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HABLAMOS CON ANNA M. BOFARULL, DIRECTORA DE SINJAR

El próximo 1 de julio se estrena Sinjar, la nueva película de Anna M. Bofarull que ya pudimos disfrutar en el BCN FILM FEST. Con motivo del estreno, hemos tenido ocasión de entrevistar a su directora, quien nos ha regalado un rato de buenas lecciones de cine, feminismo, historia y una interesante visión del mundo desde una óptica distinta a la habitual.

P: ¿Qué te interesó del ISIS para convertirlo en película?

A: La verdad es que no era tanto el ISIS lo primero que me interesó, pero sí que, a raíz de cómo avanzaban, me interesó mucho más saber sobre estas mujeres que convertían en esclavas sexuales y pensar en cómo en pleno siglo XXI unas coetáneas mías eran secuestradas y convertidas en esclavas sexuales. Eso me generó mucho interés y empecé a descubrir muchas historias como las de las mujeres guerrilleras que en una sociedad de Oriente Medio tan conservadora descubren que defender su vida y su derecho a existir con las armas es la única posibilidad y, a partir de ahí, descubrir todas esas madres que en las sociedades occidentales han visto cómo sus hijos han sido captados por el ISIS y por esa idea intransigente y violenta de vivir y no dejar existir al otro tal como es.

P: ¿Por qué protagonizada por mujeres? Aunque me has dado ya la respuesta.

A: A mí, de alguna manera, me ha interesado siempre la historia, los conflictos bélicos, las guerras que hay alrededor y me doy cuenta de que, en general, se explica la historia desde el punto de vista de los hombres, desde las batallas, de los grandes hitos, y siempre suelen estar protagonizadas por hombres y, de alguna manera, me interesaba ver las consecuencias en la intrahistoria, en la historia escrita con letras minúsculas y en cómo afecta a la vida de las mujeres, sobre todo desde un punto cómo tu vida personal, familiar puede verse destrozada como consecuencia de esas guerras, esas cosas que no controlas ni como mujer ni como persona y que, a veces, ni siquiera sabes que existen. Sobre todo lo vemos en el personajes de Carlota que interpreta Nora Navas, que vive en Barcelona y que quién le iba a decir que su vida podría estar tan marcada por un espacio que no sabe casi ni ubicar en el mapa ni sabe qué está pasando allí y que acaba siendo parte de su memoria familiar más íntima.

P: El ISIS ha sido un fenómeno que ha marcado casi toda la segunda década del siglo XXI, pero no se conocen todavía muchos relatos audiovisuales o literarios. ¿Crees que este conflicto permanente de Oriente Medio podría inspirar mayores producciones que traten sobre este tema?

A: Yo creo que sería muy necesario porque, al final, es un movimiento que ha sido muy importante y que ha afectado a las vidas de muchas personas. Igual aquí en Europa estamos más acostumbrados a hablar de la crisis de los migrantes y de las consecuencias que sufren las personas que han visto cómo su vida en Oriente Medio era destrozada y tenía que cambiar de un día para otro. Ahí entra la necesidad de supervivencia. Sí que es verdad que tenemos pocos datos o, al menos, pocas películas de ficción con las que conectar emocionalmente con lo que han vivido estas personas. Esta es una de las cosas que me animó a hacer esta película: no entender tanto a nivel de un documental o un reportaje que me dé cifras o números de cuántas mujeres han sido convertidas en esclavas sexuales, sino realmente poder, en cierta manera, ver y sentir y emocionarme con lo que eso significa porque, al final, es a lo que aspira la película, que es llegar a ese público y emocionarles porque, al final,  podemos ser madres, hijas, en Oriente Medio o en Barcelona y ahí está la clave y la capacidad de empatizar y de conocer y descubrir también.

P: Estás hablando de la historia en minúsculas. En Historia, como dices, se estudia siempre las grandes batallas, lo épico y, en realidad, la vida cotidiana pasa muy desapercibida, sobre todo en cómo afecta a las personas, especialmente a las mujeres.

El formato de tu película no es muy utilizado en el cine español. Para empezar, estamos hablando de una película bélica, si se puede decir así, entre comillas, porque hay una parte bélica, pero también otra parte muy cotidiana.

A: Es un drama muy íntimo. Al final, la guerra está, pero no encajaría en ese formato bélico que nos tiene acostumbrados a grandes batallas y grandes explosiones.

P: ¿Tú crees que tu película, precisamente por la originalidad y por ser un drama bélico e intimista, que habla precisamente con protagonistas que son mujeres, puede abrir otras puertas a que se hagan otro tipo de historias, con producciones que se vean influenciadas por esta película?

A: Lo veo difícil. Las tendencias del cine español no sabría decir por dónde vienen o van. Esta película la veo un poco al margen de muchas líneas. Es una peli muy intimista, pero muy ambiciosa a la vez porque hablar de estas tres mujeres, acercar espacios geográficos tan lejanos y utilizar cuatro lenguas no es muy habitual. Para mí me parece muy interesante que el cine pueda aspirar a contar este tipo de historias.

A veces también las dificultades de la financiación lo hacen difícil, pero no nos extraña que esta película fuera, por ejemplo, francesa o financiada desde Alemania, pero, en cambio, desde España es muy extraño, pero yo creo que tenemos que poder aspirar a contar las historias que queremos en todo momento y que haya más.

