ANTECEDENTES
La sociedad ha sido siempre la materia prima de los documentales de Juan Antonio Moreno. Bienvenidos a España es un nuevo diario de seguimiento de las vivencias y los problemas de los desafortunados de nuestra sociedad. Para esta ocasión, el director mira en un centro de acogida de refugiados sevillano. No es el primero, tampoco en el cine español. Pero él, desde ahí, comparte su visión.
LA PELÍCULA
¿Qué ocurre con los refugiados después de que salgan en las noticias? Parte de la respuesta está en la hora y media de Bienvenidos a España. Aquí se han congregado personas tan diferentes como lo puedan ser Yemen de El Salvador. Sin embargo, todos bajo la condición de haber huído de sus ciudades a causa de la violencia.
Como es de esperar, los problemas no desaparecen en suelo español y las preocupaciones de la guerra, la inseguridad o el hambre son sustituidos por la burocracia, el desempleo y la integración. El narrador, el propio Juan Antonio Moreno, cuela su voz para explicar la realidad de los refugiados y dar su punto de vista.
La obra camina entre una feel good movie y el cinema verité de mediados del siglo pasado. La composición contiene altibajos a nivel de argumento. La materia prima, la trama, es apasionante por sí sola, pero el narrador se inmiscuye en las conclusiones del espectador demasiado a menudo. También, eso sí, sin querer escarbar mucho en la incomodidad que provoca el roce entre culturas ni en la incorrección política. A nivel técnico es una película discreta pero resultona. La cámara asume su papel de observador en tercera persona y la música y los planos llamativos entran solo cuando tiene razón de ser.
Bienvenidos a España no es una obra maestra y tampoco es mal documental. Ha tratado de ser un cuento sobre los que buscan asilo en nuestro país y ha logrado ser un bosquejo colorido, complicado y curioso de todo lo que ocurre a estas personas.
ELLOS Y ELLAS
La clave del film y su mejor recurso son sus protagonistas, y su especial intensidad. Incluso en su dificultad para expresar sus emociones en una lengua ajena, transmiten la profundidad de sus conflictos.
LA SORPRESA
El final, con la aparición de la sombra del coronavirus.
LA SECUENCIA
Tanto el partido del Betis como el momento en que la familia de refugiados libios habla sobre la cultura de los jóvenes españoles. Ambos son momentos incómodos para el público en los que el director debía haber hurgado para salir de los clichés del cine social.
TE GUSTARÁ SÍ…
Si valoras el cine social, o quieres conocer las vidas cotidianas de los refugiados. Es un documental entretenido y cuenta cosas desconocidas para la mayoría, así que en general no va a decepcionar a nadie.
LO MEJOR
- Lo mejor son los momentos de naturalidad y de roces curiosos entre las culturas extranjeras y la española, que son las que mejor transmiten el espíritu de cooperación pese a la extrañeza entre una cultura y otra.
LO PEOR
- La intromisión del narrador a la hora de dejar sacar a cada uno sus propias conclusiones.
Isidro Ruiz
