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SITGES 2019: VIVARIUM

LOS ANTECEDENTES

La emancipación es momento de alegría pero también de crisis. Abandonar el nido y finalmente hacerse con las riendas de una vida a la que dominar no es siempre un camino de rosas, especialmente en lo que a la búsqueda de un hogar donde echar raíces se refiere. Encontrar una casa idílica para instalarse y seguir la sutil línea editorial de una sociedad capitalista puede ser una pesadilla, y Lorcan Finnegan lo sabe. El director irlandés, que cuenta con una modesta filmografía en la que ya explora el terror escondido detrás de vecindarios peculiares (véase Without Name o el cortometraje Foxes), vuelve a la carga con Vivarium, proyectada por primera vez a nivel nacional dentro del marco del 52 Festival de Sitges. No hay nada que dé más miedo que buscar una casa para mudarse… ¿O quizás es más aterrador encontrarla?

LA PELÍCULA

El escritor Hermann Hesse decía que «la soledad es independencia», y cuando los protagonistas de Vivarium encuentran un vecindario aparentemente perfecto donde instalarse nunca podrían haber imaginado que su destino estaría marcado por tal afirmación. El capitalismo genera burbujas de aislamiento que modelan y estandarizan un tipo de vida a seguir por los ciudadanos; una especie de ídolo vital al que venerar durante nuestra inherente existencia. Vivarium condensa en sus casi cien minutos de duración la verdad de un modelo de conducta que desatura los colores de una vida que podría haber sido pero que, sin embargo, no es. Escondido bajo una capa satírica y con especial gusto por las metáforas visuales, el relato del filme nos habla de cómo perseguir este patrón ideal puede, literalmente, cavar nuestra propia tumba y acabar con lo que somos de un momento a otro.

Cuando lo monótono guarda en su interior el horror de una humanidad incapaz de construir estructuras sin un prototipo al que adecuarse, la insustancialidad pasa a ser la sustancia de la realidad. De hecho, toda la película equivale a caminar por una maqueta repetitiva y cíclica que vislumbra el drama de un colectivo cuyo futuro está condicionado por algo prefabricado. Y es que Vivarium no se puede entender sin esa sustancia insustancial mencionada, pues es el elemento que da vida (o más bien se la quita) a unos protagonistas atrapados en esta imagen metafórica sobre la condición capitalista de nuestro mundo. Por ello, no es de extrañar que el guion siga los mismos preceptos de esta naturaleza y no dé un giro de 180º en ningún momento. De hacerlo, sería contradecir e incluso traicionar el fundamento sobre el que se basa la película.

Pese a la monotonía de la realidad que retrata, Vivarium siente especial predilección por el cuidado estético. Al fin y al cabo, no hay mejor forma de describir el color y el juego de luces de la película como una simbiosis entre los cuadros regionalistas de Grant Wood y las melancólicas pinturas de de Edward Hopper. Una especie de mezcla pictórica entre lo frío y lo cálido, entre lo aburrido y lo divertido, entre lo original y lo repetitivo. Son pocas las razones por las que nos apetecería formar parte del mundo de Vivarium, pero sin duda lo visual es una de ellas.

Vivarium El PalomitrónELLOS Y ELLAS

El relato de Vivarium se sustenta no en lo temático sino en sus personajes. Imaginar la película con un dúo de protagonistas carentes de química entre ellos sería prácticamente inviable, pero por suerte contamos con un reparto asombroso como lo son Jesse Eisenberg Imogen Poots. Ambas estrellas de la interpretación están fenomenales en el filme, pero es la actriz quien carga sobre su espalda todo el peso de lo que Vivarium es. De hecho, Poots se ha hecho con el premio a la Mejor Actriz en esta edición del Festival de Sitges, y desde la redacción de El Palomitrón queremos mandarle nuestra más sincera enhorabuena por el merecido galardón.

LA SORPRESA

La gracia con la que se satirizan escenas cotidianas de la clase media y el ritmo para nada lento de una trama basada en lo aburrido.

Vivarium El PalomitrónLA SECUENCIA / EL MOMENTO

La primera y única visita por el interior de la casa a manos de un excéntrico vendedor inmobiliario. Imposible no soltar alguna carcajada observando este augurio de lo que está por venir.

TE GUSTARÁ SI…

Disfrutas con aquellas películas que te hacen reflexionar sobre la previsibilidad de una vida dictada por modelos de conducta.

LO MEJOR

  • Las actuaciones de Imogen PootsJesse Eisenberg.
  • Las metáforas visuales sobre la sociedad capitalista occidental.
  • La estética monótona pero cuidada al milímetro.

LO PEOR

  • Un guion que se puede malinterpretar por su predecibilidad.
  • Lo poco que dura su faceta más cómica.

Martí Farrés


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Estudiante de Comunicación Audiovisual. Tengo una ligera obsesión con los musicales y a veces fantaseo con vivir en algunos de mis favoritos. De pequeño me daba pánico Chucky y, sorpresas de la vida, ahora es uno de mis mayores referentes cinematográficos.