CRÍTICA: COMUNEROS

Alberto Tovar 21 junio, 2022

ANTECEDENTES

Reescribir la historia no es tarea fácil y más entendiéndola desde el sentido de la identidad colectiva, así perfila Pablo García Sanz su nueva propuesta cinematográfica tras su ópera prima (¡Folk! Una mirada a la música tradicional). En Comuneros se juega a dibujar quienes fueron estas personas, y que papel tuvo “La Guerra de las Comunidades» para la Corona de Castilla en el 1521, y en general para la historia de España. Es un film que nos habla de un legado que a día de hoy resuena con fuerza entre los gritos de los que piden derrocar a los poderosos, en su afán caprichoso y absolutista. La película tuvo su estreno limitado en cines el pasado viernes 17 de junio.

LA PELÍCULA

En el quinto centenario de uno de los acontecimientos claves de la historia moderna de España, Pablo García Sanz asume la difícil tarea de perfilar, describir y desentrañar lo que supuso “La Guerra de las Comunidades” y el concepto de los comuneros. Para ello, forma un puzle que, con carácter circular, comienza a seguir la cronología de unos acontecimientos que pudieron cambiar el rumbo de la historia. Eventos de rabiosa actualidad en esa lucha contra el poder ilegítimo y corrupto. Miradas que confluyen en las palabras de diversos estudiosos, académicos de toda la comunidad de Castilla y León y fuera de ella, así como en el lirismo de la poesía de El Naán, en ese viaje de imágenes sensibles y animaciones firmes y didácticas. Todo este conglomerado define las líneas base de este viaje por la historia de nuestro país.

Así, de una manera metódica y ordenada comienza el desglose cronológico de lo que fue esta historia que, jugando a descifrar la barrera que separa la historia del mito, empieza a poner nombres y apellidos a esta revolución rabiosamente moderna. Sus principales artífices, los movimientos estratégicos, los acontecimientos más relevantes…todo ello, para cristalizar en la derrota de Villalar, el paradójico camino optimista hacia la reflexión de los siglos posteriores. Un evento de importante repercusión en el entendimiento de la relación entre el poder y el pueblo, de líneas tan avanzadas a su tiempo que poco o nada tienen que envidiar a la siempre bien construida, en el relato, Revolución Francesa. Con absoluto rigor y firme desarrollo comienzan a señalarse los valores de este proceso histórico.

No obstante, y aunque los dibujos poéticos van pausando el relato, la rigidez del film, excesivamente acartonado por momentos, y poco advenido en innovaciones, o viajes de personal mirada, lastran la conjunción de una propuesta, interesante, didáctica, pero de escasas aportaciones cinematográficas. Siempre es interesante conocer nuestro pasado, darle forma en el presente y comprender un futuro no muy lejano. El academicismo y las escuelas lo ilustran con sabiduría, pero al cine como comunicador, como arte, como expresión hay que pedirle más. Mirada, ingenio, destreza, muestras que planean de manera eventual sobre este ejercicio, pero que no se convierten en la línea dominante de una película más interesante por sus contenidos históricos, que por el valor de trascender la barrera del Séptimo Arte.

ELLAS Y ELLOS

Es muy interesante acudir al testimonio de tantas personas/estudiosos rigurosos en su expresión histórica, diferenciada en parte entre los diversos relatos que conforman este ejercicio.

LA SORPRESA

La mayor sorpresa de la cinta reside en que desempolvando los libros se perfila la idea de que todo lo que creemos rompedor y contemporáneo, encuentra un precedente en la historia, muchos siglos atrás, como “La Guerra de las Comunidades”, la primera gran revolución contra el poder de la historia moderna de España.

LA SECUENCIA/EL MOMENTO

Sin duda, el mayor vuelo cinematográfico de la película reside en ese conglomerado de imágenes deliciosas, a veces animaciones, en paralelo a la aportación poética y musical de El Naán.