MAR DE PLÁSTICO: UNA ISLA ALGO MÍNIMA
Antena 3 está intentando trasladar algunos de sus éxitos cinematográficos a la pequeña pantalla. En pocas semanas comenzará en Berlín el rodaje de la adaptación televisiva de PERDIENDO EL NORTE y anoche estrenó MAR DE PLÁSTICO, heredera natural de LA ISLA MÍNIMA con la que quiere seguir explotando el género del thriller que tan bien está funcionando en nuestro país en los últimos años.
Es una burbuja, la del thriller, que probablemente termine por estallar. Como avanzábamos en nuestro post de las nuevas series españolas de la temporada, prácticamente todas recurren a este género tras el buen funcionamiento de EL PRÍNCIPE y BAJO SOSPECHA en televisión o la propia LA ISLA MÍNIMA, EL NIÑO o NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS en cine. Parece que éste no será el caso pues la ficción reunió a casi 5 millones de espectadores en su estreno multicanal y casi un 30% de la audiencia. Habrá que ver su evolución en las próximas semanas.
MAR DE PLÁSTICO no sólo hereda de LA ISLA MÍNIMA el género. La serie transcurre en Andalucía, en este caso en Almería (aunque por el acento de los actores deberíamos creer que también se rodó en Sevilla); recurre a efectistas planos aéreos que, si bien no alcanzan la belleza de las marismas sevillanas fotografiadas por ÁLEX CATALÁN, funcionan bien; cuenta con una banda sonora firmada por JULIO DE LA ROSA; tiene en el reparto a JESÚS CASTRO y JESÚS CARROZA, que a este paso van a convertirse en los Pajares y Esteso del crimen, y está protagonizada por un madrileño que viene a resolver lo que los andaluces no han sido capaces.
El madrileño es RODOLFO SANCHO, héroe de la mitad de las series españolas, un ex militar reconvertido en Sargento de la Guardia Civil que acude a la ficticia localidad almeriense de Campoamargo para ayudar a resolver el crimen de una joven que aparece decapitada en los invernaderos de un poderoso terrateniente agrícola (PEDRO CASABLANC). Muchos son los posibles sospechosos, incluidos el hijo discapacitado del rico empresario (¿homenaje a TWIN PEAKS?) y el novio de la asesinada (CASTRO).
La serie acierta en retratar el conflicto del racismo en las localidades que viven de los invernaderos (Campoamargo recuerda bastante a El Ejido), siendo éste el principal elemento diferenciador respecto a otros thrillers, si bien varios personajes resultan planos: la rusa adinerada sin empatía que trata con desprecio a su asistenta, el grupo de amigos almerienses conflictivos, el borracho dueño del bar o el novio al que algunas miradas apuntan como culpable.
Algunos pasajes del piloto son difíciles de justificar argumentalmente, como el interrogatorio a los padres de la víctima en la morgue justo cuando acaban de reconocer el cuerpo de su hija, que se realicen análisis forenses en una pequeña localidad o que Sancho se líe a patadas y puñetazos con el grupo de jóvenes nada más aparecer por el pueblo (¿de verdad la violencia es la primera solución a un conflicto?). Y, pese a que mantiene el tono, a veces puede llegar a rozar la autoparodia («Sí, gitana y guardia civil»).
Eso sí, la serie cuenta con una buena envoltura, con planos bien conseguidos, acción (esa escena de persecución que también nos recordó a LA ISLA MÍNIMA), mantiene el suspense y, pese a que algunas interpretaciones resultan limitadas, muchos de los protagonistas resuelven bien sus personajes. Esto nos hace confiar en las posibilidades de mejora.
LO MEJOR
- La fotografía de los invernaderos almerienses
- Pedro Casablanc, genial siempre
LO PEOR
- Falta una mayor dirección de actores, un problema extendido a muchas de nuestras series
- Los momentos de autoparodia, incluidas las peleas «orientales» de Rodolfo Sancho