ESPECIAL BATES MOTEL: ANTICIPANDO LOS PASOS DE PSICOSIS
El cine de terror no goza de buena salud en los últimos tiempos. No faltan títulos que llegan de forma intermitente a nuestras pantallas y, sin embargo, carecen de calidad e inventiva suficientes para sorprendernos (que nos perdonen Martyrs, Babadook y los Warren, no va por vosotros). Por lo general, todo lo que vemos en las pelis de miedo actuales está ya muy trillado. Sin embargo (y por fortuna), la aparición de otro tipo de ficciones basadas en cintas pioneras del género refrescan el espíritu de clásicos que no solo han sentado unas cuantas bases del cine de suspense, sino que además han marcado la historia del séptimo arte para siempre. Hoy hablamos de Bates Motel como precuela y sucesora de Psicosis, de Alfred Hitchcock, una película que sorprendió en su época y logró revolucionar la forma de concebir el cine que se tenía hasta la fecha. Novedades tales como matar a la protagonista a mitad de metraje o pedir expresamente que no se dejase entrar a nadie en la sala una vez la proyección hubiera comenzado afianzan a Hitchcock como el maestro del suspense y lo convierten en digno protagonista de este especial que no es una revisión de Bates Motel, sino una recopilación de curiosidades, paralelismos y homenajes que hace la serie a la obra primigenia.
La casa en la colina
La lóbrega y solitaria mansión victoriana coronando la colina se ha convertido tanto en símbolo como en enclave inspirador de innumerables películas de terror. Uno de los factores imprescindibles para la producción de Bates Motel fue recuperar los planos del set original de Psicosis y reconstruir una réplica exacta en la nueva localización de rodaje (Canadá). Es importante destacar que, pese a transcurrir la serie en la actualidad, se han respetado los decorados interiores originales, consiguiendo dar junto al vestuario retro de los personajes principales, el aspecto de que estén anclados en los años sesenta, como la cinta que los inspira.
Por otro lado, el motel sigue siendo un sencillo edificio de una sola altura en forma de “L” con doce habitaciones más la recepción. La única diferencia es que en Psicosis había un pequeño escalón para acceder a las habitaciones, que en la serie se ha suprimido. También se ha cambiado la localización: mientras que en la película el motel y la casa se encuentran en Fairvale (California), en Bates Motel la acción transcurre en White Pine Bay (Oregón). Ambas son localizaciones ficticias.
Además, como dato curioso, Psicosis fue la primera película norteamericana en la que se mostró un inodoro en pantalla. La escena en la que Marion Crane (Janet Leigh) se deshace de unos papeles tirándolos por el retrete tuvo lo suyo con la censura, y en Bates Motel han querido preservar el guiño haciendo alusión en más de un diálogo a que no les funciona la cadena.
Norman y la taxidermia
Una de las rarezas de Norman Bates es su dedicación a la taxidermia como hobby. La recepción del motel en concreto está llena de aves que él mismo ha disecado. Además de sugerir una pista velada del siguiente largometraje de Hitchcock (Los pájaros, 1963), es bastante significativo que Norman manifieste en el filme su disgusto ante la disección de otro tipo de animales. En concreto, comenta que no entiende cómo hay gente que puede disecar perros. Este detalle resulta curioso cuando vemos que en Bates Motel, tras morir Juno (mascota canina de Norman), la lleva a la tienda de antigüedades del padre de su amiga Emma, Will Decody (interpretado por Ian Hart, aunque en posteriores apariciones fue sustituido por Andrew Howard), para que este, que es taxidermista, la conserve. La serie, por tanto, ha querido dar origen al interés de Norman por este peculiar pasatiempo. En posteriores capítulos podemos verlo rellenando pájaros en el sótano de la casa.
Mother
Norma y Norman son el corazón y motor que hace funcionar el engranaje de Psicosis y, sobre todo, de Bates Motel. Madre e hijo forman un equipo de dos, un núcleo familiar indisoluble (literal y figuradamente), y su protagonismo en la ficción televisiva está tan repartido como disociada está la personalidad del joven Bates. Como precuela, la serie nos abre la puerta a explorar la semilla que ha ido germinando en Norman hasta convertirlo en el depredador que es. Gran parte de este trauma deriva de Norma como figura omnipresente y dominante en la vida de su hijo. La serie ha dibujado como trasfondo complementario a la obra original una relación que juega en todo momento con los límites maternofiliales. Tanto la idolatría que profesa el protagonista hacia su madre (llegando incluso a fantasear con ella) como la sobreprotección de esta hacia él son de lo más perturbadoras. Es una especie de complejo de Edipo extensible a Norma, que si bien es la que primero frena actitudes que sabe moralmente reprochables, incentiva (de forma ya sea consciente o inconsciente) la confusión de su hijo. La mujer se pone especialmente arisca cada vez que Norman sale o se fija en alguna chica. En esos momentos se deja ver a la Norma más oscura, esa que transmite la misma sensación de opresión que experimentaba el siempre sumiso Norman en Psicosis. La quinta temporada de Bates Motel está resultando bastante interesante porque, al aparecer Norma (enorme Vera Farmiga en todas las facetas del personaje) como proyección mental de Norman, se acerca mucho más a esa agresividad, maldad y descontrol característicos de la original. Ella simboliza las garras de las que Norman no puede escapar. La detesta por hacer de él un títere, pero al mismo tiempo jamás se alejaría de su lado.
