LA DESCONOCIDA: HABLAMOS CON SU DIRECTOR, PABLO MAQUEDA, Y SU GUIONISTA, PACO BEZERRA
En la última edición del BCN FILM FEST pudimos ver una película recién estrenada que promete ser un vuelco total al panorama del cine español, ya que abre la puerta a temas no recurrentes en el panorama cinematográfico nacional. Hablamos de La desconocida, cuya crítica podemos leer aquí. En El Palomitrón entrevistamos a Paco Bezerra y Pablo Maqueda, ambos guionistas y padres de la criatura. En el caso de Pablo Maqueda, también director de la cinta que nos ocupa.
Pregunta: Buenas tardes a los dos. En primer lugar, felicitaros por la película. Yo la vi en el BCN FILM FEST y, de hecho, me quedé en el coloquio posterior. Conxita Casanovas (Directora del BCN FILM FEST) acabó el coloquio diciendo “Este es uno de los coloquios más esperados del festival y efectivamente no me ha decepcionado”. Tanto la película como el coloquio posterior fueron bastante interesantes.
Pablo: Muchas gracias.
Pregunta: ¿Qué retos supone adaptar una obra teatral como esta al cine?
Pablo: Pues el reto es todo. Es intentar no caer en los clásicos errores del teatro filmado e intentar darle al cine el peso visual que merece y respetar la esencia de lo que yo vi en ese teatro, en esas tablas, en La Abadía cuando vi Grooming por primera vez. Pura tensión con dos personajes que se retaban, que jugaban entre ellos y dos personajes complejos, que es lo que a mí me interesa llevar al cine, sobre todo. Ha sido un proceso intenso adaptándolo, nos hemos hecho muchas preguntas y… Y con Paco, además, que fue muy generoso. Yo no quería hacer una película de la obra de teatro, sino partir de la obra para construir algo más grande y Paco fue muy generoso a la hora de intentar casi como empezar de cero a veces y de hacernos preguntas que nos ayudaron mucho a llevar la traslación del teatro al cine, sí.
Paco: Bueno, yo no vi mi obra adaptada al cine porque yo estaba en el proceso desde el principio. Entonces, no… Nunca me la he encontrado de golpe. De hecho, firmo el guion; soy responsable de él, así que no me siento y veo lo que han hecho, así que yo no tengo un juicio muy objetivo porque formé parte del proyecto. Entonces, no te puedo hablar de esa impresión de encontrármela de golpe en el cine porque era exactamente como la imaginaba porque, realmente, o sea, es tal como la escribimos, que hay muchas películas que cambian mucho de la escritura al montaje; en el guion habíamos hecho ya el montaje.
Pregunta: Tengo una pregunta: ¿Es difícil llevar a cabo una película que trate temas tabú como, por ejemplo, puede ser la pederastia?
Pablo: Yo creo que depende de quién tome el riesgo. Ahí es donde está la dificultad. En nuestro caso, no. Desde el primer momento tuvimos claro que esta película era un ejercicio de libertad, que no nos íbamos a autocensurar, que no íbamos a dulcificar absolutamente nada. Al menos, lo que a mí me atrajo de la obra de Paco era esa incomodidad que a mí me había generado como espectador y eso es lo que espero haber conseguido con La desconocida con los espectadores en el cine, sobre todo porque, al tratar temas tan complejos y tan delicados, yo creo que no valen las medias tintas. No puedes trabajar a medio gas. Hay que lanzarse y sin red y llevar al espectador a lugares donde no ha estado.
Paco: ¿Hablas de la creación o de levantarla, del tejido ya más comercial?
Pregunta: Hablo de todo, en general.
