ANTECEDENTES

Tras firmar varios cortometrajes galardonados a lo largo y ancho de nuestra geografía, Alauda Ruiz de Azúa se lanza a la realización de su primer largometraje: Cinco lobitos. Esta propuesta indaga en las vicisitudes de la maternidad, y se acompaña de Laia Costa, Susi Sánchez, Ramón Barea y Mikel Bustamante, que prácticamente encierran el conjunto actoral de la película. La cinta fue estrenada en la sección Panorama de la pasada Berlinale con críticas extraordinarias, y ahora aterriza en el Festival de Cine de Málaga dentro de la sección oficial a concurso con serias opciones en el palmarés, a la espera de su estreno en cines el próximo 20 de mayo.

LA PELÍCULA

Si hacemos un ejercicio de historiografía cinematográfica daremos cuenta de la amplia y variada gama de historias acerca de la maternidad que se han construido. Madres atormentadas, madres poderosas, madres imperfectas, madres paralelas, múltiples madres y una sola. La ida de la maternidad sigue siendo un punto de inflexión y reflexión por parte del Séptimo Arte, y Alauda Ruiz de Azúa no lo niega, mostrando los miedos de una madre ante la crianza de su primer hijo. Por ello, nos presenta a esa mujer envuelta en llantos y lágrimas, que frente a la ausencia del padre y los reproches de la madre, intenta lidiar con su vida como puede. Todo parece definido bajo una tonalidad de cierta ligereza, mostrando variaciones cómicas que la contraposición de caracteres otorga a la historia. Y es así, como la realizadora nos quiere introducir en su mirada, mediante la tonalidad de la cotidianidad más liviana, más continua, como si no definiéramos líneas extraordinarias en lo que estamos observando y viviendo.

Pero precisamente ahí versa una estrategia, la de presentarnos un ejercicio aparentemente ligero, para llevarnos de la mano hacia un viaje emocional complejo y profundo. Es un viaje que se deconstruye desde lo más orgánico, introduciendo los elementos dramáticos poco a poco, hasta dejarnos embriagados por la emoción que supone entender la difícil tarea de aprender a ser madre, y por qué no, de aprender a ser hijo/a. Ese es el claro objetivo de esta historia, cuestionarse el valor de la maternidad a partir de un relato en el que se nos presenta la mirada de esa madre contemporánea, en contraposición a la de la madre que defendió sus necesidades dentro del estricto margen del siglo pasado. Y en esa relación se definen y construyen numerosos fallos y aciertos que como la vida misma vienen a construir las relaciones humanas.

Alauda nos guía con precisión y humanidad por las miradas incendiarias de estas dos madres portentosas, y aunque la propuesta se encierra en sí misma en exceso, acuñando excesivas reiteraciones, la sensación final es de haber vivido y sentido con absoluta honestidad la realidad de dos procesos maternales, condicionados por el momento, y por las circunstancias personales. Hay líneas de discurso político pero herederas de una definición humanista, la que te introduce en las emociones de esa madre condicionada por el contexto de su tiempo y su lugar. La viveza de las imágenes contagia cada fotograma, y si la película adquiere un amplio vuelo es gracias a ellas, esas dos madres humanas y maravillosamente interpretadas por Laia Costa y Susi Sánchez. Dos trabajos muy diferentes que perfilan con destreza y precisión el valor emocional de sus cometidos dentro de esta historia, que encuentra en la cálida expresión de Ramón Barea, la contraposición a ese machismo canónico, para definir una idea de ese anclaje social, mucho más inversa, mucho más compleja. Ellos construyen y dan alma a personajes vivos, que sienten, que definen una vida, no exenta de dolor, y que vienen a configurar una ópera prima impregnada de emoción y sensibilidad por esa idea a veces un tanto difuminada de lo que supone la maternidad.

ELLAS Y ELLOS

Sin duda, el reparto es el alma de la propuesta, cierto es que Mikel Bustamante, aunque se esfuerza, no llega a nivel de sus compañeros. Pero los otros tres componentes desfilan con audacia y talento ante la historia que les atañe. De mención especial son esas dos madres poderosas y portentosas en la mirada de dos grandes interpretaciones, las de Laia Costa y Susi Sánchez.

LA SORPRESA

Es una sorpresa que podamos seguir encontrando en las óperas primas de nuestro cine, las historias más sensibles y humanas, y también las más perfiladas a todos los niveles, frente a ese cine más veterano y más fallido.

LA SECUENCIA/ EL MOMENTO

Es realmente emocionante el momento en el que el personaje de Ramón Barea proyecta un vídeo hecho por él de lo fue la vida de su hija (Laia Costa) y su mujer (Susi Sánchez), la cual se encuentra ya en un proceso de enfermedad avanzada y terminal, pues en ese instante sale a relucir la emoción más verdadera condensada en la mirada acuosa y silente de los tres actores. Una emoción que habla de reflexión, de heridas abiertas y del deseo de seguir caminando hacia adelante.

TE GUSTARÁ SI…

Si disfrutas de las historias humanas, que hablan de lo cotidiano desde un lugar profundo.

LO MEJOR

• La humanidad con la que se define cada rincón de esta propuesta.

• La excelencia interpretativa con la que Laia Costa y Susi Sánchez componen sus personajes.

LO PEOR

• A veces gira demasiado sobre sí misma, y lastra ciertos avances de la trama.

Alberto Tovar