MAYA

LOS ANTECEDENTES
Títulos anteriores como Eden y El Porvenir, la consagraron con diversas presencias importantes en festivales. Considerada por muchxs como una de las voces propias del cine de autor francés más interesantes del panorama europeo contemporáneo, Mia Hansen-Löve regresa con un nuevo film. Se trata de Maya un drama intimista presentado en la pasada edición del Festival de cine de Sevilla, su sexto largometraje hasta el momento.
LA PELÍCULA
La guerra de Siria se convierte en un telón de fondo simbólico con mucha fuerza. De esta manera, la directora utiliza el trauma como una excusa para escaparse de los lugares comunes y romper con la monotonía del personaje de una manera inesperada. La narrativa comienza desvelándose muy lentamente y apenas sin contexto. La presentación del personaje es sencilla e impecable y establece un primer acto muy marcado por el drama personal, orbitando sobre el conflicto político, el horror, la Francia más perdida.
Pero cuando la película se rebela por completo es cuando se traslada a la India, cuando nos quedamos atrapados con el protagonista en su viaje. Cuando salvando las distancias, nos damos cuenta del vaivén, del desasosiego que anteriormente estaba implícito en todas sus miradas y que se va disipando mientras explora, sin muchas ganas y sin mucho empeño, las fronteras de lo propio, las fronteras de su identidad. Ahí se convierte en un film sobre lo inesperado, sobre aquellas cosas que no estamos buscando y encontramos cuando más lo necesitamos.
Con un romance ligeramente forzado, la cinta se torna necesariamente positiva y siguiendo los films anteriores de la directora: se pierde para explorar en el aparente vacío de sus personajes. No sorprende el ritmo pausado, que no lento, que apacigua la narración. Los personajes están perfectamente bien encuadrados en un relato mundano y llevado con gusto en el marco exótico de la India.

ELLOS Y ELLAS
Roman Kolinka, al que hemos visto casi exclusivamente en anteriores obras de la directora, está sensacional. Con una naturalidad arrolladora, nos traslada de lleno a la película, es el motor. Su presencia es un soplo de aire fresco, representa una masculinidad atípica sin caer en obviedades o clichés. Por su parte Aarshi Banerjee tiene momentos. La diferencia en el idioma no ayuda a ocultar las carencias interpretativas (sobretodo en texto) de la actriz, pero su presencia es muy afable y, por otra parte, el hecho de no ser un rostro conocido aporta mucho al conjunto en otros aspectos.
LA SORPRESA
El uso de la música es, más bien, discreto. Sin embargo, en una ocasión una melodía introducida diegéticamente (y a capella) será la que posteriormente nos dará la clave del film, rompiendo de manera muy simbólica y consiguiendo hacer circular la película.

LA SECUENCIA/MOMENTO…
Una de las escenas más interesantes de la cinta es la primera. Un plano bastante largo abre el metraje, éste deja entrever un desnudo muy elegante para sugerir la vulnerabilidad del personaje y desde el principio establece esta intimidad que inundará posteriormente la película.
TE GUSTARÁ SI…
Buscas una película para perderte con sus personajes a fuego lento y sin pausa, pero sin prisa.
LO MEJOR
- Se adivina la intimidad de la propuesta y se intuye que es una película muy personal.
- El viaje del personaje es una experiencia que conduce la película de manera muy satisfactoria y recorriendo muchos espacios enriquecedores y visualmente muy estimulantes.
LO PEOR
- La idea de que se pueda llegar a vender como una comedia romántica.
- Aunque la presencia de Roman Kolinka lo compense, su compañera de reparto, Aarshi Banerjee tiene momentos en los que puede que no esté dónde debiera.
Juan Luis Martínez