El pasado lunes 28 de Febrero, el teatro Arriaga de Bilbao se vistió de gala para dar comienzo a la 19ª Edición de Zinegoak, un festival sin género de dudas, tal y como rezaba el cartel promocional de la pasada edición. En un año tan especial como este, en el que se produce un relevo al frente de la dirección del festival, la programación viene cargada de grandes películas internacionales que darán mucho que hablar en Bilbao. Para los que se encuentran en otras ciudades de España, el festival Zinegoak repite su colaboración con Filmin para ofrecer gran parte de su programación a través de esta plataforma. Como guinda al pastel, este año una de las miembros del jurado de Zinegoak es la actriz ganadora del Goya Susi Sánchez, que tras ejercer como miembro del jurado de la Sección Oficial del Festival de San Sebastián, ha decidido repetir en su labor como jueza en Zinegoak.

En la inauguración de Zinegoak pudimos ver la entrega del Premio honorífico a Albertina Carri, activista y directora argentina que ha dirigido conocidos títulos como La Rabia o Barbie también puede estar triste. El cine de Carri destaca por su vivacidad y riesgo, ya que sus películas trascienden lo fílmico para convertirse en una vivencia compartida con las protagonistas, quienes participan en la propia toma de decisiones de la película y en cómo mostrar lo no mostrado hasta ahora. En su discurso de agradecimiento, Carri recordó las desigualdades que actualmente sufrimos y la necesidad de erradicarlas.

La gala de inauguración sirvió también para presentar el programa del festival, que vuelve a estar compuesto, principalmente, por tres secciones: DOK, FIK Y KRAK. Además de estas tres habituales secciones, también se puede disfrutar de la sección Begiradak, de los actos de performance y de proyecciones especiales, entre las que se encuentra Sedimentos, la película de Adrián Silvestre. Haciendo un breve resumen de las tres principales secciones de Zinegoak, cabe destacar que la sección DOK está compuesta por documentales galardonados o reconocidos en diversos festivales, como, por ejemplo, la georgiana How The Room Felt, ganadora del Festival Internacional de Documentales de Amsterdam. En esta sección no encontramos películas españolas ni latinoamericanas. Por otro lado, la sección FIK, de la cual es miembro del jurado Susi Sánchez y contiene proyectos de ficción, cuenta en su programación con la película brasileña A Primera Morte de Joana, dirigida por Cristiane Oliveira, y con Nudo Mixteco, la película mexicana dirigida por Ángeles Cruz, en la que tres historias se entrelazan durante la celebración del santo patrono en Oaxaca. Por último, en la sección KRAK, en la que también se encuentran proyectos galardonados en otros festivales, encontramos a la coproducción argentina-uruguaya El Perfecto David, una película dirigida por Felipe Gómez Aparicio en la que se explora con precisión la dinámica tóxica entre un adolescente y su madre.

El plato fuerte de la gala de inauguración llegó a última hora con la proyección de tres cortometrajes seleccionados para la ocasión. Dos de ellos eran de producción española. El primero de ellos, Berak Baleki, era un cortometraje vasco de 16 minutos en el que se nos presenta a Martín, un hombre que siente un gran vacío en su vida personal. Con la dificultad de tener que hacer frente a su vida como padre, Martín alterna su faceta como padre con la de un hombre que desea disfrutar de su vida, aunque no lo consigue del todo. Aunque este cortometraje parte de una premisa interesante, no se desarrolla de la forma adecuada para lograr impactar o hacer cuestionarse cosas al espectador. Es un cortometraje que se deja ver, pero del que nunca llegas a formar parte. En segundo lugar, el cortometraje español Elsa, nos habla de una niña de 6 años que es diferente a la mayoría. Ella sabe que es una niña y que es la reina de su vida. Frente a ello, su abuela intenta cambiarla por todos los medios. Lo cierto es que es un cortometraje efectivo, aunque quizás sea excesivamente simplón. Sabe lo que quiere contarnos y lo hace con eficacia, pero prescindiendo de unas formas que siempre deben acompañar al fondo.

Tras esta gala de inauguración, en la que se pudieron ver varios números musicales y se adivinó el buen ambiente que reina en este festival, la esperanza de ver buen cine es grande. Quizás, en su gran mayoría, sea cine poco comercial o con una recaudación en taquilla muy escasa, pero las películas que forman parte de esta edición nos prometen una cosa muy distinta. Una cosa mucho más profunda. Definitivamente, la 19ª Edición de Zinegoak promete cine que surge desde las entrañas de sus creadorxs y que viene para cambiar la sociedad. Qué más se le puede pedir a un festival.

Jorge G. Leguina