El pasado 29 de Octubre llegó a Netflix una de las series más originales de este 2021: El tiempo que te doy. En ella, se combinan el presente y el pasado de una forma novedosa para contarnos algo tan complejo y doloroso como una ruptura. Tras años de amor y con un ilusionante proyecto de vida por delante, la chispa desaparece y tan solo queda el recuerdo, que a su vez se convierte en dolor. Eso es precisamente lo que le sucede a Lina, que está empezando de nuevo, se muda de casa, busca un nuevo trabajo y prueba nuevas experiencias. Pero lo que Lina intenta hacer en realidad es olvidar un amor del pasado, su primer y platónico amor. Cada día, Lina intenta que el tiempo que pasa pensando en Nico sea un minuto menos, para así poder avanzar con su vida. Este drama, el cual trata un tema habitual en nuestras vidas, cuenta con numerosos motivos para ser visto, pero hemos decidido destacar sus cinco principales razones por las que El tiempo que te doy merece la pena ser vista:

1. Una estructura rompedora

Es complicado que, a estas alturas, alguna serie nos sorprenda por su estructura, ya que en diversas plataformas podemos encontrar obras de todo tipo, pero lo cierto es que El tiempo que te doy logra que su estructura se adecúe a lo que quiere contarnos y, sobre todo, a cómo debe contarnos las cosas. Dividida en 10 capítulos de unos 13 minutos de duración cada uno, a medida que avanza la serie se le resta un minuto al recuerdo y se le suma un minuto al presente. Así, somos conscientes de una de las máximas de esta serie, que el tiempo debe curar nuestras heridas y que, a medida que pasa el tiempo, debemos pensar menos en el pasado para centrarnos en el presente. No se me ocurre mejor forma de hacerlo que aumentando el tiempo que el presente acapara en pantalla, mientras que se reduce el tiempo dedicado a ese pasado que tanto dolor evoca en Lina. Desde luego, uno de los grandes aciertos de esta serie es su estructura.

2. Unos personajes empáticos

Nadia de Santiago y Álvaro Cervantes tienen una química envidiable para que esta serie salga a flote. Una de las razones por las que merece la pena echarle un vistazo a El tiempo que te doy es lo familiares y cercanos que resultan sus personajes principales. Esta serie podría estar hablando de nosotros mismos, y sus personajes son tan normales y corrientes, que hacen que sus sentimientos atraviesen la pantalla para golpearnos de lleno. Una vez los problemas de Lina y Nico afloran, nuestros sentimientos se quiebran, y eso se debe en gran parte a la necesaria dosis de empatía que transmiten.

3. La belleza del recuerdo

Durante toda la serie, el recuerdo resulta clarividente. Dan ganas de quedarse ahí, en esos minutos en los que Lina recuerda todo lo vivido y todo lo pasado con Nico, aquello que en algún momento le hizo tan feliz. Quizás por ello, a medida que avanza la serie y se le resta tiempo al pasado, ésta pierde fuerza, porque lo más importante y lo más destacable de ella es su pasado. Se suele decir que no se puede entender el presente sin conocer el pasado, que es lo que precisamente sucede en esta serie. Conocer el pasado resulta necesario para entender lo que está pasando Lina, así como para disfrutar de la belleza que evoca, por ejemplo, el momento en el que se conocieron.

4. Una clara voluntad de estilo

Nadia de Santiago sabe lo que quiere conseguir con esta serie y cómo debe hacerlo. Para ello, además de contar con una estructura novedosa, decide que el espacio y el tiempo para la reflexión es necesario para comprender lo que quiere contarnos. Sin grandes sobresaltos o giros inesperados, la serie nos dirige poco a poco, de forma sutil, hacia el presente y el día a día después de una ruptura. El tiempo que te doy posee planos y momentos que evocan la reflexión y dejan volar la imaginación, consiguiendo así que los espectadores se sientan implicados con lo que se narra en esta serie. Nada está de más, y todo está medido hasta el más mínimo detalle.

5. Una experiencia terapéutica

En ocasiones, aunque suene mal decirlo, los males de otros nos hacen comprender que no somos los únicos que estamos pasando por una mala situación, y que incluso hay personas que están pasando por una situación infinitamente peor que la nuestra. Es por ello que El tiempo que te doy puede ser un alivio y un manual de instrucciones para aquellas personas que estén pasando por una experiencia traumática en el amor y que sean incapaces de olvidar a la persona a la que tanto amaron un día, pero que ahora tan solo causa dolor. En esta serie comprobamos que no es fácil ni sencillo olvidar de un día para otro, pero que el tiempo debe curar las heridas, y que para ello la única forma de hacerlo es seguir hacia delante y dedicarle un minuto menos al día a pensar en aquellas cosas que nos duelen y que no nos permiten ser felices.

Jorge Gutiérrez Leguina