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PALOMARES: DÍAS DE PLAYA, PLUTONIO Y SECRETISMO

El 17 de enero de 1966 amaneció en la localidad almeriense de Palomares con la amenaza nuclear bajo el brazo. Ese día un bombardero B-52 del ejército estadounidense protagonizó el capítulo más negro de nuestra historia de incidentes atómicos al envolverse en llamas durante una rutinaria operación de reabastecimiento en el aire. Cargado con cuatro bombas termonucleares que volvían a casa tras la anulación por parte de Estados Unidos de un bombardeo en territorio ruso (y eso ya es carne para un thriller de primer orden), el avión acabó estrellándose en la localidad de Palomares, sin que el accidente causase a primera vista ningún desastre material o humano en la zona, a excepción de la muerte de 3 de los 7 tripulantes del bombardero y la muerte de los pilotos del avión cisterna que hacía las labores de reabastecimiento.

Palomares había salido indemne de esta catástrofe aérea pero la tranquilidad duró muy poco porque en cuanto se supo que el B-52 iba cargado con cuatro bombas 75 veces más potentes que las que arrasaron Hiroshima y Nagasaki todas las alarmas saltaron en Madrid activando un protocolo conjunto en el que el gobierno español y el norteamericano peinaron la zona con el mayor de los secretismos en busca de las cuatro cabezas termonucleares. Si bien ninguna de las cuatro estalló, una de ellas se encontró intacta y dos aparecieron con desperfectos, lo que provocó el vertido de parte de su plutonio por la zona. La cuarta no se encontraba por ningún lado y finalmente fue rescatada de las aguas del litoral almeriense por un pescador que la encontró a 8 kilómetros de la costa (de ahí la famosa foto de Fraga bañándose en Palomares para demostrar que no había riesgo para la población).

Palomares El Palomitrón
Fuente Infografía: El País

La búsqueda de las cuatro «flechas rotas» («broken arrow» es el término que usa el gobierno de Estados Unidos para referirse a incidentes en los que intervienen armas y componentes nucleares) y la oscura historia que rodea a este accidente vertebra la trama de Palomares, la nueva serie documental original Movistar+ que reconstruye 55 años después por primera vez, en clave de thriller, lo que sucedió en aquellos días. La serie, en formato documental de cuatro episodios, sacará a la luz por primera vez en formato de ficción audiovisual los documentos y materiales recientemente desclasificados y cientos de imágenes y fotografías inéditas fruto de una larga investigación. Un relato que será contado por personas que vivieron los hechos en primera persona y por expertos en la materia, como el periodista Rafa Moreno, que en 2016 ya publicó «La historia secreta de las bombas de Palomares» con la editorial Crítica.

Esta nueva serie documental original Movistar+ en colaboración con 93 METROS se asomará a una de las historias más sobrecogedoras, fascinantes y desconocidas de la historia reciente de nuestro país para recrear una carrera contrarreloj que desplazó a la zona a 1.600 soldados norteamericanos para activar un dispositivo de búsqueda que duró 80 días, en el que también participó la Guardia Civil y en la que no faltaron las tensiones entre Madrid y Washington. Un episodio que siempre ha estado rodeado de secretismo y del que aún a día de hoy todavía se desconocen muchos detalles.

Palomares llega a #0 de Movistar+ el próximo 22 de abril y supone una nueva colaboración de la plataforma con la productora 93 METROS, tras El palmar de Troya o Clandestino. Dirige Álvaro Ron (Hernán, La Caza: Monteperdido), que también ha escrito el guion junto a Daniel Boluda y Maria Cabo.

 

Alfonso Caro

 


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Alfonso Caro Sánchez (Mánager) Enamorado del cine y de la comunicación. Devorador de cine y firme defensor de este como vehículo de transmisión cultural, paraíso para la introspección e instrumento inmejorable para evadirse de la realidad. Poniendo un poco de orden en este tinglado.