16 de octubre, se estrena en Netflix Alguien tiene que morir, la nueva serie de Manolo Caro, creador de La casa de las flores. La ficción, ideada, escrita y dirigida por Caro, es una miniserie que consta de tres capítulos. Nosotros ya hemos podido ver dos, y estas son nuestras primeras impresiones.

DEL COLOR AL BLANCO Y NEGRO

Alguien tiene que morir nos traslada a la España de los años 50. La historia da comienzo con el regreso a casa de Gabino Falcón (Alejandro Speitzer), un joven de clase acomodada que lleva diez años viviendo en México. Su familia tiene intereses en unirlo a la hija de otro importante clan. Pero Gabino no ha vuelto solo, lo acompaña su amigo Lázaro (Isaac Hernández), un bailarín cuya presencia en la casa de los Falcón levantará recelos nada más cruzar el umbral.

La nueva serie de Manolo Caro no puede ser más opuesta en tono a La casa de las flores. Mientras la otra era hilarante, efusiva, y colorista, esta es dramática, contenida, y gris. Alguien tiene que morir está bañada por un tono apagado que oprime el ánimo entre las cuatro paredes de cada estancia, dando fe de la oscuridad vivida en nuestro país durante el franquismo. En esta ficción no se narran hechos históricos, no es necesario. La sola observación de cualquiera de los miembros de las dos familias protagonistas, o de aquellos que orbitan a su alrededor, bastan y sobran para entender al instante el contexto histórico en el que están inmersos.

Se nota la elegancia y el mimo que ha puesto Caro en la fase de documentación, pero es que además esta producción cuenta con un equipo envidiable. Especialmente conocidas por su trabajo en Dolor y Gloria, María Clara Notari y Paola Torres se han encargado de la dirección artística y el vestuario, respectivamente. El resultado de la ambientación es impecable, y para terminar de redondear el conjunto, Lucas Vidal, ganador de dos Goyas por las bandas sonoras de Palmeras en la nieve y Nadie quiere la noche, es quién se ocupa de la partitura.

FAMILIA Y REIVINDICACIÓN

Si bien es cierto, como hemos aludido en el apartado anterior, que nada tienen que ver La casa de las flores y Alguien tiene que morir en cuanto a género y época, si que guardan ciertas similitudes que saltan a la vista. La trama de la segunda está atravesada por elementos clave coincidentes con la primera, y que sobre todo, llevan el sello Caro.

Naturalmente, la primera coincidencia se encuentra en la familia como protagonista absoluta. Falcón o Aldama, vuelven a ser los lazos de sangre la columna vertebral de la serie. Adicionalmente, Alguien tiene que morir repite la fórmula de mezclar actores españoles y mexicanos como ya ocurriera en La casa de las flores. Solo que aquí la heterogeneidad del grupo está a otro nivel. Como matriarca encontramos a la gran Carmen Maura, en el siguiente escalón de veteranía están Ernesto Alterio, Cecilia Suárez y Mariola Fuentes (siempre es un placer volver a verla), y por último, entre los actores más jóvenes, algunas de las caras más conocidas en el panorama de nuevos talentos: Ester Expósito, Carlos Cuevas, Alejandro Speitzer e Isaac Hernández. En definitiva, un reparto de categoría  y que por exigencias del guion nos permite disfrutar a tres generaciones de actores de este y el otro lado del charco. ¿Nuestra favorita? Cecilia Suárez. Es impresionante el cambio de registro respecto de Paulina de la Mora, y es que  tiene que sacar adelante nada menos que un papel que exige el acento de una mexicana que lleva muchos años residiendo en España y aún tiene algunos rastros de su deje natal.     

Por otra parte, una de las cosas que más resaltan los actores de Alguien tiene que morir, es la novedosa perspectiva desde la que está enfocado el franquismo. Manolo Caro vuelve a abogar por la visibilización, y en este caso el franquismo es el caldo de cultivo perfecto para retratar y denunciar la homofobia. En un tiempo y un entorno en el que vivir de las apariencias lo era todo, los rumores actuaban como veneno y el ser diferente te convertía en una presa. Sin embargo, la serie tiene al mismo tiempo la facultad de cosquillear la conciencia, y hacernos ver que aún hay muchas cosas que no han cambiado tanto, que todavía nos queda mucho por avanzar como sociedad y como seres humanos en materia de prejuicios.

Alguien tiene que morir tiene una historia interesante y necesaria, una realización exquisita, y aunque podamos consumirla en tres dosis, da pie a un maratón cinéfilo ideal.  

¿Dónde y cuándo?

  • Fecha de estreno: 16 de octubre de 2020
  • Plataforma de emisión: Netflix
  • Número de episodios: 3
  • Duración aproximada: 50 minutos
  • Te gustará si te gustan: Los dramas familiares o las ficciones que retratan la época franquista

Aitziber Polo

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Criminóloga con sueños de directora. Pisé el cine por primera vez a los dos años. Con siete vi cómo un cocodrilo gigante se zampaba una vaca entera de un bocado en Mandíbulas, y empecé a leer a Stephen King (y así me he quedado). Mi película perfecta tendría guión de los Coen, banda sonora de Zimmer + Horner y plotwist made in Shyamalan.