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MARISOL: DE NIÑA PRODIGIO A ACTRIZ DRAMÁTICA

El próximo lunes 2 de diciembre se dará a conocer la lista de nominados a la 34 edición de los Premios Goya que se celebrarán en Málaga el próximo 25 de enero de 2020 pero hay un premio que ya está concedido y ese es el Goya de Honor que este año ha sido otorgado a la cantante y actriz Marisol (Pepa Flores). Este premio es una buena excusa para hacer un repaso por toda la trayectoria profesional de Pepa Flores frente a las pantallas que es equiparable a toda su carrera musical ya que su filmografía abarca desde principios de la década de los 60 hasta mediados de la década de los años 80 cuando ya se retiró de la vida pública.

Igual la figura de Marisol o Pepa Flores, que es su nombre real, se asocia con la etapa de los niños prodigio como Joselito pero no seríamos exactos si no centráramos la atención en toda la trayectoria de esta actriz que supo dar un giro a su carrera a partir de principios de la década de los 70 demostrando que tenía tablas más que suficientes como para encarnar papeles protagonistas alejados del prototipo de niña buena al que tenia acostumbrado al público de la época desde que despuntó con Un rayo de luz en 1961. Porque Marisol ha trabajado con los mejores directores de la época: desde Luis Lucia a Carlos Saura o de Juan Antonio Bardem a Mario Camus por lo que nos encontramos ante una actriz cuyo Goya de Honor está más que justificado.

Sus inicios en la profesión

MARISOL - EL PALOMITRON

 Nacida en 1948, en Málaga, Marisol aprendió desde muy pequeña a cantar y a bailar y ya con ocho años empezó a recorrerse media España al contratarla un empresario para su gira. Fue su primer acercamiento al mundo del espectáculo pero no sería hasta 1959, con once años, cuando se traslada a Madrid y despunta en la radio, en uno de los múltiples concursos que se realizaban por aquel entonces, donde formaba parte de un grupo de la Sección Femenina donde ella era la solista. Tras acudir a Televisión Española junto con el grupo musical fue descubierta por Luis Lucia y por Manuel J. Goyanes quien se convertiría en su primer representante y con el que inició toda una carrera cinematográfica además de musical.

Su estreno en la gran pantalla se produce en 1961 con Un rayo de luz, dirigida por Luis Lucia, director con el que trabajaría en varias ocasiones y del que, según contó en alguna ocasión la propia Marisol, no guarda buen recuerdo ya que tenía un carácter bastante agrio. A esta película (por la que consiguió el premio a mejor actriz infantil en el Festival de Venecia) le siguen títulos como Ha llegado un ángel (1961) y Tómbola (1962), ambas dirigidas por Luis Lucia y donde la estructura solía ser más o menos la misma: el personaje que interpretaba Marisol se llamaba igual en la película, el argumento estaba al servicio de las canciones (en aquella época este tipo de largometrajes se realizaban con fines comerciales y publicitarios para anunciar a las estrellas del momento) y estaba rodeada por actores de la talla de Isabel Garcés, Carlos Larrañaga, Rafael Alonso o Rafaela Aparicio en el caso de Marisol rumbo a Río (Fernando Palacios, 1963).

De niña a adolescentePEPA FLORES MARISOL - EL PALOMITRON

En 1964, Marisol ya tenía 16 años y lógicamente no podía seguir dando la imagen de niña dulce y tierna que había reflejado en sus primeros filmes pero su representante, productor  y demás gente seguían empeñados e interesados económicamente en seguir explotando el producto, su producto. Una niña prodigio que sus descubridores habían diseñado a su antojo y explotado hasta la saciedad y tanto es así que hasta para evitar que en pantalla aparentase la edad que tenía llegaban a vendarle los pechos y así poder estirar la figura de niña bien que tantos éxitos comerciales había producido a más de uno, salvo a la protagonista que recibía lo mínimo comparado con las cifras millonarias que gracias a su imagen se conseguía recaudar.

