Los documentales de terror forman parte de un género muy infravalorado que puede llegar a causar verdaderas pesadillas en sus espectadores. Ya sea por su aparente objetividad a la hora de narrar los acontecimientos o el etéreo concepto «realista» que tanto nos gusta utilizar para hablar de ellos, los documentales de terror acaban siendo en muchas ocasiones apuestas más seguras que cualquier ficción cargada de simples jumpscares. Y es que, como cada año, los cinéfilos nos preparamos para disfrutar al máximo de una de las noches más esperadas de la temporada otoñal: Halloween. Por ello, y para reivindicar el potencial de este tipo de piezas audiovisuales, esta vez hemos decidido celebrar la festividad con una lista de diez documentales de terror que pondrán el vello de punta a todos los que se atrevan a visionarlos. ¿Listos para adentraros en el terrorífico mundo de lo cotidiano?

Häxan: La brujería a través de los tiempos (Benjamin Christensen, 1922)

Considerado por muchos como el precursor de los documentales de terror, Häxan: La brujería a través de los tiempos nos invita a hacer un recorrido por la historia de este tipo de prácticas a partir de escenificaciones ficticias basadas en textos reales. El documental de Benjamin Christensen, repleto de momentos perturbadores y a la vez oníricos, hace hincapié en las representaciones del Diablo dentro del marco de diversas civilizaciones antiguas. Y es que la obra, pese al año en que fue concebida, no duda a la hora de mostrar momentos de extrema crudeza y la realidad escondida detrás de las torturas que sufrían aquellas mujeres acusadas de ser brujas. Porque, ¿qué hay más aterrador que la humanidad atormentada por sí misma bajo la excusa de unos demonios ocultos?

Los niños de la ira (Arthur Ginsberg, 1990)

La maldad como herencia de un pasado aún más oscuro por el que nadie debería pasar nunca. En Los niños de la ira, un pequeño documental que no llega a la media hora de duración, examinamos las secuelas psicológicas de una niña abusada sexualmente por su padre biológico y acusada de querer matar en múltiples ocasiones a sus familiares. La pérdida de la conciencia, la nula moralidad o la falta de sentimientos hacia la gente de su entorno son algunos de los temas tratados en este duro pero necesario documental sobre la pequeña Beth Thomas, quien no consigue encontrar la forma de dilucidar los conceptos del bien y del mal como consecuencia de unos primeros años de vida marcados por el dolor.

Paraíso perdido: Los asesinatos de los niños de Robin Hood Hill (Joe Berlinger y Bruce Sinofsky, 1996)

En 1993 tres niños fueron violados, mutilados y asesinados a manos de un trío de adolescentes acusados de realizar ritos satánicos con los cuerpos de los pequeños. Organizado a partir de las declaraciones de los mismos, Paraíso perdido: Los asesinatos de los niños de Robin Hood Hill indaga en el proceso judicial de este grupo de jóvenes aparentemente malvados y pone de manifiesto los entramados legales que un asunto de tal magnitud puede llegar a crear a su alrededor. El documental, que hasta se puede tachar de sensacionalista en muchos momentos, no duda en mostrar y describir de forma tremendamente gráfica lo acontecido ese fatal día en el que tres infantes perdieron la vida de la peor forma posible.

El caníbal japonés (Toby Dye, 2007)

¿Cómo ha de estar de podrida la moralidad humana como para convertir en celebridad a un asesino que, después de matar a su víctima, se la comió? Sin embargo, ¿contribuimos nosotros también al auge de su fama viendo este documental? El caníbal japonés nos relata la historia de Issei Sagawa, uno de los personajes públicos más populares del país nipón conocido por salir indemne del atroz acto que llevó a cabo. Asegurando que su despertar sexual vino acompañado del descubrimiento de sus deseos caníbales, el propio Sagawa es el encargado de guiar este documental por los factores más determinantes de su vida pasada y presente, caracterizadas ambas por la lucha constante contra los enfermizos impulsos que le llevaron a devorar a una joven holandesa.

Algo le pasa a la tía Diane (Liz Garbus, 2011)

¿Puede la maldad ser justificada? ¿Qué se puede esconder detrás de la muerte de ocho personas? Algo le pasa a la tía Diane reconstruye uno de los accidentes de tráfico más impactantes de los últimos años (conocido como «2009 Taconic State Parkway crash«) en el que Diane Schuler acabó con su vida y con las de otras siete personas más. El documental opta por humanizar a la causante e investigar, a partir del pasado como núcleo principal de la reconstrucción, lo que ocurrió aquel fatídico día en el que Diane, víctima de los efectos del alcohol y las drogas, provocó el fallecimiento de su hija y de sus tres sobrinas. Sin embargo, ¿qué postura debemos asumir al saber que Bryan, hijo de Diane y único superviviente del accidente de coche, asegura que su madre sufrió algún tipo de urgencia médica y que aquello la llevó a hacer lo que hizo?

