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ROBIN HOOD

LOS ANTECEDENTES

Solo hay que echar un rápido vistazo a la filmografía del director inglés Otto Bathurst para hacerse una idea del enfoque de esta nueva reinterpretación del mito de Robin Hood. Bathurst es el encargado del maravilloso episodio piloto de Black Mirror. También lo es de los tres primeros capítulos de Peaky Blinders. En ellos se establece el universo en el que viven los personajes, el tema sobre el que va a girar la serie y el tono, algo de lo que ha bebido directamente para esta versión de Robin Hood.

A la hora de aproximarnos a la película conviene dejar atrás prejuicios y versiones pasadas. Esta versión de Robin Hood quiere distanciarse desde el minuto uno y lucha en todas sus escenas por ofrecer algo diferente a lo visto en otras adaptaciones.

LA PELÍCULA

Si algo distingue a esta versión 2018 es su apuesta por el entretenimiento inmediato. Más allá de aventuras o reinvenciones históricas, se utiliza la leyenda de Robin Hood para componer un espectáculo poco original pero de sobrada eficacia. Se recurre a referentes muy alejados del cine de aventuras al que teóricamente pertenece la cinta. Hay ecos de El caballero oscuro, humor a la Marvel, revueltas con el poso revolucionario de V de Vendetta, escenarios preindustriales que huelen al carbón y azufre de Peaky Blinders e incluso una escena inspirada directamente en Black Hawk derribado.

Moldear la historia para que suene actual y moderna no ha sido difícil teniendo en cuenta el contexto social y geopolítico actual. La permeabilidad del miedo al desconocido en el pueblo y la manipulación de este por parte de los gobernantes es el eje central sobre el que gira todo el relato. La lucha antisistema, el descontento social, la corrupción de los que deben proteger al pueblo frente al poder… Todos son temas de rabiosa actualidad, en los que se profundiza lo justo para seguir siendo un entretenimiento ligero. Sin duda, lo mejor y lo que más diferencia a la película de otras versiones.

El mayor problema que tiene el guion escrito por los poco conocidos Ben Chandler y David James Kelly es la inverosimilitud. Nunca terminas de creerte a los personajes, los giros de guion, o los diálogos, forzados buscando una brillantez inexistente. Otro problema que arrastra el metraje es el montaje. La dirección de Otto Bathurst es correcta y a veces brilla en planificación, pero se nota que la película ha sufrido en la sala de montaje en su tercio final, tomando decisiones poco favorecedoras y que precipitan un final tosco y predecible; esto lastra y acelera el ritmo fílmico de una manera que parece un poco arbitraria.

El cómo refleja la violencia nos dice mucho de la intención de una película. En esta cinta nuestro héroe se enfrenta a soldados con casco, totalmente despersonalizados, con lo que consigue una violencia estética donde nunca se muestran los efectos de esta, e incluso el efecto de los flechazos está muy suavizado. Si a eso le añadimos que a veces bebe directamente de la narrativa del videojuego, tendremos otro referente más en ese popurrí.

Mención aparte merece el diseño de producción. Al tomar la decisión de no moverse en un entorno fidedigno históricamente, han transformado la apacible aldea de Nottingham en la Birmingham de Peaky Blinders. Un lugar preindustrial con referencias steampunk, con obreros hastiados y explotados. Un caldo de cultivo perfecto para mostrarnos esa lucha de clases.

El resultado final es un entretenimiento digno y con algunas buenas ideas, pero olvidable y con un guion demasiado forzado para tomarlo en serio.

ELLOS Y ELLAS

Correcto es como se podría calificar el trabajo de Taron Egerton como Robin Hood. Mantiene el tipo y da credibilidad a momentos en los que el guion se muestra inverosímil. Otras veces se nota que le falta empaque. Su personaje tiene bastante del Bruce Wayne de Christian Bale, aunque tratado con una profundidad mínima.

Jamie Foxx hace lo que puede. Las reacciones y las motivaciones más difíciles de creer para el espectador las tiene su personaje. No obstante, la vis cómica y el físico de Foxx salvan la papeleta.

Por su parte, Eve Hewson (El puente de los espías) compone una lady Marian sin mucho carácter. Sirve como personaje soporte pero es soso e intranscendente de manera individual. Nuevamente la mayor culpa de esto es del guion, más que de la propia actriz.

LA SORPRESA

Una persecución de carros de caballos en una Nottingham steampunk y rodada como si fuera A todo gas. Esta versión de Robin Hood lucha en cada escena por superar la peripecia más difícil.

LA SECUENCIA / EL MOMENTO

Sin duda el mejor momento de la película es esa reinvención de las cruzadas, con francotiradores arqueros mediante. Una versión inspirada en planificación e iluminación en películas como Black Hawk derribado. Es un momento que funciona en todos los aspectos y, al ser el comienzo de la película, una buena carta de presentación de lo que vamos a ver.

TE GUSTARÁ SI…

Si te gustó más Robin Hood, príncipe de los ladrones que la versión de Ridley Scott. De hecho, se puede interpretar esta versión de Robin Hood como una actualización de dicha cinta.

LO MEJOR

  • La frescura con la que convierten el bosque de Sherwood en una ciudad industrializada steampunk.

LO PEOR

  • El guion: flojo, inverosímil y lleno de lugares comunes.

 

Pablo García

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