“Aquella serie no se llamaba Ross o Monica. Allí no había protagonistas absolutos: nadie acapararía todos los elogios si la serie triunfaba, ni todas las críticas si fracasaba. Tenían que trabajar hombro con hombro”.
Kelsey Miller en I’ll be there for you.
Este año marca el 25 aniversario desde que se estrenase en la NBC americana el primer episodio de Friends, una serie protagonizada por seis jóvenes de veintitantos que habían formado una familia junto a sus amigos. Kelsey Miller se pone tras el teclado en I’ll be there for you para hablarnos del fenómeno que causó una de las mayores sitcom de la historia, tanto en el sector audiovisual como en la sociedad americana (y, finalmente, internacional).
El de los protagonistas como familia
En el libro editado por HarperCollins Ibérica, Miller abarca los diez años que duró la serie, reflexiona sobre gran parte del equipo que la hizo posible (reparto aparte) y busca la perspectiva de profesionales del sector que se acercaron a la producción. Sobre todo, se centra en la importancia de que el mecanismo que era Friends se mantuviera engrasado y con todas sus piezas intactas.
La autora se toma su tiempo para hablar sobre los protagonistas y las vivencias profesionales y personales por las que pasaron antes de llegar a la serie. La experiencia de Courtney Cox en Seinfeld fue clave para unir a los seis amigos, y es que gracias a ello pudo conocer el secreto de una buena serie: trabajar siempre unidos. Miller destaca la alianza creada entre Cox, Jennifer Aniston, Matt LeBlanc, David Schwimmer, Matthew Perry y Lisa Kudrow desde antes de que comenzase su rodaje y cómo el sistema de votación que desarrollaron fue el que llevaría a la serie a tener diez temporadas o cobrar más de un millón de dólares por episodio, entre otros aspectos.
Gran parte del éxito de Friends, según relata la escritora del libro, se debió a la relación que surgió entre el grupo de amigos, pero aparte de su biografía previa a la serie, Kelsey Miller rechaza sumergirse en la vida personal de las estrellas (no incide, por ejemplo, en las adicciones del intérprete de Chandler durante parte de la grabación).
El de los errores y aciertos de Friends
Friends tuvo que enfrentarse a muchas “primeras veces” de la industria televisiva. No era la primera comedia de situación en llegar a la NBC, pero la fama que alcanzó marcó un punto histórico para el sector audiovisual. La serie estaba plagada de aciertos desde la pre hasta la postproducción, pero ni ellos ni sus millones de espectadores la eximieron de cometer alguno de los grandes errores de la industria.
En la publicación Miller resalta algunos de los más sonados: la campaña de publicidad que se llevó a cabo para Coca-Cola y que culminó con una sobreexplotación de la serie, sus personajes y la imagen pública de sus actores, o alguno más sutil como la creación de tramas cuestionables como la relación de Rachel y Joey.
Una serie con errores a una edad tan temprana, como ocurrió con la campaña de Coca-Cola no habría salido adelante sin grandes aciertos que la respaldasen. Además de la magia que se producía fuera y dentro del set de rodaje cada vez que se unían sus protagonistas, la cadena llevó a cabo grandes decisiones como el viaje a Londres por la segunda boda de Ross. Aquella deslocalización le valió a Friends una proyección internacional y la validación de un público hermano en lengua, pero de difícil acceso en cuanto a humor se refería.
La autora de I’ll be there for you llevó a cabo una serie de entrevistas y un proceso exhaustivo de documentación (que incluye desde artículos hasta extractos de entrevistas con creadores y reparto) para poder analizar qué fue lo que llevó a Friends a mantenerse en el número uno durante casi diez años.
El de Friends como una cara amiga
En muchos aspectos I’ll be there for you narra la experiencia personal de Kelsey Miller con la serie. Lo hace sobre todo para intentar mostrar el impacto que una sitcom como Friends llegó a producir en una persona de a pie desde 1994, pero sobre todo para mostrar cómo hoy en día, veinticinco años más tarde, seguimos mirando la serie como una gran amiga que nos entretiene desde el otro lado de la pantalla.
Para la sociedad global y en concreto la americana, la serie creada por Marta Kauffman y David Crane se convirtió en parte de su día a día y en su cita indispensable cada jueves por la noche. La pertenencia de Friends a un mundo lo suficientemente real como para verse reflejado, pero no tanto como para medir la verosimilitud de su hilo argumental, hizo que para muchos recurriesen a ella para separarse del peso de su vida, algo que se mostró sobre todo después del episodio de las Torres Gemelas.
Ese estatus no llegó de la noche a la mañana. La audiencia decía su cariño a los “amigos” a cambio de que ellos mantuvieran ciertas dinámicas. La trama de la serie no era completamente impredecible, sus creadores se encargaban de contentar a los millones de espectadores, pero siempre sorprendían con el camino que recorrían los personajes hasta llegar al punto clave que deseaban desde el otro lado de la pantalla.
Kelsey Miller habló con uno de los testigos que vio nacer el fenómeno antes de que se volviera en una locura: el reportero de la Rolling Stone David Wild. Wild analizó en 1995 las claves del inicio, qué era lo que hacía especial a la serie y por qué la audiencia se enamoraba cada noche de sus personajes y las vidas que mantenían.
El del análisis de la serie desde la perspectiva actual
Una de las grandes problemáticas en torno a las que gira gran parte del libro de Miller es el análisis de la serie desde la perspectiva actual en cuanto a los problemas sociales se refiere. Incide en que llevar este proceso a cabo suele ser, cuanto menos, decepcionante, pero a su vez explica por qué los problemas que pudiera tener Friends en este frente no afectan a su calidad.
La publicación no solo habla de la serie en términos formales, sino que además analiza el propio análisis de su compromiso social. Kelsey Miller intenta abordar este tema entrevistando a personalidades clave de comunidades raciales apenas representada en la serie. También recurre a activistas LGTB+ y feministas para hablar de la representación de la comunidad y del tratamiento de la mujer y cómo estas personas creen que afectó en sus respectivas “parcelas”.
Aunque la autora intenta mantenerse imparcial en este tema y basarse en sus entrevistas e información recabada para la sección, quizás se note un intento vano de defender lo indefendible. Friends no era racista, pero apenas incluía personajes de color a pesar de ambientarse en Nueva York. Friends no era homófoba, pero parte de sus chistes radicaban en la ridiculización de gente que forma parte del colectivo LGTB+. Friends no era machista, pero nadie puede negar la extrema sexualización de la mujer en la serie en varias ocasiones. El problema no es que la producción tuviera algún desliz en estos aspectos, sino que la industria audiovisual y la sociedad en general no lo veía como algo problemático en aquel entonces.
I’ll be there for you nos ofrece la oportunidad de conocer un poco mejor la serie, a sus protagonistas y a los creadores y productores. Miller nos habla con gran maestría sobre los factores decisivos y que ayudarían a Friends a marcar un antes y un después en la historia televisiva y, sobre todo, nos ayuda a enamorarnos un poquito más de la serie con anécdotas y experiencias a las que aún no nos habíamos acercado.
Si eres un enamorado de la familia que formaron estos seis amigos en Manhattan, el libro te ayudará a comprender su fenómeno y a descubrir cómo cambiaron las vidas de sus protagonistas de un día para otro.
María Reinoso
20 grandes cameos en Friends
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