La locura de Norman
Norman Bates sentó en 1960 el precedente de toda una serie de películas inspiradas en psicópatas y asesinos en serie. Este personaje (que se inspira a su vez en el caso real de Ed Gein) posee a simple vista un carácter amable, tímido y algo raro pero encantador. Freddie Highmore (¡cuánto ha crecido desde que consiguió el billete dorado en Charlie y la fábrica de chocolate!), que interpreta la versión adolescente de Norman en Bates Motel, no pretendía hacer una imitación del inolvidable Anthony Perkins, y aun así logra ser el perfecto sucesor. Fue la propia Vera Farmiga quien lo propuso para el papel, y no podría haber tenido mejor ojo. La tercera y cuarta temporada de la serie representan el clímax en el trastorno de Norman (a estas alturas ya comienza a echar mano del ropero de su madre a menudo), el cual desde los blackouts de la primera temporada va in crescendo hasta darnos sus minutos más impactantes y sublimes. Destacamos el capítulo 2×10, donde después de someterlo a un detector de mentiras, Highmore recrea a la perfección la inquietante sonrisa que nos heló la sangre en la última escena de Psicosis. Si no os lo creéis, juzgad por vosotros mismos.
La mecedora
Cuando en la película de Hitchcock Lila Crane (Vera Miles) descubre el cuerpo de la fallecida Norma en el sótano de la casa, esta se encuentra sentada en una mecedora que aparece indirectamente en unos cuantos planos de Bates Motel. De hecho, el famoso mueble de madera tiene un especial protagonismo en los tétricos pósteres e imágenes promocionales de la quinta (y última) temporada.
Pero este no es el único objeto rescatado de Psicosis: en el primer capítulo de la serie Norman escucha en su iPod Eroica, de Beethoven. Esta misma sinfonía aparece en el vinilo del tocadiscos de su habitación en la película.
Por último también hay una matrícula de coche reutilizada. En Psicosis la matrícula NFB 418 pertenece al coche de Marion. En Bates Motel su propietaria es un personaje distinto, pero acaba siendo igualmente víctima de Norman y el vehículo hundido en un lago.
Marion Crane
En ambas versiones Marion (Rihanna toma el relevo a Janet Leigh en el afán de los creadores de Bates Motel por darle una vuelta de tuerca al personaje, empezando por su apariencia) es una secretaria insatisfecha con su vida que decide un buen día desaparecer con un sobre lleno de dinero que le han dado en la oficina y que debía gestionar. La mujer mantiene una relación secreta con Sam Loomis, hombre divorciado en Psicosis y casado en Bates Motel (este cambio trae cola en el arco argumental de la serie; además, no es la primera vez que la pareja visita el motel).
Dinero “en mano”, Marion conduce hasta el Bates en una desapacible noche (la música escogida en Bates Motel para esta escena es todo un homenaje destinado a crear el ambiente de tensión que creó en su día su predecesora) y espera bajo la lluvia hasta que Norman baja de la casa disculpándose por no haberla oído llegar. Le da la habitación número uno (la más cercana a la recepción) y ella firma en el registro del motel como Marie Samuels. Después el anfitrión le prepara un sándwich para cenar y hablan sobre sus pájaros disecados. Norma lo presencia todo desde la ventana del mismo modo que Norman espía a su nueva huésped mientras se cambia a través de un pequeño orificio en la pared (que no es la primera vez que aparece en la serie). Hasta el más mínimo detalle está cuidado y calcado. Entonces, por fin Marion decide darse una ducha y todos nos ponemos a temblar, preparados para lo que va a pasar. Pecamos de incautos y de simples. Nunca se debe subestimar una serie como Bates Motel, que con este capítulo tan crucial ha demostrado que lo que pretende es homenajear, no copiar. Así que tenemos escena de la ducha y planos de la víctima exactos a los de Psicosis, solo que… no todo sucede como pensábamos.
Después de ver el giro que ha terminado dando el solapamiento serie/película, solo tenemos ganas de que llegue la semana que viene. Y la siguiente. Y también la próxima para ver cómo cierran esta serie basada en una de esas joyas cinematográficas que hay que ver al menos una vez en la vida.
Aitziber Polo