P: Te hago esta pregunta porque la relaciono con la siguiente. Pasa muchas veces que, en el arte, siendo el cine también un arte, de repente se abre una puerta por la que se cuelan muchas cosas y te relaciono eso con la siguiente pregunta. Ha habido en los últimos años una oleada de directoras como Pilar Palomero, Carla Simón con su reciente Alcarràs o Alauda Ruíz de Azua con sus Cinco Lobitos. Son algunos ejemplos, pero tenemos muchos más. Todas son mujeres y todas cuentan historias muy íntimas que precisamente hablan de lo universal a través de lo íntimo. Yo incluiría aquí tu película como directora que habla de lo íntimo hablando, a su vez, de lo universal. ¿Qué opinas de esta fantástica ola de mujeres directoras de los últimos años y cómo puede esta ola cambiar o transformar el cine español como, de hecho, ya lo está haciendo y hacia dónde podría llevarlo?

A: Lo que me parece más interesantes de esto es que haya una serie de mujeres directoras que hayan podido acceder a la dirección y a contar sus historias. Cada una tenemos los temas que nos preocupan y que nos interesan, nuestro estilo y nuestro interés y forma de narrar, pero, al final, que podamos explicar estas historias es lo fundamental y realmente se ha estado produciendo en los últimos años después de que durante mucho tiempo haya sido muy difícil acceder a la dirección.

Por ejemplo, la semana pasada se presentó en Santander el informe de Cima, la Asociación de Mujeres cineastas, y, pese a las medidas que se han ido incorporando de ayudas en las subvenciones, ahora mismo mujeres directoras siguen siendo un 21%. Ha crecido un poco, pero seguimos siendo minoría, con lo cual hay que seguir ahí haciendo una labor importante para poder acceder a contar las historias. Al final, las mujeres somos el 50% de la sociedad. Cuando estamos hablando de cine dirigido por mujeres sigue siendo una minoría y ahora nos encontramos con que, pese a que poco a poco hemos ido accediendo y hay más mujeres en cargos, las películas dirigidas por mujeres siguen teniendo un 50% menos de presupuesto. Es decir, rodamos con la mitad del dinero que tienen los hombres directores de media, con lo cual a veces parece que por algunos éxitos el trabajo ya está todo conseguido, pero no; hay mucho por lo que seguir luchando.

P: Qué interesante.

A: (risas) Sí, es que justamente la semana pasada estuve en este congreso y tengo los números presentes. Me haces la pregunta y aprovecho para lanzarla.

P: Muy bien hecho, sí. Ya te digo que me parece muy interesante lo que dices.

A: No, es que a veces parece que te quedas en esto de los premios, los Goya, no sé qué; sí, pero seguimos siendo minoría y al final estamos rodando con menos dinero. Si con esta situación las películas dirigidas por mujeres están llegando donde llegan, oye, pues vamos a seguir. En cierta forma también hay que reivindicar la capacidad de hacer cine mediocre porque a veces parece que sólo se habla de las directoras que lo han petado mucho con su película y la verdad es que, igual que el cine dirigido por hombres, tenemos derecho a hacer cine y equivocarnos y hacerlo mal y batallarlo. No todo pueden ser obras maestras.

P: Es un debate muy interesante que entra de lleno en la resaca de la cuarta ola feminista que todavía vivimos y algunos temas como el techo de cristal, por ejemplo. El tema que nos ocupa es importantísimo. Respecto a lo que además dices del derecho a equivocarnos, hacen presupuesto para películas dirigidas por hombres que, utilizando la palabra que hemos dicho, acaban resultando mediocres y se perdona.

A: Sí, y en cierta forma a las mujeres se les está exigiendo que todas hagan obras maestras, que estás ahí sólo por los puntos. Bueno, ¿y qué pasa, que los hombres pueden hacer obras mediocres y las mujeres no? Al final que utilicemos el mismo rasero para todos.

P: A raíz un poco de todo lo que me has contado de la película, aunque me has respondido de forma transversal a lo largo de la entrevista, te hago la pregunta de forma directa: ¿Qué ves de interesante, que es lo que te llena, de las historias pequeñas detrás de los grandes acontecimientos? Me has dicho que siempre quedan invisibilizadas, en segundo plano, pero, ¿por qué quieres rescatar esas historias?

A: De alguna forma es lo que me resulta más cercano. A veces estamos más pendientes de los números, de las cifras, que es lo que sale en la televisión y en los libros de historia, pero a mí esto no me acerca emocionalmente a las historias. Me queda la pregunta de: ¿Cómo era ser una mujer en 2014 y estar viviendo en Sinjar? Más allá de las consecuencias, de los números de muertos, de los años, o sea, de las cosas terribles; me falta la parte humana que me permita emocionar y, de alguna manera, ahí es donde me gusta a mí incidir con las películas. A mí me gusta ir al cine a que me conciencien de ciertas cosas, pero a través de la emoción, no a través de los datos o la frialdad de los números y por eso siempre intento entrar en la historia, pero a través de la cotidianeidad.

P: La verdad es que ha sido una conversación muy interesante. Mucha suerte con la película.

A: A ver si conseguimos que vaya la gente al cine, que cuesta tanto.

P: Eso ya tiene que ver con muchas cosas más que escapan a tu película. Son factores que se nos escapan. Por nuestra parte, enhorabuena por tu película y mucha suerte.

A: Muchas gracias y un abrazo.

Javier Alpáñez

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