TUCA Y BERTIE Y EL FEMINISMO ANIMADO
Que el feminismo se ha puesto de moda es una realidad que, nos guste o aterre, está ahí. Son muchos los medios que se han hecho eco de temas englobados dentro del movimiento y los utilizan para estar al día. En el caso de las series y películas, ha servido para dar voz a creativas que tenían muchas cosas que contar. El feminismo animado ha estado representado por mujeres como Rebbeca Sugar con Steven Universe, siendo la primera mujer en dirigir una serie en Cartoon Network. Ahora ha llegado una nueva voz cantante, Lisa Hanawalt, que estrenó el 3 de mayo una nueva producción propia de Netflix: Tuca y Bertie.
La animación se ha alzado como un formato muy versatil donde hay cabida para todo tipo de historias. Netflix, que ha sabido ver el potencial del formato, lleva años haciendo sus apuestas con series como BoJack Horseman o Big Mouth, donde los temas que están a la orden del día son tratados a través de la animación. Tuca y Bertie es la última incorporación a este ya-no-tan-nuevo género que son las series de animación para adultos que, lejos de quedarse en el chiste fácil, profundizan hasta terrenos pantanosos que dan que hablar.
¿Quiénes están detrás de la serie?
Hay que tener en cuenta quién está al frente de esta producción, y es que conocer el espacio en el que te mueves facilita el trabajo de un creativo. En este caso, la creadora de la serie Lisa Hanawalt ha trabajado en el diseño de producción de BoJack desde 2014. Las influencias visuales, el diseño de los animales antropomórficos y la profundidad de los personajes beben claramente de la serie del caballo. A diferencia de esta, Tuca y Bertie crea un universo más ambiguo y loco, cercano a propuestas como Historias Corrientes.
A la hora de escoger las voces de las protagonistas, ese último punto que determinara su personalidad y hace que sean buenos personajes o un error muy caro, las elegidas fueron Tiffany Haddish como Tuca y Ali Wong como Bertie. Al novio de Bertie, Speckles, le pone voz Steven Yeun (The Walking Dead). La diversidad dentro del reparto contribuye al universo creado por Hanawalt en el que humanos conviven con pájaros y plantas que hablan sin que resulte algo chocante, eliminando problemas que siempre han existido en la industria como el white washing.
Amistad, feminismo y reivindicación animada
En primer lugar, que la serie gire en torno a dos mujeres protagonistas es un arma de doble filo que juega tanto a su favor como en su contra: a favor porque pocas series de animación han apostado por parejas de mujeres protagonistas, entre las que encontramos Daria y poco más; en contra porque criba al potencial espectador desde un primer momento, dando a entender que la serie es «de chicas» solo porque sus protagonistas son mujeres. Y, sorpresa, está muy equivocado.
La ficción es claramente feminista y se nota que hay mujeres escribiéndola y produciéndola. Sin embargo, no defiende el feminismo de forma directa, no le hace falta. Es tan fuerte el lazo entre las protagonistas y la forma que tienen de tomar decisiones que el feminismo está implícito en cada minuto. Expone problemas del día a día tales como las relaciones de pareja, el acoso en el trabajo o las enfermedades mentales en clave de humor, sabiendo ser seria cuando el guion lo requiere. Es coherente, entiende los problemas de los que habla y los expone de forma natural, sin tapujos, llegando a ser incluso incómoda en capítulos como The Sex Bugs.
La amistad es uno de los pilares fundamentales sobre los que se sostiene. Las protagonistas, que son como el agua y el aceite, experimentan los problemas de la treintena y lo complicado que es mantener relaciones de amistad cuando tu trabajo, tu pareja o tu propia cabeza ocupan todo tu tiempo. Gracias a ser radicalmente opuestas entendemos los problemas de ambas desde perspectivas muy diferentes, siendo la aceptación y superación de traumas algo que se trabaja capítulo a capítulo y que hace que el arco de las protagonistas se desarrolle muy ampliamente en tan solo 10 episodios. Eso sí, sin dejar de ser gamberras y de hablar sin pelos en la lengua de todo lo que les da la gana.
¿Se puede ser feminista sin estar repitiendo constantemente que se es feminista? Sí. ¿Es precisamente lo que hace la primera temporada de Tuca y Bertie? También. Pocas series empoderan a dos mujeres tanto como lo hace ésta, y pocas se atreven a hablar de problemas que nos afectan más allá de las relaciones con hombres. La vida adulta es dura, y Tuca y Bertie te lo repiten en cada capítulo sin dejar de luchar a diario por conseguir lo que quieren. Y sin dejar de pasárselo en grande.
Cris Domínguez
Me encanta! Personalmente me carga el nuevo «oportunismo» que se ve en series y peliculas con los temas sociales y muchas veces me han dicho machista por eso, pero en cambio esta serie no se siente forzada en ningun momento trata los temas de una manera que parece natural. Cuando la vi en netflix la verdad que lo primero que pensé fue «que clase de Bojack es este» pero luego de ver un par de capitulos me di cuenta que es algo completamente distinto y que no queda para nada a la sombra de esa serie
¡Nos encanta que te encante, Alex! Como bien dices, frente a las apuestas forzadas y muy medidas que otras ficciones y formatos tratan de «colar», Tuca y Bertie es reivindicativa sin la necesidad de decirlo en cada diálogo. ¿Será la digna sucesora de BoJack? ¡Estaremos atentxs para comprobarlo!