Es cierto que la semana pasada no tuvimos el mejor episodio de la temporada, y a pesar de la que la primera historia nos dejó un poco desganados o más bien indiferentes al tratarse además de una leyenda callejera japonesa, su segunda historia, La chica babosa, sí que llegó a infundirnos en un terror bastante visual que incluso que llegaba a nuestras tripas haciéndonos sentir en cada minuto angustiados por la situación de la protagonista. Esta semana Junji Ito nos espera con dos nuevas historias realmente diferentes a las de la semana anterior y que han acertado totalmente para continuar con un anime que una semana puede no complacerte del todo pero a la siguiente te sumerge de nuevo en el universo Ito. Adéntrate con nosotros en El frío y La casa de los títeres.

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El frío

De nuevo esta semana Junji Ito nos introduce de lleno en una historia que si la ves desayunando, comiendo o incluso cenando puede que tus tripas empiecen a bailar en un festival protagonizado por el hastío. No es broma, en la primera parte del episodio nos relatan el testimonio de las personas que pasan por la «piedra de jade», una piedra que sin ir muy lejos te convierte poco a poco en un gran enjambre humano. Un enjambre donde tu propio cuerpo se llena de miles y miles de agujeros formando interiormente un «hormiguero» a gran escala de multitud de insectos.

El protagonista de la historia relata el caso de tres personas cercanas a él que sufren dicha maldición: su abuelo, su vecina y al final, su amigo. Al final acaba descubriendo que aquel que toca la «piedra de jade» acaba convirtiéndose en ese extraño ser plagado de agujeros y que además es acechado por un hombre que se hace pasar por médico pero que realmente se puede interpretar como la «abeja reina» de ese insólito ente. Una abeja cuyas intenciones desconocemos y que al final de la historia desaparece por completo, ya que ese objeto misterioso acaba desapareciendo con él, matando a su amigo y dejando a su vecina como si no hubiera pasado nada. Podría haber sido todo un sueño de nuestro protagonista pero no, era todo realidad, una realidad protagonizada por «hombres enjambre» en los que no sólo cohabitaban con insectos sino que el dolor y la muerte les acompañaban allá donde fueran. Una historia que —personalmente— me ha llamado bastante la atención y me ha hecho sentir a través de la pantalla, y no cosas buenas.

La casa de los títeres

Si la primera historia os ha gustado esperad a la segunda, que todavía va más allá. En esta ocasión el maestro Ito deja de lado la aversión visual para dejar paso al terror psicológico y real, un terror infundado por uno de los personajes de mayor pavor de todos los tiempos: las marionetas. Todos conocemos a estos «seres» que pueden ir fácilmente de un extremo a otro, haciéndote reír o haciéndote sufrir con tan sólo un simple cambio de movimiento en sus cuerdas. Es un objeto tabú al que mucha gente siente respeto y en este relato Junji Ito juega con ese matiz y nos adentra en una historia que realmente te da mucho que pensar.

En esta ocasión no quiero contar minuto a minuto qué es lo que ocurre, prefiero que disfrutéis vosotros mismos de esta tétrica pero a la vez maravillosa historia. Una de las que más me han gustado, al igual que Sueño profundo o La chica babosa, es su profundidad psicológica y su trasfondo humano. No sólo nos cuenta la vida de una familia cuyos protagonistas principales pasan a ser las marionetas, sino que juega con nuestra mente hasta el punto de llegar a pensar si realmente somos nosotros los que manejamos nuestra vida o realmente hay algo más allá que nos controla mediante hilos transparentes, unos hilos condicionados por el tipo de sociedad al que estamos arraigados y nos hilos muy difíciles o imposibles de cortar. ¿Crees que estás sujeto a los filamentos del universo o realmente vives por ti mismo? Junji Ito nos da mucho que pensar y realmente este es el terror que le caracteriza, un terror en el que la sangre no es la protagonista, sino tu mente y hasta dónde puedes llegar.

Marisol Navarro