Paco: Bueno, no, es que creo que es distinto. Porque sí entiendo que pueda haber gente que le parezca difícil levantar una película sobre ciertos temas tabúes porque puede encontrar problemas para que se la produzcan o distribuirla. Otra cosa es si es difícil crearla, hablar de eso. Quiero decir, te puedo responder a la primera, pero no a la segunda. Yo no tengo ningún problema para escribir de ningún tabú. Creo que el problema se lo pone la gente porque se autocensura. O sea, el propio creador, que dice «no voy a hablar de esto». Que hablar de ciertos aspectos puede ser contraproducente para luego ganar más o menos dinero, pero yo, en mi caso, cuando creo algo, no pienso absolutamente ni en el mercado, ni en el dinero ni en nada. Pienso lo interesante que puede ser lanzar una serie de preguntas a la sociedad contemporánea que vivo hoy. Eso siempre es arriesgado. Pero, vamos, me parece que esto es una clara muestra de que el impedimento está en uno mismo porque yo escribí esta obra de teatro y se hizo en el teatro de La Abadía, y luego la misma obra de teatro se ha hecho también en el cine y se ha estrenado y hemos puesto a menores… Bueno, se supone que por la propia Ley Morzada no se puede poner ni a menores cometiendo actos sexuales ni a personas mayores que aparentan ser menores. O sea, que ni siquiera una mayor de edad puede aparentar una menor de edad en el cine haciendo una escena sexual. Pues en el teatro lo hicimos y nadie vino a denunciarnos ni a meternos en la cárcel. Como poder, se puede. Otra cosa es que uno mismo se repliegue y diga: “No voy a asumir estos riesgos”; pero yo creo que a la vista está que se pueden asumir y se puede salir airoso de ella.
Pregunta: Creo, Paco, que me has respondido a la pregunta. Hablando de las parafilias… Que es precisamente unos temas que salieron en el coloquio… ¿Por qué creéis que causan tanta tensión? Aunque, con lo que me has dicho antes, ya me has dicho algo.
Paco: Bueno, causa morbo las parafilias como causa morbo todo aquello que está prohibido. Hay muchísima literatura y muchas películas acerca del deseo sobre lo prohibido, ¿no? Aunque tú no sufras la parafilia del protagonista o la protagonista, sí que tienes algo muy cercano a eso. Quiero decir: algún secreto inconfesable del que te avergüences o que no socializas por temor a que te juzguen o ser excluido socialmente. Entonces, tiene que ver con lo oculto, lo desconocido, lo que nos guardamos, lo que no mostramos, lo que está detrás… Entonces está esa dualidad, que no somos uno; somos varias. Cuando estamos solos, hacemos cosas que no hacemos cuando estamos rodeados de gente. ¿Y quiénes somos? ¿El que se comporta socialmente cuando estamos rodeados de gente o el que está solo? Pues posiblemente seamos los dos o ni uno ni otro o posiblemente haya más de dos; haya tres y somos cuatro o somos cinco o somos seis. Pues de esto va la película.
Pablo: Sí, yo creo que todo aquello que, por ejemplo, hay como mucha gente que se ha sorprendido que yo, después de haber dirigido un documental, pudiera introducirme una historia oscura sobre el alma humana más prohibida, pero es que ahí es donde te das cuenta muchas veces de que no conoces a las personas, de que no hay que quedarse con las fachadas y que a veces no sabes con quién duermes o con quién estás hablando y esos secretos definen quién eres.
Paco: Bueno, es como tú como director. ¿Quién eres, el de Dear Werner o el de Grooming? Hay directores que se mantienen en una línea porque hay personas que intentan siempre dar la cara a todo el mundo y hay otras personas que aceptan que dentro de un director hay muchos directores, al igual que dentro de una persona hay muchas personas distintas o de una pareja. Tu pareja es de una manera, va cambiando con los años y también contigo es de una manera o de otra. Pero, bueno, perdón.
Pablo: No, no, yo hablo de que esa parcela de intimidad hay veces que es luminosa y hay veces que es más oscura y eso entiendo que genera morbo porque, como dice Paco, lo prohibido, es atrayente.
