Teniendo en cuenta el impacto que están teniendo los eSports a nivel mundial, no sólo económico, sino también de audiencias (ambas variables van bastante ligadas, después de todo), no es de extrañar que el mundo audiovisual quiera aprovechar el tirón y utilizar la temática para nuevas producciones. A fin de cuentas, tenemos un antecedente: las productoras descubrieron el filón del mundo Marvel y ha batido récord de taquilla aprovechando un universo que puede dar mucho de sí para los argumentos.

El tirón de League of Legends

Ahora le toca el turno a los videojuegos y a su versión competitiva y profesional: los eSports. En este aspecto, la muestra más reciente la tenemos con la serie Arcane, basada en el mundo del popular “League of Legends”, un juego que está arrasando a nivel amateur y en audiencia en sus torneos, como recientemente celebrado “LOL Worlds 2021”, que llegó a puntas de audiencia que superaban los 4 millones de espectadores (como ocurrió en la final).

Arcane ha sido un verdadero éxito. Ambientada en el citado título y aprovechando el décimo aniversario de su lanzamiento, la serie nos sumerge en algunos de sus personajes. Distribuida por la plataforma Netflix, su acogida ha sido tal que, tan sólo después de unas semanas de su estreno, ya se ha decidido poner en marcha una segunda temporada. Algo que resulta lógico, teniendo en cuenta que parece haber desplazado el producto estrella de Netflix, “El juego del Calamar”, desde su inclusión en el catálogo. Además, ha sido una potente estrategia de promoción del juego, ya que muchos de los que han seguido la serie ni siquiera conocen el universo de “League of Legends”, aunque ahora puede que se decidan a convertirse en nuevos jugadores. 

Cine y videojuegos tienen un trozo del camino recorrido juntos 

La ficción puede no sólo sumergirse en la temática de los juegos ya creados, también es posible imaginar mundos diferentes con personajes que podríamos encontrar en nuestro aspecto más cotidiano. Es lo que descubrimos en El Avatar del Rey, una serie web animada basada en una novela de Hu Dielan, sobre un jugador profesional de los eSports. Y si nos pasamos al mundo de los videojuegos más populares, la lista crece, sobretodo en el celuloide, exponencialmente: Assassin’s Creed, la saga de Resident Evil, la lamentable Mortal Kombat y la inacabable franquicia de Tomb Raider, a la que Angelina Jolie puso en el mapa, pero que Alicia Vikander ha consolidado con una versión mucho más fiel al título original. Estos experimentos fueron el punto de partida; al ver su aceptación y estudiar el mercado, las productoras ya vieron que tenían un importante mercado por delante. La eclosión de los eSports solo podía conducir a un camino: aprovechar este potencial target para acaparar audiencia.    

Los documentales y su segunda juventud 

El género documental, que está viviendo una edad de oro en la actualidad, no es ajeno a esta temática. Tan sólo del exitoso título “Counter-Strike: Global Offensive”, un “shooter” en primera persona que está rompiendo moldes, ya se han realizado varias producciones. Por un lado, tenemos Sueño Violeta, sobre el equipo “9z Team”, en su andadura por Europa en la celebración del torneo donde tuvieron la épica victoria sobre el “Team Vitality”. También se estrenó recientemente Guerreros de Plata, sobre el subcampeonato que logró la Selección Argentina de Counter-Strike en el torneo mundial de 2016. En ambos casos, se retrata la emoción del transcurso de estos torneos, con gran seguimiento de audiencia y del que se generan apuestas sobre cada una de las fases, como ocurre en la web de Rivalry, con apartado dedicado al CS:GO, que también resulta de gran utilidad a los seguidores para hacerse una idea de los pronósticos sobre quién puede pasar a las siguientes etapas.

Pero hay vida más allá del CS:GO, otro popular “shooter”, el “Call of Duty”, centra la acción en la creación de un equipo para competir, y su entrenamiento se desarrolla en el centro de alto rendimiento de Red Bull en Santa Mónica, donde sus componentes deberán enfrentarse a retos insospechados; podemos ver el documental OpTic Gaming para ver sus aventuras y desventuras. Ese argumento es similar al que podemos visualizar en Against de Odds, sobre la consolidación de un equipo que aspira a un suculento premio de 12 millones en un torneo de 2018, pero que deben salvar un importante escollo: nunca antes habían jugado juntos, y sólo tienen 2 meses para obrar el milagro. 

Redacción