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ternura de The Rising of the Shield Hero
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THE RISING OF THE SHIELD HERO, CANCIÓN DE CUNA DEL ALBA

Pese a la recursiva base del Isekai, el trato frío de la fantasía oscura sirve como reformulación para un escenario que hemos visto en una enorme cantidad de obras. Y es que la fantasía suele entenderse como un concepto tan abstracto como dulce. Son pocas las obras que traten de retorcer sus ideales y convertir el concepto en algo más apto al contexto de cárcel que no de pista para el héroe en lo que al género se refiere.

Hai To Gensou no Grimgar es un gran ejemplo de ello, de cómo la llegada a un nuevo mundo no supone una ventaja sino la apertura de un mundo hostil para el que sus protagonistas no se encuentran mínimamente capacitados. Y, aunque tiremos las barreras del Isekai, Made in Abyss es una de las grandes facetas de cómo los conceptos fantásticos pueden originar una cohesión mucho más oscura sin renunciar a su particular carisma. Un concepto que The Rising of the Shield Hero ha intentado comprender y utilizar a lo largo de su, aún, breve extensión.

«The Rising of the Shield Hero es una obra conflictiva consigo misma», citaba en mi anterior referencia a la obra, donde aseguraba que partía de un base ciertamente torpe y vaga que servía para inspeccionar a su protagonista desde un tono especialmente más oscuro, pero también más aprensivo. Ahora, con Canción de cuna del alba, su cuarto episodio, la obra da un paso al frente y propone un cambio que sirve como una pequeña redención.

La forma del héroe

Y es que hasta ahora el esquema de la obra no había acabado de cuajar. La unión de Naofumi y Raphtalia ciertamente marcaba un nuevo punto en la estructura narrativa de la misma. Tras verse arrastrado por el fango y atado a la más baja estigma social, el chico encontraba en ella un punto de esperanza, un bastón. Una espada. Incluso partiendo de esa idea de anti-héroe (que realmente cumple a medias tintas) presente en la obra, el chico no solo se decantaba por Raphtalia a la hora de hacerse con un esclavo —mostrando así claros dotes humanitarios, salvándola de dicha vida— sino que además mostraba verdadera preocupación por ella. Por su salud y sus males.

Breves escenas repletas de ternuras que escenificaban el núcleo argumental de la obra. La comida especial para niños mientras él a duras penas se alimentaba, las medicinas, su apoyo a la hora de combatir los ataques de pánico que arrastraba la chica… Naofumi construye una relación protectora sobre ella, llegando incluso a ofrecer su vida como escudo al ver que Raphtalia será incapaz de enfrentarse a sus miedos en la mina.

Es un punto que vuelve a ponerse de manifiesto en su tercera entrega, cuando el héroe del escudo decide luchar con todas sus fuerzas para salvar el pueblo en vez de atacar de forma directa al líder enemigo. Pese a que la obra no dedica un gran espacio a la reflexión, la idea que es el héroe más bajo —al que realmente no se le considera como un héroe de verdad— el que acepta el riesgo más alto se encuentra latente en la misma. Una serie de escenas que conforman una única pregunta. ¿Qué significa ser un héroe?

Canción de cuna del alba

Toda una serie de precedentes que toman forma en Canción de luna del alba, su último episodio, y que se entiende como una ligera evolución de lo que la obra persigue con la redención de Naofumi. Porque pese a sus avances a lo largo de la historia el chico no parece haber logrado ningún tipo de cohesión con Rapthalia. Incluso en la escena más emotiva hasta el momento, cuando ella le ofrece su lealtad —rompiendo por completo cualquier posible resto moral de la relación de esclavitud— el chico parece distante. Encerrado en una cárcel de cristal que le impide ver una realidad que, seguramente, considera demasiado dolorosa para poder afrontarla.

«¡Yo seré tu espada! Te seguiré a cualquier parte»

El ataque que sufre durante la celebración sirve, de nuevo, para convertirlo en víctima y utilizarlo como objeto de burla. The Rising of the Shield Hero insiste en una fantasía oscura que no pone tanto su vista en un mundo retorcido sino en la desesperación de verse convertido en paria. El momento en el que Motoyasu le reta para romper su contrato con Raphtalia se niegan todos los progresos del chico a través de su desgracia. Nadie le reconoce. A nadie le importa. Solo se hablará de las proezas del héroe de la lanza, al deshacerse de un mal tan insustancial como resulta la idea de su compañero. Hasta su relación con Raphtalia se reduce al mínimo exponente, a la obligatoriedad de acompañarle por su contrato.

Y es así como Canción de luna del alba se convierte en una nueva visión del mundo que propone la obra. El momento en que Raphtalia se libera de su atadura —una metáfora sobre el concepto de esclavitud que se ve invertido— y responde a Motoyasu propinándole un bofetón toda la serie gira sobre sí misma. Se le reconozca o no Naofumi ha luchado incansablemente contra una condición impuesta. Ha salvado a Raphtalia. Pero también ha salvado a decenas de personas sin buscar el más mínimo reconocimiento. Y ya es hora de que se salve a sí mismo también.

La obra brilla en su uso de recursos narrativos. En como el héroe se retira a su propio espacio, escondiéndose en su propia oscuridad, reduciéndose en su propia desgracia. En como es Raphtalia quien aparece para calmarlo, para demostrarle que no está solo. La tiene a ella. Y ella confía en él. Aunque nadie más lo haga ella siempre será su espada. Un juego metafórico que toma la forma apropiada para el desarrollo de la obra. La simbología de la espada y el escudo, de cómo se protegen entre sí. Inseparables.

Asami Seto realiza un trabajo increíble con el cambio de voces que representa, a su vez, el cambio de Raphtalia y la visión del propio Naofumi. La aceptación de esta nueva forma de la chica, del crecimiento que él mismo ha propiciado con sus cuidados y mimos —que además sirve para introducir una nueva mecánica que resulta cohesiva con su mundo y explica el racismo contra los demi-humanos— sirve como aceptación de sí mismo. De sus esfuerzos y su lucha. Las palabras de Raphtalia se convierten en la primera muestra de ternura que el héroe del escudo recibe desde su llegada al nuevo mundo. Pero lo verdaderamente importante es que Naofumi abra los ojos y entienda que siempre han estado ahí.

«Aunque tu no confíes en nadie… yo confío en ti. En la persona que me salvó. En el gran héroe del escudo»

La ternura que la chica pone de manifiesto delante de todo el reino sirve, en cierta forma, para romper las cadenas de Naofumi. Una muestra de cómo él ha luchado para ganarse su confianza, afecto y lealtad. Incluso cuando Motoyasu replica, el resto de héroes reconocen la ternura de la escena y el crédito de Naofumi.

Canción de cuna del alba abre un nuevo camino para The Rising of the Shield Hero. Para Naofumi. Para Raphtalia. Más allá del reconocimiento, es su ternura la que se convierte en la cura para sus males. El hecho de que el chico consiga abrir su horizontes y despejar esa oscuridad que lo atenazaba, que olvide un papel de anti-héroe que no casaba con él, es ahora su mayor virtud. Estando en lo más bajo, Naofumi solo puede crecer y si la obra le da el permiso necesario y abandona el papel de víctima puede ser una gran apuesta. Solo tiene que seguir el camino correcto. Ahora, seguro, con la ayuda de Raphtalia como guía ante la penumbra que le aguarda.

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Óscar Martínez

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Escribo más que duermo. Ávido lector de manga y entusiasta de la animación japonesa. Hablo sobre ello en mi tiempo libre.