Pregunta: Bueno, es interesante porque planteáis una película donde hay una parte pública y una parte privada que es muy privada y, a medida que descubrimos esa parte privada, nos va metiendo en un terreno cada vez más pantanoso y más oscuro. Claro, causa morbo precisamente por ver todo lo que está pasando y querer ver más y, a la vez, esa situación de momentos en los que yo incluso me quedé diciendo: “¿Estoy viendo esto?” Una pregunta que sobrevuela toda la entrevista son los temas que no pueden salir a la palestra. ¿Creéis que puede haber cosas, en relación al tema de la sexualidad, que deberían o pueden seguir siendo ocultas?
Pablo: Es que los tabúes están para romperlos. Ahí está la moralidad de cada uno, el juicio… Que, además, es anacrónico: lo que hoy es prohibido, quizá mañana no lo sea. Ahí es cuando te das cuenta de que, como creador, no hay que irse a casos tan lejanos como el marqués de Sade o el de Pier Paolo Pasolini. No, yo creo que, como creadores, a veces tenemos que tener la responsabilidad de hablar de temas que o no se han explorado o, si se han explorado, podemos darles la vuelta. Fue uno de los grandes hallazgos que hicimos juntos: hacernos preguntas y tratar al espectador como alguien interesante e inteligente que es capaz de rellenar huecos y alguien que va a salir de la sala haciéndose preguntas, no igual que ha entrado.
Paco: Yo no es que crea que no se puede, sino que se debe. Debería ser una obligación hablar de todo. Creo que la gente confunde mucho el desear algo o el pensar en algo con hacerlo y esta es la polémica de todo esto. Por eso la pedofilia nunca puede ser un delito porque tú te puedes excitar con menores de edad. Esa idea no puede ser delictiva: pensar en algo. Tú te puedes excitar con alguien pasando por la calle, o en los viajes, que hay gente que se pone cachonda pensando en los viajes o el transporte público. Otra cosa es que tú cojas y le toques el culo a alguien. Eso ya sí. La pederastia es la persona que comete el acto en contra de la voluntad del niño, pero la pedofilia no. Esto es como lo que pasó con el actor de Call me by your name, que escribió: “Me encantaría devorarte, chuparte el corazón y las tripas sacártelas así…” Pero ese hombre nunca lo hizo y lo cancelaron sólo por soñar, por fantasear con ser caníbal. Yo creo que hay una diferencia muy grande entre fantasear ser caníbal y ser caníbal. De hecho, el que podamos socializar eso lo que puede hacer es que nunca lleguemos a cometerlo. Creo que eso sería como una purga, nos liberaría. Creo que quedaría polémico decir eso, pero lo polémico es no decirlo y hacerlo; eso es lo peligroso. Como lo has socializado, ya lo has compartido. No sientes vergüenza porque entiendes que es un sentimiento humano.
Pablo: Y estás hablando de unos terrenos a un nivel que es como hablar de la capa más general, pero si nos vamos más a lo concreto, que es encima a través de un personaje en una obra de ficción, yo creo que es lo que tú comentabas: que lo más importante no es autocensurarse en pos de que la obra no pueda tener la financiación adecuada. Yo creo que ahí es donde hay que ser, a veces, arriesgado y valiente a la hora de tomar ciertas decisiones cuando son temas complicados.
Paco: Aparte, que es que creo que es preventivo porque, si los alemanes hubieran hablado en algún momento de las ganas que tenían de quemar judíos, pues lo mismo no hubiese pasado. Si el peligro es cuando todos nos callamos y adoptamos un aspecto fenomenal y luego estamos tirando niños a una hoguera. No es que se pueda, es que se debería hablar de todo y el mundo va como va porque no hablamos de todo, porque no hablamos de ese lado oscuro y por eso sucede. Lo reservamos para que nadie lo vea. Hay que dejar a las personas que se expliquen.
Pregunta: ¿Pero la sociedad está preparada para determinados temas?
Paco: Es que, si ya piensas así, nunca haces nada.