El impostor (Bart Layton, 2012)

Un niño rubio, con ojos azules y estadounidense desaparece de la noche a la mañana. Casi cuatro años después reaparece en España aunque con el pelo moreno, los ojos marrones, sin poder hablar prácticamente el inglés y con una historia de secuestros y torturas infantiles grabada a fuego en su personalidad. ¿Cuál es el misterio que guarda en su interior este enigmático caso? Sin adelantar mucho sobre lo que nos narra este escalofriante documental, El impostor pone sobre la mesa cuestiones como la veracidad de una realidad dudable o hasta dónde pueden llegar los límites de quienes no tienen nada que perder. Considerarlo un cuento de terror con claras moralejas en su esencia no es nada exagerado teniendo en cuenta la aparente inverosimilitud de una crónica que, por extravagante que parezca, tambaleó los cimientos de todo el sistema norteamericano y español. 

The nightmare (Rodney Ascher, 2015)

Muchos sitúan el fenómeno de la parálisis del sueño como algo puramente mental; otros tantos como algo de naturaleza paranormal. The Nightmare opta por situarse en el difuminado espacio entre ambos opuestos y escenificar las pesadillas de ocho personas que sufren estas aterradoras experiencias y que consideran la parálisis del sueño como la conceptualización de lo que no podemos entender como humanos. Con una noción muy parecida a la de «película maldita» y una cantidad insana de potentes jumpscares, The Nightmare indaga en las representaciones de la parálisis del sueño a lo largo de la historia, en cómo el fenómeno se representa en los medios audiovisuales y en los efectos que tiene en el día a día de las víctimas. Uno de los documentales de terror más malrolleros de los últimos años que cambiará la percepción de muchos sobre la parálisis del sueño.

Cuidado con Slenderman (Irene Taylor Brodsky, 2016)

La cultura del creepypasta como herramienta de corrupción de los más jóvenes. Las narrativas de Internet como culminación de una sociedad obsesionada con lo oscuro. Estructurado a partir de archivos de voz e imagen reales (vídeos familiares, telenoticias, interrogatorios policiales, etc.), Cuidado con Slenderman nos cuenta la aterradora historia de dos menores obsesionadas con el personaje de ficción hasta el punto de intentar asesinar a su amiga como una especie de ofrenda a la leyenda urbana millennial. Aunque pueda parecer lo contrario, el epicentro del relato de este documental no es el Hombre Delgado (una especie de flautista de Hamelín actual), sino el proceso de perversión de dos chicas cuya imaginación les hizo cometer un acto atroz del que nunca podrán huir. Sencillamente espeluznante.

Mommy dead and dearest (Erin Lee Carr, 2017)

Todos conocemos la trama de Adora Crellin (Patricia Clarkson) y Marian Crellin (Lulu Wilson) en Heridas Abiertas. Sin embargo, ¿cuál es la verdad que se esconde detrás de esta relación ficticia? Mommy Dead and Dearest reconstruye el caso de Munchausen por poderes más polémico de los últimos tiempos. Con la protagonista del caso, Gypsy Rose, como una de las narradoras principales del relato, el documental indaga en los secretos de este síndrome y en el fatídico y sangriento acontecimiento que conmocionó a miles de personas. Una pesadilla de cuento de hadas sobre la negación de la realidad y la búsqueda extrema de una vía para huir del maltrato.

The devil and father Amorth (William Friedkin, 2017)

  «Hay que creer en ello para experimentarlo», dice William Friedkin sobre las posesiones demoníacas. Quien ya filmó en 1973 la película El Exorcista vuelve a profundizar en el mundo de lo oscuro para mostrarnos la realidad escondida detrás de los exorcismos y lo que se oculta en lo más profundo de este tipo de rituales religiosos. Adquiriendo la forma de una especie de demiurgo que nos guía por los diferentes espacios emblemáticos de El Exorcista, el director de terror se adentra de lleno en un exorcismo real que no duda en grabar en su totalidad. Una visión sobre las posesiones demoníacas muy diferente (y muy imprescindible) a la que nos tiene acostumbrados el cine fantástico.

Y vosotros, ¿qué documentales de terror recomendáis ver este Halloween?

Martí Farrés

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