ENTREVISTA A ATSUSHI OHKUBO, AUTOR DE FIRE FORCE
Atsushi Ohkubo es un autor especialmente conocido por su uso de la mística y la fantasía más retorcida y macabra. El mismo se daba a conocer especialmente con Soul Eater, tras haber trabado como asistente en Get Backers. Un inicio notablemente fuerte que, gracias a su diferenciador estilo, le garantizó un sitio entre los mangas del momento.
Su potencial le ha llevado ahora al 25 Manga Barcelona, donde ha presentado su última obra: Fire Force. Un título que, siguiendo la estela de su obra original se atreve con nuevos trasfondos y elementos de los que hemos podido hablar con el autor, además de su trabajo, influencias y metodologías gracias a su asistencia como uno de los autores invitados por parte de Norma Editorial.
Fire Force tiene una peculiaridad muy remarcada. Y es que sus personajes son bomberos. ¿Porque escogió esa profesión para un manga de fantasía?
Es una profesión muy corriente pero que no siempre valoramos ni tiene un espacio muy mediático. Precisamente por eso la escogí, ya que permitía a los fans explorar una rama completamente nueva y que aún no se había visto en el género.
Sin profundizar en Soul Eater, nos gustaría saber, qué cambió para pasar del tono de esta obra al que posee, actualmente, Fire Force. Un cambio que no sólo se puede ver en el argumento, sino también en el dibujo.
En realidad la temática es similar. Me gusta jugar con unas bases que se relacionan entre sí, sin perder diferenciación. La muerte y la vida son parte importante de ambas obras, y, por ejemplo, también encontramos elementos compartidos como la importancia del alma o la representación de esqueletos. Con todo, en el caso de Soul Eater creo que se relaciona más con un videojuego de peleas: llegas y te pones a repartir tortazos. Sin embargo, Fire Force tiene un enfoque más pausado y se centra más en la importancia de cada personaje, así como de cada vida que se toma.
Fire Force ha cambiado su periodicidad durante su publicación. Pese a que antes era mensual ahora es semanal. ¿Afecta esto de alguna manera a su trabajo?
Tiene sus dos caras, aunque evidentemente la positiva pesa más. Y es que es más lógico publicar con una periodicidad más ajustada, ya que así no se pierde el hilo ni el ritmo al que trabajo. Al haber una mayor continuidad el hecho de trabajar se convierte en un hábito más normalizado. Antes, al tener una fecha mensual siempre me ajustaba a las fechas de publicación y acaba acumulándose todo el trabajo. Por otro lado, y como motivo negativo, también acarrea mucho más estrés el lanzar un capítulo de forma semanal.
De forma aproximada, ¿cuánto le lleva realizar cada una de las páginas de sus obras?
Es complicado ofrecer una respuesta exacta, ya que no suelo medirlo y va en función de la dificultad de cada páginas. Con mi equipo de cuatro asistentes, siendo cinco personas en total, seguimos un ritmo de unas 20 páginas cada cuatro días. Todo se resume en un ciclo constante: trabajas, comes algo, una ducha y de vuelta al trabajo (risas).
¿Con cuál de todas sus obras te sientes más identificado a nivel personal?
Me costaría mucho decidirme por una en concreto. Como os comentaba antes, la vida y la muerte es un punto muy importante en mi trabajo. Y es que, de pequeño sufrí una patología cardiovascular que me tuvo a las puertas de la muerte. Ese sentimiento tan personal que intento poner en mis trabajos hace que sea imposible decidirme por ninguna en especial.
¿Como se le ocurrió el proceso de creación de los personajes de Fire Force?
Me gusta mucho imaginar a los protagonistas como una familia. Los diseñé con la idea de identificar a cada uno con un rol muy concreto, para ofrecer cierta cohesión. Aunque es algo general, creo que en el Escuadrón 8 todavía es más identificativo. Shinra sería el principal, pero todos tienen su propio espacio. Maki sería la hermana y Arthur, por ejemplo, el perro tonto (risas).
Fire Force gira entorno a los seres infernales, con cierta fijación en una fantasía macabra. ¿De donde surgen sus inspiraciones?
El infierno y todo lo relacionado con él siempre se ha considerado como algo prohibido. Aquello a lo que no deberíamos mirar, mucho menos fijarnos. Pero la curiosidad siempre nos atrae a ello. Sobretodo cuando somos jóvenes. Por eso me gusta trabajar con ello y conectar esa parte más traviesa de los niños con el interés por la parte infernal. Algo que no encontramos si cambiamos la visión y nos centramos en el cielo.
Algunos personajes como Benimaru, Joker o Hibana tienen una mirada distinta, en sus ojos: hay símbolos. Parece una decisión puramente estética pero, ¿por qué en esos personajes en concreto? ¿En qué se basa?
