LOS ANTECEDENTES
Las películas sobre asesinos en serie siempre han sido uno de los subgéneros favoritos de los americanos desde M, el vampiro de Düsseldorf y el El doctor X en los años 30, pasando por el slasher ochentero (Viernes 13) y hasta los psicópatas sofisticados de los 90 (Seven, El silencio de los corderos, American Psycho). Recientemente, hemos percibido una tendencia entre autores europeos de querer hacer una deconstrucción del género desde su punto de vista particular. Hace poco se estrenó La casa de Jack y en esta Berlinale de 2019 el siempre amante de la polémica Fatih Akin (En la sombra) presenta Der goldene Handschuh.
LA PELÍCULA
Fatih Akin creció amando el cine de terror. Pero en Alemania hacer cine de género es muy difícil ya que allí se ve con altivez. Tampoco quería convertirse en un triste imitador del modelo narrativo hollywoodiense. El director quería ir un paso más allá. No quería asustar a la audiencia con un par de trucos sino crear una atmósfera tan perturbadora que te repulsa. Su principal referente era Michael Haneke y no Jason Blum. Y lo consigue.
Es esencial señalar el brillante trabajo de diseño de producción que (junto a un uso muy naturalista de la luz) te sumerge en este desesperanzador Hamburgo de los años 70 lleno de personas que ven pasar las horas con una botella delante.
Algunos de los hechos narrados en la película transcurrieron de verdad. No obstante, Der goldene Handschuh está basada en la novela homónima de Heinz Strunk. A Akin le atrajo la manera como el escritor consigue dotar de humanidad un personaje que comete actos tan atroces. Para Akin esto suponía un reto (lo que le encanta) ya que no estaba seguro si podría andar por esta fina línea de darle dignidad pero a la vez no glorificarlo. En nuestra opinión, el director puede estar satisfecho, ha logrado su objetivo. Sin embargo, no tanto por mérito propio (que también, hay planos muy reveladores) sino por la intervención de un monstruo de la actuación: Jonas Dassler.
ELLOS Y ELLAS
Jonas Dassler (el estudiante chivato de La revolución silenciosa) se no revela en este filme como uno de los actores más prometedores del panorama cinematográfico internacional actual (la de guiones que debe estar recibiendo estos días). Él es la película. Su esforzada metamorfosis, tan a nivel externo (con máscara y acento incluidos) como interno, son dignas de una gran ovación. Una decisión que salta a la vista es que el actor es bastante más joven que el personaje. Esto está hecho a propósito para que veas al protagonista como más vulnerable e inmaduro.
Mas los aciertos de casting no se aturan aquí. La idea de escoger intérpretes que no encajan en los cánones que dicta el cine comercial sobre quien merece espacio en la pantalla y quien no da a la película un aire de autenticidad y de cotidianidad que contrasta bellamente con el retorcido universo del protagonista. Algunos nombres que merecen ser mencionados son: Marc Hosemann, Adam Bousdoukos, Katja Studt, y, en especial, Margarete Tiesel.
LA SORPRESA
La principal sorpresa es que una película así pueda existir en este mundo.
LA SECUENCIA / EL MOMENTO
Como ya es costumbre en nuestras críticas berlinesas nos abstenemos de seleccionar escenas concretas para conservar la pureza de vuestra experiencia cinematográfica. Dicho esto, hay varias secuencias realmente memorables.
TE GUSTARÁ SI…
Te atrae el cine que te deja mal cuerpo, quieres presenciar una de las interpretaciones del año (y lo afirmamos con total seguridad en febrero), si sigues fielmente la carrera de Akin (es un paso adelante muy coherente para él) o si quieres disfrutar de un filme de terror no prefabricado.
Normalmente no lo hacemos pero en esta ocasión os hacemos llegar una advertencia. La cinta contiene imágenes muy desagradables y angustiosas. Os recomendamos informaros un poco del contenido del filme antes de comprar la entrada para no tener una innecesaria experiencia dolorosa en la sala.
LO MEJOR
- Jonas Dassler y su espectacular actuación
- Un elenco secundario brillante liderado con habilidad por Margarete Tiesel
- La atmósfera de pesadilla que crea Fatih Akin
- El cuidado y táctil diseño de producción
LO PEOR
- No llega en el momento cultural más apropiado
- Algunas de sus «provocaciones» no son tan transgresoras como se cree
- En ciertos tramos de la cinta puedes llegar a preguntarte: ¿Por qué se hizo esto?
Pau Jané
