LOS ANTECEDENTES
El sábado 29 de mayo, Documenta Madrid acoge la proyección de Qué será del verano, segundo largometraje del cineasta argentino Ignacio Ceroi (Una aventura simple). La cinta debutó en el Forum de la Berlinale este mismo año, y asimismo pasó por el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI) donde se alzó con el premio a Mejor Película. Qué será del verano es una curiosa e interesante propuesta que parte del material encontrado por el propio Ceroi en una cámara de video de segunda mano, y de la puesta en contacto con el anterior propietario a fin de ponerles historia a las imágenes.
LA PELÍCULA
Un viaje en autobús, una joven sonriente esperando en la estación. En los primeros compases de Qué será del verano, la voz en off de Ignacio Ceroi (que nos acompañará durante los 86 minutos de metraje) nos pone en contexto: cuando su pareja se fue a estudiar a Francia, él pasó allí con ella tantos meses como la condición de extranjero legalmente le permitía. Lo primero que hizo al llegar a Toulouse fue comprarse una cámara por internet, para hacer filmaciones durante su estancia. Su sorpresa fue mayúscula al conectar la cámara al ordenador y encontrarse con alrededor de cuatro horas de grabaciones que el anterior dueño no había borrado.
El material hallado fue todo un descubrimiento para el director, que lo encontró tan fascinante que, viéndolo susceptible de formar parte de una película, se puso en contacto con el hombre que le vendió la cámara para dos cosas; por un lado a fin de pedirle permiso para poder usar esas imágenes, y por otro para solicitarle que le contase lo que recordaba de aquellos vídeos. A partir de aquí se inicia una relación epistolar entre ambos, que Ceroi traduce en una suerte de biopic ajeno narrado por su propia voz (y por lo demás acompañado por una banda sonora minimalista), a partir de los textos (guionizados) que el antiguo dueño de la cámara, Charles, le envía.
La sola premisa de Qué será del verano bien podría pertenecer a cualquier obra de ficción, pero ahondar en la vida de Charles, un jubilado francés, tiene tanto o más de cinematográfico, (al menos si nos ceñimos a todo lo que la cinta cuenta). Su vida tras la jubilación, su familia y sus mascotas ocupan el primer tramo del documental, pero a medida que el tiempo va retrocediendo para acudir a pasajes pasados, las filmaciones nos desvelan a un hombre que estuvo sirviendo en la embajada francesa en una Camerún sacudida por la agitación socio-política. El relato sufre de manera natural e inesperada, una bifurcación de lo cotidiano a lo aventurero, pasando por campos de refugiados, aldeas de pigmeos y llegando hasta lo más profundo de la selva en busca de un soldado en paradero desconocido.
Resulta imposible dilucidar cuánto hay de realidad adulterada en las palabras, pero el material gráfico habla por sí mismo y no es de extrañar que Ceroi viese potencial en llevar esta historia de vida a la pantalla. Una historia que por cierto, encuentra un broche final perfecto en el natural devenir de la vida misma.
LA SECUENCIA / EL MOMENTO
Qué será del verano cuenta fundamentalmente la historia de Charles, y como él mismo transmite, salir a pasear con sus perros es una de las cosas que más le llenan. Cualquiera de dichas secuencias se convierte en algo especialmente significativo dentro del documental.
LA SORPRESA
Aunque su propia vivencia sea la desencadenante de la película, Ignacio Ceroi se relega a la posición de narrador, cediendo prácticamente todo el protagonismo a una historia que no es la suya pese a que podría haber hecho justo lo contrario.
TE GUSTARÁ SI…
Si te gusta conocer historias sobre gente. Si buscas acercarte al género documental mediante una cinta que hace olvidar en muchos momentos que no se trata de ficción.
LO MEJOR
- La premisa.
- Lo sorprendente que se vuelve la vida de Charles a medida que avanza la película.
- La combinación entre las imágenes rodadas y la narración orquestada por Ceroi hacen de Qué será del verano una cinta que por momentos asombra que sea un documental…
LO PEOR
- …y que a su vez siembra en el espectador la duda de dónde se sitúa la línea entre el relato real proporcionado por Charles, y la propia imaginación y ficcionalización que de este hace el director.
- Ignacio Ceroi tenía la intención de representarse a sí mismo y a Charles como personajes en cierto modo especulares, algo que no termina de lograr debido a su desigual protagonismo en el filme.
Aitziber Polo
