Apenas quedan horas para el estreno de Nasdrovia. Inspirada en la novela El hombre que odiaba a Paulo Coelho, el thriller cómico estrenado en el FesTVal se convierte en la nueva apuesta de Movistar +. Hacer frente a la crisis de los 40 mientras lidias con una mafia, ¿Qué puede salir mal? Para conocer un poco más sobre cómo ha sido el rodaje y la producción desde dentro, hemos hablado con sus dos protagonistas, Leonor Watling y Hugo Silva.

Para entrar en situación, la ficción creada por Sergio Sarria y Miguel Esteban nos presenta a Edurne, una reputada abogada que junto a su exmarido, Julián, lucha a capa y espada en favor de la corrupción. El problema es que ninguno de los dos es feliz y la crisis de los 40 es ya una realidad. Tras dejar su trabajo para abrir un restaurante con un desconocido, la vida les pondrá otro bache más en el camino, la mismísima mafia rusa.

¿Qué hay del formato?

Nasdrovia es una serie diferente, no se ajusta al modelo de comedia que tenemos en España. Para Hugo este cambio estructural no ha sido un problema. “Yo creo que el formato funciona muy bien de cara al público. Es más adictivo, más fácil de consumir. A la hora de poner en pie un proyecto así, con una temporada tan corta, el rodaje se acaba pareciendo mucho más al de una película. Es una forma que me resulta muy divertida”.

Leonor, acostumbrada al drama, reconoce que la serie ha sido una especie de punto y aparte muy necesario. “Yo tenía muchas ganas de hacer comedia, pero lo que le suelen pedir a los guionistas en España es casi como el milagro de Lourdes. El hecho de que los episodios sean de media hora no es aleatorio. Viene de toda una tradición que bebe de series como Frasier o Friends, series que tienen una broma cada tres minutos, pero que solo aguantan un rato como los platos chinos. En España estábamos atados a comedias de 60 min por culpa de las cadenas generalistas y sus franjas publicitarias. Como espectador y como guionista era muy pesado. Por suerte, Nasdrovia no funcionaría en otro formato que no fuera media hora, es como un soufflé”.

Libertad implícita

Respecto a su humor, ambos concuerdan en que parte de su encanto reside en su sutileza. Silva comenta la importancia también de su punto crítico. “Como comedia es muy desconcertante. Engancha desde el principio. Además, es muy ácida. Ya en el primer capítulo se presenta un marco donde los personajes luchan por sobrevivir. Nasdrovia es un espejo de cómo funcionan ciertos círculos”.

Watling tiene claro que es lo que la enamoró del proyecto. “Tiene un guión muy brillante y pienso que está muy bien hecha. Además te ríes mucho, y qué gusto reírse. Es un reflejo de nuestro sentido del humor, que es muy cínico”.

La libertad para trabajar es esencial. Hugo añade que actuar bajo las órdenes de Sarria y Vigil le han ayudado a la hora de interpretar a Julián. “Cuando lo leí por primera vez, me pareció un proyecto poco usual. Me preguntaba sobre todo cuál sería el tono ideal. Luego, cuando empezamos con las lecturas grupales todo fue más sencillo. La libertad ya iba implícita en el guión. Estuvimos muy cuidados por Marc y el resto del equipo. Ha habido mucha convivencia. Nos hemos gustado, nos hemos enamorado… Esto es algo que suele ocurrir cuando ruedas fuera, y es gracioso pensar que ha ocurrido durante un verano en Madrid”.

“Yo estoy de acuerdo con Hugo. Lo más difícil es llegar con el nivel de energía que hace falta para estar concentrado. Ya de por sí, la comedia requiere más energía que el drama. Yo soy una persona con poca energía, por eso tenía que estar tan atenta. Con el equipo que teníamos fue muy fácil”.

La cuarta pared

Respecto a la ruptura de la cuarta pared, Nasdrovia ha apostado de lleno. Para Leonor, que su personaje recurra a esta técnica es algo que le ha parecido natural y nada forzado. “Cuando un personaje no está bien construido es difícil interpretarlo, en este caso no lo ha sido.  Es cierto, que como actor siempre tienes mucho reparo en mirar a cámara. Pero la verdad que me resultó muy fácil trabajarlo. En la novela es Julián el protagonista, por lo que en la serie está dado la vuelta. Veo la voz de Edurne como un destilado del monologo interior de Julián. Tiene esa necesidad de contar lo que está pasando”.

Los guiones han sido también necesarios para que la serie y su personaje saliera adelante. Leonor agradece la labor para con el trabajo de Sarria. “A mí no se me ocurrió cambiar una frase. Cuando algo está escrito tan impecablemente lo único que pedía cada mañana era acordarme de lo que había escrito. El guión de Nasdrovia es una máquina perfecta”.

Alonso Muñoz

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