En el mundo del cómic es habitual que una autora o un autor se encasille tarde o temprano en un género o incluso en un estilo gráfico. Da igual el origen, son muchos los que comparten dicho patrón y eso, quizá, en ocasiones es bueno, pero en otras puede terminar aburriendo o cansando. Todo dependerá de la habilidad del artista con su prosa y su pluma. Pero en esta ocasión no venimos a hablar de continuidad o repetición, sino de versatilidad y diversidad. Dos cualidades que he encontrado tras leer las dos obras que han llegado por el momento a nuestro país de Syundei (Onborobachi, Shishunki na Omaera no Muda na Doryoku) cortesía de Milky Way Ediciones. 

Tras anunciar que sería en 2020 cuando la mangaka pisaría nuestro territorio por primera vez en términos literarios fueron muchos los que se alegraron porque ya conocían parte de su trayectoria gracias al trabajo de otras editoriales extranjeras y, en cierto modo, ya portaba consigo un sello de calidad. En lo personal he de admitir que no la conocía, no sabía ni quién era ni cómo trabajaba. Pero como suele pasarme con los autores noveles, no pude dejar atrás ese anuncio y darle una oportunidad a una nueva mangaka con una historia de lo más interesante tras ella. Una artista que, además de sorprenderme por el estilo gráfico que emplea capaz de transportarme a los años 80 con un aire más refinado, también me ha dejado sin palabras al saber combinar a la perfección dos géneros totalmente diferentes y muy, pero que muy, lejanos: la comedia y el terror. 

Desde la comedia más desmedida en Ganbare! Nakamura-kun!!…

Fue el pasado verano cuando la editorial asturiana nos dejó a muchos de nosotros con uno de los títulos estrella del año. Una obra capaz de unir corazones pero también multitud de lectores, pues gracias a su encanto y diversidad pudo conquistar tanto a amantes del BL como a personas totalmente ajenas al mismo hasta que Nakamura llegó para romper muros y tirar abajo multitud de prejuicios frente a un género capaz de ofrecer mucho más de lo que muches piensan.

En esta primera obra Syundei emplea un tono más fresco, jovial y desenfadado para contarnos la historia de Nakamura. Un joven que está pillado por su compañero de clase Hirose desde hace bastante tiempo, pero dada su timidez jamás ha hablado con él. Casi un año después de observarle desde la lejanía se propone hacerlo imaginando cualquier tipo de situación posible: un encuentro casual, una pregunta inocente, meterse en una conversación en grupo… Desgraciadamente, sus intentos fracasan uno tras otro de manera cómica. Aun así, Nakamura no se rinde. ¿Llegará el día en el que pueda hablar con Hirose? Si lo consigue, quién sabe, tal vez pueda llegar hasta su corazón, aunque para el pobre Nakamura será más que suficiente conseguir ser su amigo. Y eso… ¿no será tan difícil, verdad?

Son muchos los adjetivos los que definen esta historia, desde «cuqui» hasta entrañable, desde divertida hasta «esa obra capaz de calentar tu corazón en cualquier momento» e incluso alocada e intimista. Como decía, múltiples adjetivos. Una historia única que, además de saber narrar perfectamente el día a día del joven Nakamura en sus intentos por conseguir acercarse al encantador Hirose, es capaz de atraparte de principio a fin. Una historia muy necesaria para romper muchos convencionalismos demasiado instaurados, pero también una historia necesaria para poder pararte a respirar y disfrutar. Porque ese es su verdadero encanto. No abusa del romance, pero tampoco lo hace de la comedia. Syundei encuentra el equilibrio perfecto en ¡¡No te rindas, Nakamura!! y lo hace con una naturalidad impecable. Una naturalidad que te hará sentarte, desconectar de todo un rato y, sobre todo, disfrutar leyendo.

… hasta el terror más romántico en Gesshoku Kitan

Pero la cosa no queda ahí. Pues desde Milky Way Ediciones supieron avistar a una autora que encajaría perfectamente en su catálogo desde su primera apuesta y es por eso mismo que fue el pasado mes de octubre cuando pudimos disfrutar de un segundo título de Syundei. Una obra que se aleja completamente de ¡¡No te rindas, Nakamura!! y que tan solo conserva el componente BL y ese estilo gráfico tan destacable capaz de rescatar el aire ochentero totalmente actualizado y accesible para todo tipo de lectores. Una obra que, además de dejarnos con un título acorde a su fecha de publicación, nos presenta la otra cara de una autora de lo más polifacética. Una artista capaz de hacerte sonreír, pero también de revivir una de las leyendas más espeluznantes de Japón. 

Dejando atrás una de las obras más encantadoras de 2020, nos adentramos en Total Eclipse of the Eternal Heart. Una historia oscura y aterradora publicada en 2015 en Japón en la Syundei demuestra el mismo nivel de maestría narrativa que en la comedia. En esta ocasión deja de lado casi todos los recursos empleados en ¡¡No te rindas, Nakamura!! para dejarnos totalmente fascinados mediante un misterio sobrenatural relacionado con un asesino en serie del pasado; un caso por resolver que un siglo después vuelve a la palestra de manera sorprendente.

Así, Total Eclipse of the Eternal Heart nos contará la historia de un asesino en serie que mata a nueve niños en Tokio a comienzos del siglo XX. Casi 100 años después, en la actualidad, Terumichi —uno de los protagonistas de esta historia— no deja de tener pesadillas en las que ve cómo ese criminal comete sus crímenes, sin saber que sucedieron de verdad hace casi cien años. En el instituto, es muy amigo del guapo y misterioso Yamada. De hecho, le gusta, pero para evitar las habladurías, le pide dejar de pasar tanto tiempo juntos. Yamada se niega a ello y, justo entonces, aparece un tipo que acuchilla a Yamada… ¡¿que al rato se levanta como si nada?! ¿Quién será ese personaje? ¿Ante qué tipo de misterio nos envuelve Syundei en esta obra?

Intriga, suspense e incluso seducción enmascarada serán los componentes principales de esta segunda obra de Syundei. Un título que se aleja totalmente del primero que pudimos conocer pero que, ante todo, nos permite ver todas las aristas de una artista que promete tanto en el terreno amoroso como en el más sombrío. Una mangaka de la que ya hemos podido conocer dos facetas totalmente dispares y de la que, sin duda, nos encantaría seguir conociendo más piezas de su trabajo. Uno que se apoya en un género que está en alza, pero también uno que combina múltiples tonos para crear historias de lo más variadas y conseguir encajar en la mirada de múltiples lectores. Porque esa es la verdadera magia de un artista y con Syundei ya os adelantamos que la experiencia y el viaje valen totalmente la pena. Conocerás cómo un pulpo puede ser una mascota fascinante, te sorprenderá ver hasta qué punto puede sonreírte la mala suerte, pero también podrás estremecerte ante personajes que parecían estar muertos durante muchos años pero que reviven e incluso hacen palpitar nuevos corazones. En definitiva, Syundei se ha convertido, con tan solo dos obras publicadas en nuestro país, en una mangaka totalmente imprescindible y a la que debemos seguirle la pista. Una artista que apuesta por la variedad temática yuxtaponiendo, además, un grafismo ochentero muy particular a obras de lo más actuales. 

Marisol Navarro