Filmes como La historia de Bienvenido (Augusto Fenollar, 1964), La nueva Cenicienta (George Sherman, 1964) o Búsqueme esa chica (Fernando Palacios, 1964) fueron estrenados en el mismo año, otro ejemplo más de cómo el ansia por seguir explotando el producto propiciaba el encadenar un rodaje tras otro, mientras tanto toda España seguía admirando a la joven niña (o adolescente) Marisol, ajenos a todo lo que estaba pasando; contaba la propia actriz que, en los rodajes, si tenía que hacer una escena dramática y no conseguía llorar la amenazaban diciéndole que si no lloraba no vería a su madre.

En Cabriola (1965), Marisol fue dirigida por Mel Ferrer que tenía fama de mal carácter y que por aquel entonces estaba casado con Audrey Hepburn la cual enseñó a la joven a maquillarse los ojos para rodar. Se acercaba ya el fin de una etapa y películas como Las 4 bodas de Marisol (Luis Lucia, 1967) o Solos los dos (Luis Lucia, 1968) lo evidencian: ya no había rastro ninguno (salvo las canciones) de aquella niña angelical que había conseguido el estrellato a principios de los años 60. Marisol ya era mujer.

De niña prodigio a mujer

PEPA FLORES - EL PALOMITRON

 Carola de día, Carola de noche (1969) marca un cambio en la carrera de la actriz, pese a que continuaba con su faceta musical y la película está acompañada de algunos de sus temas ya comenzó a trabajar con directores más reconocidos dentro del panorama nacional: en esta ocasión fue Jaime de Armiñán quien la dirigió y fue la última película producida por su descubridor Manuel J. Goyanes. Aunque Marisol se hubiera hecho mayor tampoco se puede decir que recibiera guiones de proyectos de lo más interesantes; esta película el único cambio que tiene, respecto a las anteriores, es que Marisol tenía ya 21 años y las películas ya podían incluir tramas amorosas.

Entre 1969 y 1973 hay un parón en su trayectoria cinematográfica pero no se puede pasar por alto lo ocurrido en 1970. La actriz, aconsejada por su marido Carlos Goyanes que era su representante en aquel tiempo, accedió a hacer una sesión de fotos desnuda para un proyecto que estaba llevando a cabo Bernardo Bertolucci y que contaría con el protagonismo de Alain Delon, sería su primer proyecto internacional pero al final aquello no prosperó; eso sí, las fotos se quedaron guardadas en un cajón y la revista Interviú las publicó a finales de los años 70.

En La chica del Molino Rojo (Eugenio Martin, 1973), Pepa Flores coincidió de protagonista con Mel Ferrer, que la dirigió en Cabriola, y ya tuvo la oportunidad de poder iniciarse en su etapa (separada ya de los Goyanes y con Paco Gordillo como su representante) de actriz más dramática, con papeles con más profundidad, pero, de momento, seguían incluyendo números musicales en sus películas (bien es cierto que también era su oficio, el de cantante) aunque en este filme están totalmente justificados al estar ambientado en una especie de cabaret. El filme recaudó más de 300.000 euros de la época.

Con Juan Antonio Bardem llegó a protagonizar dos películas. La corrupción de Chris Miller (1973) donde coincidió con la actriz de la nouvelle vague Jean Seberg en un filme de terror en el que Marisol pudo interpretar a una mujer atormentada rozando casi la locura. No estamos ante la mejor etapa del director pero aún así consiguió que más de un millón de espectadores acudieran a las salas y que Pepa Flores se desligara, totalmente, de su periodo musical en el cine. En El poder del deseo (1975) Marisol interpreta a otra misteriosa mujer en un filme escrito por Juan Antonio Bardem junto a Rafael Azcona que recaudó más de 500.000 euros. Quizá esa cifra se debe a que Pepa Flores protagonizó alguna que otra escena de corte erótico como mandaba el cine del destape que tantos éxitos cosechaba en aquella época.

