Hemos visto el documental La última guardia, estrenado por HBO durante el día de ayer y que supone la despedida oficial de Juego de tronos. A esto hay que añadirle que hace algo más de una semana asistimos al estreno mundial del capítulo final en el Palacio de la prensa de Madrid. Si tuviésemos que describir la evolución de nuestro estado emocional durante estos 8 días, diríamos que hemos seguido de forma precisa las 5 etapas del duelo de Kübler-Ross: la negación (1) sobre el final nos condujo a un estado de ira (2) que intentamos capear pocos días después en la fase de negociación (3). Ahora mismo, ya con todo razonado y digerido, nos encontramos entre las fases de depresión (4) y aceptación (5).

UNAS REFLEXIONES SOBRE EL FINAL DE LA SERIE

Se han escrito cientos de crónicas sobre el final de Juego de Tronos. No es para menos; hablamos de una de las series más importantes de la historia, con un seguimiento mundial masivo (se estiman unos 25 millones de audiencia sumando canales oficiales) solo a la altura de Perdidos, verdadero punto de inflexión en el mundo de la TV. Esta vez no vamos a hacer un resumen como el análisis de la primera parte de la temporada 8, pero queremos expresar nuestra opinión (bastante unánime según lo que hemos leído y visto) sobre estos tres últimos capítulos.

Sin entrar todavía en la conclusión de la trama, nuestro diagnóstico general podría resumirse con una (bastante gratuita) referencia a Whiplash. Sí, esa de “not quite my tempo”. Y es que el ritmo de la narración se ha sentido muy acelerado si lo comparamos con el sistema de referencia temporal de Poniente, mucho más pausado. Este factor ha restado consistencia y desarrollo a la historia, afectando a la credibilidad del arco argumental de algunos personajes. Si bien entendemos el tremendo sacrificio de sacar adelante una producción como Juego de tronos, la realidad es que HBO ofreció más capítulos y recursos a los creadores y showrunners de la serie (comúnmente nombrados como D&D: David Benioff y D.B. Weiss) y estos los rechazaron. Para nosotros, esta es la causa raíz de la poco acertada conclusión de la saga.

Ahora que ya hemos empezado a cargarle el muerto a D&D, pasemos a opinar sobre la conclusión de la historia sin caer en el spoiler. En líneas generales debemos decir que lo que hemos visto en pantalla no nos ha gustado. No queremos decir que la historia sea mala, ni mucho menos, pero creemos que la parte final no se ha contado bien. Giros argumentales incoherentes (altamente difíciles de tragar), una sucesión atropellada de acontecimientos y un casi grotesco desaprovechamiento de personajes que eran oro puro, como Cersei Lannister o Varys. En el lado positivo, queremos alabar la dirección de David Nutter en el capítulo 4 (El último de los Stark) y, especialmente, de Miguel Sapochnik en el capítulo 5 (Las campanas) que contiene algunas de las imágenes más bellamente filmadas que se hayan visto en televisión.

LO QUE APORTA LA ÚLTIMA GUARDIA

En realidad, no creemos que el documental La última guardia aporte mucho a la historia de Juego de tronos, pero es interesante verlo si habéis sido seguidores de la serie. Diríamos que es más bien un homenaje al trabajo de centenares de personas que lo dieron todo para sacar la producción adelante a tiempo. Os dejamos a continuación una lista de lo más destacable:

• La mayor parte del metraje fue rodada en el centro de producción principal de Juego de tronos en Belfast, Irlanda del norte. Aparecen también la ciudad romana de Itálica, Sevilla e Islandia.
• Los cuatro personajes principales son Andrew McClay  (extra en varios ejércitos las últimas cuatro temporadas), Del Reid (literalmente el responsable de la nieve), Vladimir Furdik (especialista que interpretó al Rey de la noche) y el director David Nutter.
• Se presta bastante atención al rodaje de la batalla del 8×03 (La larga noche), que supuso a una buena parte del equipo trabajar durante 55 noches.
• Se introduce el proceso de creación de Desembarco del rey para el rodaje del 8×05 (Las campanas). Si os interesa saber más, HBO publicó un Making of específico del capítulo hace un par de semanas.

• A nuestro juicio, los mejores momentos son aquellos en los que el elenco completo hace la lectura del guion bajo la supervisión de D&D y los del rodaje de la última escena de varios actores. En ambos casos, destacamos la entrañable reacción de Kit Harington.

Y hasta aquí Juego de tronos. Es dificilísimo decir adiós a una serie que nos ha tenido pegados a la pantalla durante más de 8 años. Son momentos en los que solo se nos vienen a la cabeza los mejores momentos de Jack Shepard (Perdidos), Walter White (Breaking Bad) o Tony Soprano (Los Soprano) y eso nos da que pensar. Tal vez vaya siendo el momento de dejar atrás aquello que no ha satisfecho nuestras alocadas expectativas y de centrarnos en la gran cantidad de cosas positivas que siempre recordaremos. Sí, ese parece ser el camino, elegimos sumergirnos en la fase de aceptación.

Pedro Figueiras