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VERANO EN SERIE: HIJOS DE LA ANARQUÍA

portada soa

Quizás, recomendar el visionado de Hijos de la Anarquía en pleno verano os parece digno del más cruel de los sádicos. El calor no se lleva bien con la ropa oscura (y mucho menos si esta es de cuero). Si le sumamos el calor que desprenden las motos y ese fatamorgana que se dibuja en el asfalto, seguramente nos enviaréis a paseo antes de darle al play.

Sin embargo, no se nos ocurre un momento más oportuno para visionar esta gran serie: Este limbo temporal al que solemos llamar verano nos deja libres las horas suficientes para que podamos ver las 7 temporadas de una sentada, porque, una vez que llegas a Charming, no podrás salir como si tal cosa.

La famiglia versión motorizada

famiglia

Los Hijos de la Anarquía son un grupo de moteros, SAMCRO (Sons of Anarchy Motorcycle Club, Red Original) que regentan un taller mecánico. Como es lógico, un taller no da para alimentar a tanto motero y a sus respectivas familias, así que desde su fundación mantienen otro tipo de negocios menos lícitos, pero que preservan la economía y la seguridad de su pueblo, Charming. O al menos es como ellos lo ven, pues visto desde fuera es otra de las bandas mafiosas que abundan en el pueblo, que lucha por lo que consideran su terreno ante otros grupos de diversas etnias. La fundación del club se llevó a cabo por John Teller y Piney Winston, es decir, el padre biológico del protagonista, Jax Teller (un impresionante y evolutivo Charlie Hunnam), y el padre de su mejor amigo, Opie (Ryan Hurst). Pero tras la muerte de Teller, Clay Morrow (Ron Perlman), uno de los seis miembros originales y actual padrastro de Jax, pasa a ser el jefe del club.

SONS OF ANARCHY Straw -- Episode 601 (Season Premiere, Tuesday, September 10, 10:00 pm e/p) -- Pictured: Katey Sagal as Gemma Teller -- CR: Prashant Gupta/FX

Toda famiglia tiene su mamma, y esta es de armas tomar, pues no será italiana y no sabrá preparar spaghetti a la boloñesa, pero es lista y con muchos secretos encerrados en su pecho, cosidos bajo su característica cicatriz. El fantasma de su marido, que vendrá a irrumpir en el orden impuesto entre sus moteros, y un hijo con más honor que antecedentes pondrán en peligro su control. Katey Sagal es la encargada de dar vida, de una manera magistral, a Gemma Teller Morrow, una matriarca con mucho carácter que siempre ha de tener la última palabra. Mujer en la vida real del creador de la serie, ha sido la única del reparto en conseguir un Globo de Oro. Ahí es nada.

Charming: la cuna de los Hijos de la Anarquía

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Kurt Sutter se encargó de buscar un buen nombre para dar cobijo a sus hijos. Intuimos que grupos de este calibre en el norte de Estados Unidos hay para elegir, y con todo lo que narra aquí Sutter, era mejor que nadie encontrase paralelismos y evitar buscarse enemigos. Por ello, creó Charming, el encantador pueblo de SAMCRO. Pero Charming puede ser cualquier sitio, pues en cualquier lugar del mundo existen organizaciones encargadas de establecer un orden con la ayuda, claro está, de viejos amigos que pongan la ley siempre de su parte.

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Lo que puede parecer un apacible pueblo es un hervidero de bandas y negocios turbios. Sin embargo, no es esto lo que atrae de la serie, sino ese sentimiento de pertenencia a un grupo que todos queremos experimentar; esa calidez que uno experimenta cuando se siente arropado por su familia, aunque en ocasiones querrías no volver a verla jamás. Sin embargo, hay muchos egos y secretos que cargan ese ambiente enrarecido ya de por sí desde la muerte del fundador del club, John Teller.

Referencias literarias y una banda sonora inmejorable

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Pero ¿no os suena de algo el argumento? Un hijo que pretende saber qué ha pasado con su padre mientras su madre vuelve a casarse con el socio del muerto. ¡Correcto! Han sido varias las ocasiones en las que Kurt Sutter ha admitido su inspiración en Hamlet, la obra de Shakespeare. Al final resulta que todas las tragedias han de tener siempre literatura sobre la que verter sangre.

Cuando hablamos de la banda sonora de Hijos de la Anarquía debemos hacer un alto y escoger bien las palabras. Es probable que el estilo en el que se mueve no sea del todo de vuestro agrado, pues esa mezcla de rock norteamericano con toques country es algo que no solemos escuchar con frecuencia. Sin embargo, los temas escogidos (que suelen sonar al final de cada episodio) imprimen en el capítulo una emotividad extra, haciendo que las canciones calen en nosotros y no podamos dejar de escucharlas. Eso, sin olvidar, las múltiples versiones de clásicos del rock (algunas interpretadas por los propios actores) que se pueden disfrutar en algunos capítulos, como es el caso de Bohemian Rhapsody, de Queen, o el tema de The Animals, The House of Rising Sun. Como podéis apreciar en el vídeo, el leve cambio que introduce The White Buffalo en el primer verso hará de la canción todo un himno para la serie.

Poco más queda por decir de esta serie 10. Cada actor aporta su grano de arena en unas tramas que se complican y enredan con el paso de las temporadas. Contar con actores de la talla de Tommy Flanagan (Peaky Blinders, Gotham), Ron Perlman (Pacific Rim, The Blacklist) o Kim Coates (Crossing Lines), entre muchos otros, dota a la serie de una excelencia insuperable. Por eso seguimos sin entender su total ausencia en los Emmys del 2015, pues la evolución del personaje de Jax había sido magistralmente representada por Hunnam, al que no le llegó ni una triste nominación (renunció a su papel de Christian Grey para poder rodar la séptima y última temporada). Pero nosotros sí la premiamos, porque Hijos de la Anarquía es una de esas series que dejan huella y no se van, por muchas otras series que veas.

LO MEJOR:

  • Las interpretaciones y la banda sonora que arropan los intensos giros de guion.

LO PEOR:

  • Que su temática la haga poco apetecible para el público general.

https://youtu.be/FXjbllOSUnQ

 

Lorena Rodríguez

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Una tarde, con siete añitos, entré en el salón cuando mi madre veía El Padrino. La escena en cuestión era la del caballo y mi madre me gritó que no mirase, pero miré. Desde aquel entonces no pude dejar de mirar, de observar y soñar. Lo más cerquita que pude quedarme del cine fue haciéndome historiadora del arte. El cine es mi Tardis, un Delorean que me hace la vida real más fácil. Mi primera serie fue Urgencias, siempre fiel, a pesar de lo mal que la trató la tele. No sé decirle que no a una serie.