Consolidación como actriz dramática

LOS DIAS DEL PASADO - EL PALOMITRON

Si con Juan Antonio Bardem consiguió desarrollar unos papeles dramáticos alejados de los registros habituales de sus películas en los años 60, Mario Camus consiguió en Los días del pasado que Marisol demostrara que era una gran actriz dramática. En aquel tiempo estaba casada con el bailarín Antonio Gades que también había sido actor. La afinidad que ambos tenían con el Partido Comunista ayudó a que Camus se decidiera a otorgarle los papeles protagonistas de la película, también influyó que era una de las parejas del momento. Los días del pasado se ambienta en la posguerra española y, sobre todo, en el tema de los maquis. Marisol interpreta a una joven que viaja a un pequeño pueblo del Norte de España para impartir clases pero con el objetivo puesto en encontrar a su marido al que lleva una década sin ver. A través de una serie de encuentros, escasos y fugaces, con su amor (Antonio Gades) Marisol es capaz de reflejar toda la angustia que puede sentir una mujer en esas circunstancias y tan mal no lo haría cuando se le concedió el premio a mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary. Pepa Flores consiguió demostrar todas sus dotes interpretativas, pero eso tampoco ayudó a que a partir de ese momento realizara muchos proyectos interesantes delante de las cámaras.

 Últimos papeles en televisión y cine

CASO CERRADO - EL PALOMITRON

La relación que Marisol mantenía con Antonio Gades también favoreció a que Carlos Saura le ofreciera realizar una colaboración especial en Bodas de sangre, la película que Saura escribió a partir de la adaptación de una función teatral que había representado el propio Gades en 1977. En la película, donde se mezcla la ficción con lo documental aparte de la danza flamenca que inunda la pantalla durante casi toda la película. En una escena, Marisol interpreta una nana flamenca y es uno de los mejores momentos de una cinta basada en el libro de Federico García Lorca. También en compañía de Carlos Saura y de Antonio Gades, Marisol apareció en Carmen (la segunda película de la trilogía flamenca que Saura realizó durante los años 80) donde también interpreta un palo flamenco con la compañía, a la guitarra, de Paco de Lucía.

En 1984 vuelve a acercarse a un texto de Federico García Lorca al aceptar protagonizar, para Televisión Española y dirigida por Rafael Moreno Alba, Proceso a Mariana Pineda, una miniserie de televisión de cinco capitulos aunque, bien es cierto, que por aquel entonces rodar series de televisión en España era como rodar cine, se hacía exactamente igual. Se comenta que Pepa Flores solo aceptó este papel por temas económicos ya que su caché iba destinado a ayudar económicamente a la compañía de ballet de su entonces marido, Antonio Gades. Periodistas que la trataron por aquellos años comentan que Marisol estaba ya muy cansada de la vida pública y que no quería hacer tampoco más papeles dramáticos, solo pensaba en retirarse y dedicarse a sus hijos.

Por tanto, su última aparición en el cine es en 1985 con Caso cerrado. El director, Juan Caño Arecha, tuvo que convencerla para que aceptara el papel ya que solo pensaba en retirarse. Finalmente, lo aceptó porque la película planteaba cuestiones que a ella le interesaban y que consideraba ético defenderlas como son “la connivencia entre Justicia, Finanzas y Policía en contra del individuo y la libertad”. Marisol no acabó muy contenta con el resultado y en el Festival de Cine de San Sebastián, donde se presentó el filme en la categoría de Nuevos directores, admitió “que lo podría haber hecho mil veces mejor”.

Después de esta película decide retirarse por completo de la vida pública aunque estando retirada ha seguido teniendo ofertas para volver a hacer cine, curiosamente se llegó a citar con el productor de Más allá del jardin (Pedro Olea, 1996) que le puso sobre la mesa un cheque en blanco para que ella eligiera la cifra y Marisol solo dijo: “Señor, en la vida no todo se hace por dinero”. No ha vuelto a la vida pública, salvo una entrevista que le concedió a José Manuel Parada en Cine de Barrio en 2000 donde reconoció sentirse “una mujer como todas” y que había renunciado “a cosas que no me sirven”. Ese silencio artístico, que se ha llegado a comparar con actrices como Greta Garbo, durante estos veinte años no parece que se vaya a detener ni aunque le entreguen el Goya de Honor en su tierra, en su querida Málaga. Marisol es fiel a sus palabras y el no comparecer ante los medios, ya que la Academia de Cine ha confirmado que no habrá rueda de prensa, es un aspecto más de su coherencia como artista y si un día dijo que no, es casi seguro que ahora también será que no.

Javier Valera

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