HORIMIYA: UN PERIPLO ENTRE PERSONAS
Como viene siendo habitual cada temporada, Norma Editorial nos ha dejado junto a sus novedades del mes un ejemplar denominado “previews manga”, un ejemplar al que pocas veces he prestado atención pues conocía ya las obras en cuestión o incluso ya las había comenzado. Pero en esta ocasión ha ocurrido algo especial, algo que no esperaba y que me ha sorprendido. Tanto que incluso le voy a dedicar unas palabras. He descubierto Horimiya. He descubierto el arte de contar una historia en la que puedes sentirte totalmente representado en ella y en su día a día.
Un lugar para cada persona
La historia nos sitúa entre Kyōko Hori e Izumi Miyamura. Aunque si somos exactos, no solo nos sitúa entre ellos, sino entre todas sus caras. Es difícil plantear una historia en la que parece ser que cuentas con dos personajes, pero en realidad son cuatro. HERO ha conseguido crear esta ilusión gracias a su narrativa y al dibujo de Daisuke Hagiwara. Ambos han creado un mundo en el que incluso un espejo podría verse perdido; pero si a ese espejo somos capaces de ponerle un fondo, sabrá en todo momento a quién tiene delante de él.
Y justamente esto es lo ocurre con nuestro dúo protagonista. Uno en el que tanto Kyōko Hori e Izumi Miyamura son estudiantes cuyas vidas cambian completamente fuera de clase; unas vidas que ninguno imaginaba por la estela que dejaban en las aulas. En el caso de Hori, de una chica popular y brillante en sus estudios; en el caso de Miyamura, de un chico introvertido y bastante solitario que se mueve por sus instintos. Dos personalidades que, al salir de clase y caminar unos 100 metros, cambian completamente. Hori pasa a ser una chica que cuida de su casa por la ausencia de sus padres, ejerce de hermana mayor e incluso de madre y sabe cuidar tanto de sí misma como de su familia. Miyamura deja el silencio de lado, y pasa a ser un chico totalmente diferente; un chico con otro aspecto, un chico más “profano”. Dos personalidades que, al final debían encontrarse. Conocerse.
Un día, por circunstancias de la vida, ese cruce de caminos se hace realidad. Un cruce en el que Miyamura descubre a la verdadera Hori, y viceversa. Una situación que ninguno de los dos imaginaba pero que estaba ahí, delante de ellos. Una situación que susurraba, con mayor intensidad con el paso de los segundos, “por favor, conóceme”.
Dejando las máscaras de lado
Actualmente existen muchos autores, personajes y personas que no solo conviven con ellos mismos, sino que la dualidad en su persona es patente. Tanto que realmente nunca sabemos delante de quién estamos. La personalidad es una faceta de cada persona que no solo involucra su propio ser, sino los factores que la rodean. Hay personas que son capaces de ser ellas mismas sin importar la circunstancia o lugar, pero hay otras, que no. Se esconden, crean máscaras sobre su propia piel e incluso se dejan poseer por su “otro yo”.
En este caso estamos ante una obra que habla sobre este aspecto. Una obra que se atreve a exponer un tema crucial en nuestras vidas; no solo es importante por el valor que tiene plantear tal situación, sino por contar a través de dos personas un hecho que afecta a más de una persona en su día a día. Horimiya es una obra para descubrir, para descubrirse. Te ayuda a ver que, en la mayoría de ocasiones, es mejor ser tú mismo. Esconderse a veces puede ser útil, pero también puede cerrarte más de una puerta. En el caso de Hori, no llegar hasta Miyamura mucho antes; y viceversa. Ambos personajes consiguen representar a muchas personas, pero a su vez se convierten en un apoyo crucial. Un apoyo que ya no solo nos susurra, nos grita que seamos nosotros mismos.
La vida está llena de sorpresas y qué mejor manera de descubrirlas que siendo nosotros mismos. Horimiya reivindica ese derecho, ese deber que tenemos como personas. No podemos dejar que ninguna máscara creada o ser autoimpuesto lo haga por nosotros. Hori y Miyamura todavía tienen mucho que destapar del otro, pero todo apunta a que, gracias al tiempo y a la distancia, se desnudarán poco a poco. El uno al otro. Personalmente, no sé si en persona, pero sí en alma. Estoy totalmente segura de ello.
Y por ese mismo motivo, por el hecho de pensar que no siendo tu mismo puedes perder a tu alma gemela e incluso a ti mismo, exijo —bueno, recomiendo más bien— darle una oportunidad a Horimiya. Muchas veces tiene que ser una segunda persona, un tercer plano o en este caso una obra, el que te diga qué camino debes tomar, cómo debes de ser frente al mundo. En muchas ocasiones es complicado, imposible tal vez; pero personajes como Hori y Miyamura otorgan una esperanza única a ser uno mismo. A ser valientes ante una sociedad de cobardes disfrazados con sus mejores galas.
Tal y como decía el filántropo y activista Nelson Mandela: «Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo». Seamos capaces de conquistar el miedo, de ser nosotros mismos, de ser Hori y Miyamura.
Marisol Navarro
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