LOS FANS ACOSAN AL ELENCO DE STRANGER THINGS
La realidad muchas veces supera a la ficción, y en el caso de Stranger Things no iba a ser menos. Los actores de la serie han encontrado su propio mundo del revés lejos del set de rodaje, porque la fama es un lastre más difícil de gestionar que un demogorgon. Pero, en este caso, las cosas comienzan a ir demasiado lejos y no hay fama ni admiración que justifique a lo que se exponen estos chicos continuamente.
Finn Wolfhard, el actor que interpreta a Mike en la serie de Netflix, ha enviado un tuit dedicado a toda su comunidad de fans y seguidores. Pero, especialmente, dirigido a aquellos que traspasan la línea de un buen fan, aquellos que acosan a todo el elenco y les persiguen allá donde van, además de convertirse en absolutos maleducados cuando estos niños no les muestran la atención que algunos seguidores creen merecer.
Las actrices Sophie Turner (Juego de tronos) y Shannon Purser (Barb en Stranger Things) han mostrado su apoyo al joven actor de 13 años, al que además pudimos ver hace poco en el papel de Richie en It, con mensajes a través de sus cuentas de Twitter. ¿Están estos niños demasiado expuestos para su edad? ¿Debe un actor ser más considerado con sus fans por el hecho de ser una imagen pública? ¿Tiene un fan derecho a exigirle a su ídolo ciertas cosas por su propia condición de fan? La cuestión es espinosa porque no dejamos de hablar de chicos de 13 años, con las mismas inquietudes y actitudes que cualquier crío de su edad. Y no hablamos de si deben recompensar al fan o no, porque son adolescentes que todavía no entienden muy bien de qué va este juego.
La fama tiene un reverso tenebroso, y todos los sabemos. No solo podríamos citar casos de «juguetes rotos» (y no nos llegarían los dedos de ambas manos para hacerlo), sino que en esta cara oculta podemos encontrar todos los casos de abusos que ahora manchan la reputación de Hollywood. Sin embargo, hay una cosa que todos deberíamos tener claro; que, ante todo, hablamos de niños, chavales entre los 13 y 15 años que sufren cómo los adultos les exigen ciertas actitudes que no se contemplaban en el contrato que ellos (y sus padres) han firmado. Además, ¿no nos parecería raro, en cualquier otra situación, que un hombre adulto espere a un adolescente a la salida de su hotel para seguirle?
Stranger Things es ficción; una ficción muy buena que despierta en algunos adultos la nostalgia de recordar ese momento en el fuimos niños. El talento del elenco es indudable, haciendo de cada temporada una aventura de la que sentimos que formamos parte. Pero si queremos seguir disfrutando del talento de estos chicos, deberíamos concederles el espacio suficiente para que sigan siendo lo que son: actores y niños. No estaría de más que por esos nueve episodios de entretenimiento les devolviésemos un poco de respeto.
Lorena Rodríguez