66SSIFF: BAÚLES
LOS ANTECEDENTES
Desde que diera comienzo a su trayectoria con la realización de cortometrajes en Super 8mm, el director de Errentería Juanmi Gutiérrez Márquez añade casi cada año, con una puntualidad que roza lo woodyallenesco, un nuevo documental a su filmografía. Son obras que no gozan de un largo recorrido comercial pero que encuentran en los festivales, en especial en el Festival de Cine Internacional de San Sebastián, su acomodo y su público. Son exactamente el tipo de película que el amante de un cine alejado de los grandes nombres y los prohibitivos presupuestos anhela ver. Un cine en los márgenes, donde prima la humanidad. Gutiérrez ha sido presidente de la Sección de Cine de Eusko Ikaskuntza y es responsable de numerosos trabajos sobre el cine vasco. Sus documentales, de temática variada pero siempre impregnados de honestidad y corazón, incluyen Tabula rasa (2004), Bozes lexanas (2005), Isiltasun kalea (2006), Motema na ngai (2008), Zuzendu, mesedez! (2008), La plaza de la música (2010), Mur-mur (2012), Ateak zabalduz (2014), Urak dakarrena (2015) y Oihalak adarretan (2016). En una época en la que el cine vasco gana en popularidad y presencia, sería conveniente revisar y dar un nuevo impulso a la filmografía de Juanmi Gutiérrez Márquez, que en Baúles vuelve a demostrar talento y amor al cine.
LA PELÍCULA
La sinopsis oficial de Baúles es la siguiente: Año 1931. En Lois, pueblo español de la montaña de León, Julián López embala sus pertenencias en un enorme baúl y, sin conocimiento de su esposa Candelas, embarca rumbo a México. Año 1970. Candelas hace tres años que ha fallecido. Sorpresivamente llega a Lois una carta de México anunciando la muerte de Julián. En un rincón de la casa familiar de Riaño encuentran un viejo baúl similar al que Julián había llevado a México.
Desde la primera imagen extraída de YouTube del dinamitado de la iglesia de Riaño, el pueblo de la historia imposible, hasta los rincones más anodinos de Guadalajara (México), nos van llevando de uno al otro lado del Atlántico por la vida y misterios del personaje protagonista, Julián López. Sin duda un seductor, quizás algo pícaro, de físico imponente y, según sus familiares, muy querido por todo aquel que le conoció.
La cámara de Juanmi Gutiérrez Márquez logra desprenderse de la habitual rigidez del género documental para, con una magistral soltura y aparente sencillez, ir narrando en pantalla esta historia de bigamia transcontinental a través de antiguas correspondencias y de los propios recuerdos de los protagonistas, todos parientes entre ellos. Baúles es una historia incompleta, ya sea por falta de datos o, quizás, también por un voluntario ocultamiento de estos por parte de sus protagonistas. De este modo, la historia se presta a un inteligente juego con el espectador, que goza de la oportunidad de redondear el relato a su imaginación.
ELLOS Y ELLAS
Los protagonistas, todos parientes entre ellos, hablan a la cámara como quien habla a un amigo de confianza, generando una complicidad con el espectador que lo mantiene siempre atento. Especialmente memorable resulta la intervención de Maruja, la pariente de mayor edad, que con una naturalidad absolutamente profesional cautiva con su acento y léxico mexicano.
LA SORPRESA
Sorprende la historia que cuenta Baúles, fascinante en el modo en que se despliega en pantalla, y sorprende que su estructura narrativa compleja pueda representarse de un modo aparentemente sencillo y accesible. La fotografía del propio Juanmi Gutiérrez es, por momentos, arrebatadora, construyendo contrastes entre la calidez de los ambientes mexicanos y los planos nevados con los que baña la historia.
LA SECUENCIA/EL MOMENTO
Maruja, emulando a Marta Sánchez, nos deleita con una interpretación del himno nacional español con letra «inventada por alguna monjita o fraile», rimando vencer con Lucifer… Un momento imprescindible.
TE GUSTARÁ SI…
…crees que hay vida en la industria cinematográfica vasca más allá de las dos o tres películas que transcienden anualmente (casos como Handia) y si te apasionan las historias familiares de amores cruzados y mentiras soterradas.
LO MEJOR
- La compleja sencillez de la obra.
- La exquisita fotografía.
- La intervención de Maruja, un descubrimiento.
LO PEOR
- Que su modestia sea confundida con irrelevancia.
Alex Merino