ANTECEDENTES

Hoy, miércoles 26 de abril, hemos pasado ya el ecuador del BCN FILM FEST, aunque la larga lista de películas que todavía nos quedan pendientes no acabará pronto. Si anteriormente pudimos disfrutar de una película perturbadora como es La desconocida y, posteriormente, asomarnos a un trabajo mágico como Els encantats; en esta ocasión regresamos al cine histórico biográfico con Un cel de plom, que narra la historia de Neus Català, superviviente de uno de los campos de concentración bajo la bota fascista de Hitler y activista incansable referente de la política catalana.

LA PELÍCULA

En 1945 Neus Català, superviviente del campo de concentración de Ravensbrück, regresa a su familia portando una mochila de recuerdos tras haber sido liberada del yugo del nacionalsocialismo. Basada en la novela homónima de Carme Martí, la película narra cómo la resistencia para Neus Català acaba de empezar, haciendo de su cautiverio el recuerdo esencial que la ayudará a seguir adelante en su nueva vida tras el humo de la guerra.

Miquel Romans dirige una película que se erige como conciencia de la historia, pero a la que le cuesta encontrar su rumbo como artefacto cinematográfico. Pese a que la película es un ejercicio extraordinario de acercamiento a una de las figuras más relevantes de la historia de la resistencia catalana contra el fascismo, el producto final que observamos en la pantalla carece de cierta coherencia que en ocasiones arrastra a toda la obra, ya que muchas situaciones que se narran en la película se antojan confusas y carecen de una narración que permita explicar qué es lo que se está narrando, por lo que es difícil llegar a empatizar con un personaje tan esencial de la memoria.

No ayuda tampoco el maremágnum de lenguas que podemos llegar a ver en la película. Si bien es cierto que las circunstancias históricas obligan a gestionar tres lenguas como son el catalán, el francés y el alemán, en ocasiones se hace difícil comprender cómo se están comunicando los personajes cuando hablan lenguas distintas entre sí, especialmente cuando eso ocurre entre el catalán y el alemán, lenguas para nada hermanadas. Ese pequeño error le resta verosimilitud a una película que podría haber convertido el magma de idiomas en una riqueza más de esta, pero acaba restándole realidad cinematográfica y perdiendo al espectador en su camino.

Pese a los fallos de la película, podemos encontrar un valioso trabajo en la actriz Nausicaa Bonnín, quien encarna a una Neus Català digna de reconocimiento, con sus debilidades, su inteligencia y, sobre todo, su fortaleza. Su personaje es, sin duda, el mejor valor de una película que necesitaba algo más que esta gran figura de la historia para sostenerse.

ELLOS Y ELLAS

O ellas, mejor dicho. El gran acierto de esta película es contar con todo un elenco femenino que permite profundizar en la historia de las presas de los campos. Si Nausicaa Bonnín (Cites, Broken Ties) encarna una Neus Català digna del reconocimiento de la historia, las compañeras que la acompañan hacen de un coro, sin duda, más que respetable en los rostros de Iria del Río (Amanece, Pobre Diablo), Natalia Barrientos (Autodefensa, El despertar) y Núria Campbell.

LA SORPRESA

Que todavía haya historias que contar en la inmensidad de la historia de la II Guerra Mundial.

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

Quizás el momento en que son finalmente liberadas del campo de concentración, cuando por fin ven la luz.

TE GUSTARÁ SI

• Aprecias el cine histórico que narra el horror de los campos de concentración.

LO MEJOR

• Nausicaa Bonnín, una gran actriz en la piel de un personaje inmenso.

LO PEOR

• Un antagonista demasiado forzado y maniqueo.
• Un guion que no se llega nunca a comprender y su maraña queda más y más enredada a medida que avanza la trama.
• ¿Cómo es capaz una señora nazi del III Reich entender el catalán?

Javier Alpáñez