Más que sus miradas, se trata de sus ojos como tal. Igual que ocurre con la distinción de personajes dentro de cada escuadrón, me gusta que los personajes tengan distinciones generales también. Si os fijáis, cada uno de los personajes de la obra tiene una mirada completamente diferente, para que puedan ser reconocidos individualmente.
Shinra también tiene un punto muy característico, su risa. ¿Qué es lo que busca al ilustrar esa risa casi nerviosa del protagonista?
Creo que la sonrisa va mucho más allá que otro tipo de expresiones faciales. El hecho de llorar o mostrar enfado son distintivos claros: estás llorando o estás enfadado. Pero la sonrisa no tiene este tipo de ataduras. Puedes estar triste o enfadado mientras sonríes, igual que puedes estar disfrutando. Además me gusta mucho jugar con ellas. Es un punto con una expresividad muy marcada, al fin y al cabo.
A la hora de trabajar, ¿se apoya en el arte tradicional o utiliza técnicas digitales modernas?
Por lo general sigo anclado a la ilustración tradicional. Tanto portadas como ilustraciones principales, lo más importante, sigue partiendo de estilos analógicos. Sin embargo, el color siempre lo añadimos con técnicas digitales.
En Fire Force se respira una estética steampunk muy notable. ¿De donde procede?
Siempre he sido un gran fan de la estética steampunk. Pero como, además, Fire Force emplea mucho el uso del fuego y el vapor dentro de su dibujo y narrativa pensé que sería algo muy adecuado que combinar con la ciudad de Tokio.
Tenemos entendido que Captain Tsubasa es una de las series que marcaron su infancia. ¿Actualmente sigues alguna obra manga o anime? ¿Cuáles serían tus favoritas?
Ahora mismo, y por el volumen de trabajo que tengo, no cuento con el mismo espacio que antes para el ocio. De todas formas, soy más de leer la misma obra cientos de veces antes que ponerme con nuevas (risas), Dr. Slump la leí tantas veces de pequeño que las páginas se descolgaron; la adoro. Últimamente lo que más sigo es el cine. Soy muy fan de La Matanza de Texas.
Hablando de cine, ¿cuáles diría que le han inspirado más? ¿Y en el caso de directores?
Sin duda, el director que más me ha llamado siempre ha sido Tim Burton. De pequeño me fascinaban sus mundos. Mi favorita, aún así, es Frankenweenie.
El Sol y el fuego son los dos elementos clave de la narrativa de Fire Force. ¿Cómo llegó a escogerlos como tal?
Siempre me ha gustado conectar el estilo shonen con los elementos. Soul Eater es un gran ejemplo de ello pero siempre me dio la impresión de que habían demasiados personajes electricos o ocupaban un espacio muy grande. A partir de ahí me percaté de que me gustaba utilizar personajes que versaran en torno a un mismo elemento, por eso decidí que Fire Force se centraría puramente en el fuego. En cuanto a la idea del Sol, volvemos a Soul Eater. En mi anterior obra destacaba mucho la luna así que me gustaba la idea de cerrar el círculo con el Sol.
¿Qué le es más importante en un protagonista: que sea fuerte y evolucione físicamente o que tenga unas creencias y convicciones firmes aunque no destaque en la fuerza física?
Es difícil decantarse por una sola, ya que ambas son importantes. Seguramente el apartado de las creencias y convicciones siempre está un punto por delante, ya que la determinación y la compostura son puntos muy importantes. Pero al tratarse de un shonen donde encontramos gran cantidad de batallas, sin la fuerza perderíamos el hilo de la historia.
Actualmente el manga y el anime llegan a cualquier parte del mundo, son mucho más universales, ¿le parece que son una clave de la exportación cultural japonesa?
He vivido como un seguidor del medio durante toda mi vida y siempre he querido dedicarme al manga, desde pequeño. No puedo hablar en un plano general, pero me encanta que el medio haya conseguido este enfoque internacional, ya que puedo conectar con seguidores de todo el mundo. Me parece fantástico.
Cómo es su primera visita a España, ¿le gustaría visitar algún sitio en concreto?
¡Hay muchos sitios que me gustaría ver! Gaudí y sus obras son uno fundamental, por supuesto, pero también me habría gustado poder ver un partido de F.C Barcelona en directo pero no ha habido suerte (risas). Por el momento he podido visitar el antiguo parque de bomberos de Barcelona, aunque está cerrado, claro.
Así finaliza nuestro breve encuentro con Atsushi Ohkubo. Un autor que se abre a nosotros a lo largo de la entrevista para revelar, no sólo datos sobre sus obras, sino también las inspiraciones que le han llevado a su posición y como le ha afectado su trasfondo social. Solo queda agradecer su presencia y dedicación al autor, así como a Norma Editorial por hacerlo posible.
Óscar Martínez
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