Pregunta: No, no, yo no pienso así. Lo pregunto en plan neutro.
Paco: Es que justo si no está preparada, con más razón tienes que hacer algo así. Si no está preparada, el arte no sería transformador. Para que esto sea transformador y sea provocador en el buen sentido, en el de que te provoque algo, entonces tienes que hablar de cosas para las que la sociedad no está preparada porque, si no, haces cine buenista y haces cosas que son políticamente correctas porque vas a hablar de cosas que no van a generar ningún conflicto en la gente. Creo que el cine y el teatro tienen que hablar de cosas para las que la sociedad no está preparada. Cuando el arte se olvida de eso, se convierte en objeto de consumo y lo haces para ganar dinero y entonces tendríamos otro tipo de entrevista.
Pablo: Estoy completamente de acuerdo. Yo pienso que nos hemos acostumbrado a un tipo de cultura que nos da la razón: salimos muchas veces de la sala igual que hemos entrado y hay un ejercicio de cierto didactismo en el cine al que yo no suelo conectar bastante porque me aburro y yo quiero que me hagan sentir cosas y creo que ahí es donde la responsabilidad del arte es, como decía Paco, transformar.
Paco: Es que, si no, Paul Verhoeven nunca podría hacer Elle porque tiene que ver con lo que no está preparada la sociedad: una mujer a la que violan y le gusta. ¿Es machista o feminista empoderada sexualmente cuando decide que le gusta esa práctica? Incluso lo socializa con las amigas, que es la sociedad. Lo contrario sería la típica película feminista didáctica que te dice: “Oye, chicas, cuando os pase esto, hay que ir a la policía”. En la vida yo entiendo que hay que hablar así, pero, en el arte, lo valioso me parece hablar de zonas sin explorar, que es esa, no la zona que tenemos súper explorada porque entonces salimos del cine igual que hemos entrado.
Pablo: En esta película este ejercicio de no autocensura ha estado presente hasta con los propios actores. No ser cobarde en ese sentido y asumir las consecuencias, pero no replicar otros modelos previos más explorados.
Pregunta: Me viene a la cabeza El imperio de los sentidos o Saló o los 120 días de Sodoma. Desgraciadamente, siguen siendo películas prohibidas, consideradas películas malditas. ¿Creéis que algún día habrá temas que hoy en día pueden ser muy tabú o muy rompedores, pero, en un momento dado, acabarán convirtiéndose en temas mundanos? Sexualmente hablando.
Pablo: Me gustaría pensar que la sociedad avanzará a unos niveles en los cuales podamos hablar de esos términos. A día de hoy, con la polaridad que existe o el auge de la ultraderecha, no creo que tengamos un panorama muy halagüeño. Ahí es donde está nuestra responsabilidad como creadores para luchar contra la censura y favorecer la visibilidad de temas de los que normalmente no se habla. El grooming es un tema muy poquito explorado en el cine y que está presente a día de hoy en todas las portadas de los diarios. Me parece que partir de ese lado oscuro de internet para poder hablar del lado oscuro del ser humano era una herramienta necesaria y poderosa.
Paco: No sé lo que decirte porque se supone que se progresa, pero tenemos ejemplos de cosas que antes estaban permitidas y hoy están prohibidas, o al contrario. Cosas que estaban prohibidas en el pasado, que eran enfermedades como la homosexualidad, que se pensaba que era una parafilia, hasta que salieron millones de gays por el mundo y los médicos, la ciencia, vio que había millones de maricones pidiendo sus derechos, pues la ciencia no podía decir que esos millones de personas estaban enfermas porque eran habitual. Ya decimos que es normal. Los derechos sociales avanzan y retroceden, pero el progreso no se puede parar.
Pregunta: Sí, nos pueden salir muchísimos ejemplos. En fin, muchas gracias por vuestro tiempo y suerte con la película.
Pablo: Qué intensidad de entrevista… (risas)
Javier Alpáñez