Parece que las temidas muñecas que cerraron el episodio de la semana pasada ya no van atormentar más nuestras mentes. Esa historia ya acabó el capítulo anterior y seguramente sea la historia más corta de Junji Ito jamás contada. Esta semana volvemos contar con dos historias, esta vez de tiempo similar y que llevan al espectador a otro plano, y nunca mejor dicho. Adéntrate con nosotros en Fashion Model y Sueño largo, dos relatos que a pesar de no dar tanto miedo gráficamente hablando, dan bastante pavor mental, sobre todo por el trasfondo que tienen cada uno de ellos y relación con la muerte.

¡Sigue con nosotros Junji Ito Collection a través de este enlace!

Fashion Model

La primera historia que nos cuenta el maestro Junji Ito, y que guarda bastante relación con el manga, es Fashion Model. No sólo nos mete de lleno en el papel de una auténtica caníbal, sino que da un paso más allá del terror vivido la semana pasada junto a Soichi. Deja el humor oscuro de lado y nos introduce en el día a día de un chico que por casualidad llega a dar con una modelo un tanto peculiar, fúnebre y tétrica en todos los aspectos, y que -sinceramente- parece estar muerta en vida. Junto a unos amigos comienzan un casting para coger a dos o tres modelos para rodar un corto, y como no podía ser de otra manera, esa modelo que un día vio por equivocación en una revista y que le había robado más de un sueño, acaba siendo una de las protagonistas de una historia que, inicialmente, no iba a ser de terror.

Digo inicialmente porque conforme van pasando las horas nuestro protagonista se siente más y más agobiado. Los ojos de aquella extraña mujer no eran para nada de este mundo y un mal presentimiento recorría todo su cuerpo. Una vez llegan al lugar donde iban a grabar -un bosque bastante alejado de la civilización, típico cliché de película de terror- no ocurre todo lo que tenían pensado. Ante la tentativa de dejar a esa «modelo» abandonada en el bosque, ésta les sorprende haciendo alguna de sus travesuras y degollando a la que iba a ser la protagonista del corto. Corriendo atemorizados por el bosque se dan cuenta de que los dientes que previamente habían visto en el coche no eran del todo normales, y que realmente, junto a ellos, había una auténtica caníbal con ganas de mucha, pero que mucha, sangre. 

Sueño largo

Por si nos habíamos quedado con ganas de más, el episodio de hoy nos deja con una segunda historia que en este caso no lo protagoniza el canibalismo pero sí el temor por la muerte. Mukoda Tetsurou teme a lo que le espera en sus sueños. Experiencias extenuantes que han llegado a durar hasta meses en una sola noche; asegura al Doctor Kuroda, quien inicialmente escéptico termina por obsesionarse con el caso al contemplar el empeoramiento de su paciente cuyos sueños se hacen más longevos cada día, de días a meses, de meses a años e incluso décadas, creándose así un oscuro interrogante: ¿se puede soñar de manera infinita en una noche?

Con un eterno sueño por delante y una oscura decadencia corporal Junji Ito nos sorprende una vez con otra historia que lejos de infundirnos un terror meramente visual nos deja bastante perplejos ante la idea de poder soñar eternamente. ¿Una salvación o una condena eterna? Habrá opiniones de todos los colores, pero lo que está claro es que a nuestro protagonista no le deja en muy buen estado que digamos, llegando incluso a desintegrarse cual motas de polvo en la más eterna nada. Lo mismo le ocurre a la que supuestamente es su mujer, pues poco a poco revive la «maldición» que había sufrido su marido; aunque en esta ocasión provocada por el propio doctor Kuroda. A pesar de ser una total falta de ética y profesionalidad por parte de éste, el doctor le quiere dar un regalo que pocas personas pueden darte: una vida eterna para su espíritu. Nos deja ante un diálogo moral bastante cautivador y sombrío al mismo tiempo. ¿Realmente queremos vivir para siempre aunque sea a través de nuestro espíritu?

Marisol Navarro