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MUJERCITAS

LOS ANTECEDENTES

Todos salimos encantados de ver Lady Bird. Quizás esta declaración sea un tanto arriesgada y subjetiva, no nos engañemos, pero la aparición de Greta Gerwig en el panorama cinematográfico de Hollywood aportó, cuanto menos, un soplo de aire fresco a la industria. La mirada personal de la directora y su forma de dar vida a las historias que le rondan la cabeza han alzado su figura al Olimpo del séptimo arte, si bien este espacio se queda corto para escenificar el gran talento de esta joven promesa del cine. Y es que pronto llega a nuestras salas Mujercitas, la nueva película de Gerwig que, por si no fuera suficiente el hecho de tener al mando a una directora de tal calibre, cuenta con un elenco de infarto formado por rostros muy conocidos dentro del ámbito fílmico. Y es que el filme se posiciona como uno de los favoritos del año e incluso nos atreveríamos a decir de la década, por lo que su crítica no podía faltar en El Palomitrón. ¿Listos para adentraros en el curioso mundo de las hermanas March?

LA PELÍCULA

¿Qué es la adolescencia? ¿Existe alguna fórmula que la defina? Quizás la adolescencia sea solo un concepto intangible, un limbo fuera de nuestros propios límites escondido bajo el sustantivo «etapa». Al final, la palabra adolescencia no deja de ser una forma de intentar entender ciertos momentos que, echando la vista atrás, resultan casi imposibles de volver a vivir. Una forma de capturar, de forma racional, lo que una vez fue. Puede que esta visión sea la más idónea para definir las películas coming-of-age y, particularmente, Mujercitas: un reflejo de las melancólicas vivencias que todo ser humano guarda en su interior. Porque mirar al pasado no sólo es mirar al pasado, sino también observar lo que ya no podrá ser y ser conscientes, desde una posición idealizadora, que el ayer no volverá. 

Construida y sustentada sobre los recuerdos, Mujercitas indaga en las memorias de una época cálida y acogedora que, en perspectiva, era mejor. El guion ya no funciona como línea narrativa, sino como baúl de los recuerdos de una familia que no puede permitirse olvidar los buenos momentos que tanto caracterizaron sus años pasados. Y es que el contraste entre presente y pasado, entre el hoy y el ayer, se encuentra subordinado a un relato sobre sueños, ambiciones, pretenciones, obligaciones y retenciones. Un relato en el que, sin embargo, presente y pasado convergen en un solo tiempo. Porque los March viven por y para recordar, de la misma forma que lo hacemos nosotros aunque nos empeñemos en negarlo. 

Y es que Mujercitas no sólo es una películas sobre memorias personales, sino que en todo momento tiene en cuenta la mirada femenina dentro del contexto de guerra y de posguerra. Alejar a las cuatro hermanas March de las convenciones sociales de la época y situarlas en un espacio embellecido hubiese sido un craso error en cuanto a su mensaje final. La felicidad es individualista, una quimera indescriptible que cada uno debe descifrar a su manera. Y las protagonistas de este filme lo saben, aunque su narrativa no sea condescendiente con su propia moraleja. Mujercitas, en realidad, no se regodea de lo dura e injusta que era la vida de las más jóvenes durante este período. Tiene cierta implicación en la crítica social sobre la que se cimenta, sí, pero la cinta opta por brindarnos una visión cálida y optimista sin caer en clichés ni en tonos demasiado forzados que hubiesen roto completamente sus mayor acierto: el de funcionar como espejo de la vida de unas pequeñas mujeres, tanto en lo bueno como en lo malo. 

Ver Mujercitas, al fin y al cabo, es como escuchar historias al lado de una chimenea encendida. Oír el crepitar de la madera mientras las llamas la devoran. Oler lo que arde mientras los primeros copos de nieve se deshacen en un suelo invernal. Porque Mujercitas es un cuento sobre lo efímero, sobre lo que quema y se consume al mismo tiempo. Un cuento, a fin de cuentas, sobre la vida. Porque vivir es ver cómo las cosas de tu alrededor mueren; un constante espejismo de lo que nunca podrá volver a ser. La idealización del pasado funciona como motor vital ya no solo en la película, sino en nuestra inherente humanidad. Y es que alomejor Mujercitas no sólo es Mujercitas, sino también la historia de cada uno de nosotros.

Mujercitas El PalomitrónELLOS Y ELLAS

El perfecto equilibrio entre sentimientos y razón, entre cordura y un poco de locura, entre lo seguro y lo arriesgado, lo podemos hallar en los personajes de Saoirse Ronan Florence Pugh, quienes se encargan de cargar con todo el peso de la película pese a contar con uno de los elencos más potentes de los últimos años. Y es que considerar Mujercitas y la actuación de ambas actrices como un verdadero tour de force no es nada exagerado teniendo en cuenta el duelo interpretativo que nos brindan Ronan y Pugh, culminando en un dibujo sincero e ingenuo sobre la perspectiva femenina en unos tiempos nada favorables. Sin embargo, y pese a destacar a estos dos papeles cuya nominación a los Oscar se encuentra más que asegurada, es preciso observar cómo Emma WatsonEliza ScanlenLaura DernMeryl StreepTimothée Chalamet ayudan a completar este retrato de época casi pictórico en el que felicidad es sinónimo de familia. 

LA SORPRESA

La predominancia de lo positivo por encima de lo negativo. Teniendo en cuenta la época en la que se sitúa Mujercitas, es de agradecer ver una historia rebosante de positivismo que no se alimente de las penurias de sus protagonistas. 

Mujercitas El PalomitrónLA SECUENCIA / EL MOMENTO

Todo el día de Navidad que viven las March: imposible no sentirte un miembro más de esta peculiar familia en la que lo material no es sinónimo de felicidad. Toda una verdadera lección de humildad en contraposición al espíritu de la festividad actual.

TE GUSTARÁ SI…

Buscas una película cuyo efecto sea el mismo que el de beber un chocolate bien caliente en una fría mañana de invierno. 

LO MEJOR

  • El trabajo de arte: imposible no sumergirte de lleno en los diversos espacios de época que aparecen. 
  • La singularidad de cada una de las actuaciones.
  • Una banda sonora melancólica y cálida al mismo tiempo.
  • El tono desenfadado y optimista a la hora de retratar la mirada femenina en el contexto de la Guerra Civil estadounidense.

LO PEOR

  • Su duración. ¡Queremos ver más de las hermanas March!

Martí Farrés


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Estudiante de Comunicación Audiovisual. Tengo una ligera obsesión con los musicales y a veces fantaseo con vivir en algunos de mis favoritos. De pequeño me daba pánico Chucky y, sorpresas de la vida, ahora es uno de mis mayores referentes cinematográficos.