BIBLIOTECA: TINIEBLAS. EL FRANQUISMO EN EL CINE ESPAÑOL (1975-2000)
¿Cómo hemos construido nuestra imagen sobre la dictadura franquista?
Con esta pregunta abierta que reza en la solapa del libro que nos ocupa se abre la puerta al maremágnum de películas de la dictadura franquista que fueron producidas desde la muerte del dictador hasta el año 2000 en un impresionante catálogo comentado que nos ocupa veinticinco años de historia cinematográfica española; y es que el impresionante trabajo de la autora de este libro, Carmina Gustrán Loscos, permite diseccionar con precisión de bisturí una parte importantísima de nuestra historia reciente que se refleja en nuestro patrimonio audiovisual de muy distintas formas.
Tinieblas. El franquismo en el cine español (1975-2000) (Marcial Pons Historia, 2022) es un libro que necesitaba ser escrito para convertirse, tras su lectura, en una referencia esencial que permite no sólo asomarnos a un abismo que abre nuevos senderos por los cuales entender mejor nuestro cine patrio, sino que también disecciona un imaginario cultural sobre el cine acerca del franquismo que necesitaba ser entendido y explicado.
Con el visionado de 163 películas acontecidas en esta época que va de la muerte del dictador al fin del milenio, la autora bien pronto nos pone en advertencia con una frase que se convierte en parteaguas del diálogo escrito con el lector que se inicia en el libro, y es que no es lo mismo una película sobre la dictadura franquista que una película ubicada en la dictadura franquista. Esta advertencia bien nos sirve de guía para dos momentos cinematográficos esenciales como son el proceso de la Transición política española abierto tras la muerte del dictador y la transformación cultural y, por ende, cinematográfica, abierta tras el triunfo del PSOE en 1982 hasta la llegada del primer gobierno Aznar que sigue la estela candente de esta producción cultural del período socialista.
Tal como se explica en el libro, si bien la muerte del dictador rompe todos los esquemas de la censura y se redibujan las fronteras artísticas a límites nunca antes vistos, el recuerdo del dictador y la espada de Damocles que pende sobre el país constantemente hasta que el 23F tiene lugar revierte gran parte del atrevimiento de unos directores que, cargados de ideas afiladas, tuvieron que retener ese potencial para poder ser estrenados en cines. Si bien la censura no tenía la fuerza que cumplía en tiempos del dictador, tampoco es baladí pensar que la resaca dictatorial que quedó tras su muerte coartó unas ideas que pretendían bastante más revolucionarias y que se contuvieron.
Con la llegada del PSOE al poder, el gran proyecto del partido no fue convertir al país en una república socialista de trabajadores, sino traer la modernidad a un país cuartelario que olía a naftalina y a fascismo incluso años después del entierro del dictador, por lo que el cine fue un campo de batalla más para uniformizar una cultura de la modernidad que tendría su apogeo en 1992 con la Expo de Sevilla, el Quinto Centenario, los Juegos Olímpicos de Barcelona y el reconocimiento de Madrid como capital europea de la cultura. Carmina Gustrán Loscos desgrana con precisión un período que tuvo que ser de expansión cultural, pero que restó al cine su papel como arma histórica para despolitizarlo y convertirlo en un producto de consumo más. Los debates sobre los vencidos y vencedores y las cunetas no eran tema de conversación agradable en el país del PSOE, por lo que el rodillo que se impuso en el campo audiovisual tras la Ley Miró pretendía atar corto al sector del cine para someterlo a los deseos del poder. Así pues, los productos surgidos durante este período difuminaron la dictadura hasta hacerla un telón de fondo de una historia ubicada en la dictadura, pero que poco se debía a esta. En los últimos años, además, se acuña el término Franquismo Pop para denominar un sector del cine español que encauzó sus ideas en un ambiente dictatorial que conjugaba las ejecuciones de opositores al régimen con el triunfo de Masiel en Eurovisión y la llegada de los Beatles a España.
¿Qué ofrece Tinieblas. El franquismo en el cine español (1975-2000)? Una vez acabada su lectura, el libro de Gustrán Loscos nos obliga a reflexionar sobre cómo hemos visionado el cine sobre el franquismo surgido a raíz de la muerte de Franco, pero también subraya con visión crítica un período de nuestra historia audiovisual que nunca antes ha sido entendido. Películas como Cría cuervos (Carlos Saura, 1976), Asignatura pendiente (José Luis Garci, 1977), La escopeta nacional (Luis García Berlanga, 1977) o La colmena (Mario Camus, 1982), entre muchos otros títulos más o menos conocidos, componen un impresionante espejo donde observar nuestro cine y, por ende, observarnos también a nosotros mismos como sociedad y como productores de una cultura que, a la postre, abre un debate sobre si realmente el cine y la cultura son realmente sinónimo de creatividad y libertad tal como nosotros pensamos o son sólo creación de imaginarios impuestos por el poder. La autora ha escrito un libro inmenso y en esa inmensidad es donde reside su potencial lectura.
Javier Alpáñez