LOS ANTECEDENTES
Christian Frei (Fotógrafo de guerra) es un cineasta al que le gusta planificar el rumbo que tomarán sus documentales en lugar de dejar la filmación al azar y la improvisación de lo que se vaya encontrando. No sabía cuál sería su próximo trabajo hasta que dio con un libro de George Church y contempló las fotografías del cadáver de un mamut capturado en las islas de Nueva Siberia. En este emplazamiento, los Yakut se dedican a desenterrar colmillos de mamut y Frei comprendió que cuanto más buscasen, más posibilidades había de que encontrasen un espécimen entero que a su vez atrajese la atención de genetistas de todo el mundo. Entonces supo que esa era la historia que quería contar, la de Genesis 2.0.
El problema que habría de sortear era encontrar a alguien que pudiera rodar allí, ya que el acceso es ilegal para los extranjeros. Así es como se alió con el yakuto Maxim Abugaev, que se convirtió en co-director e hizo el trabajo de campo en la tundra, conviviendo entre los buscadores de colmillos.
Genesis 2.0 se alzó con el Premio Especial Del Jurado a mejor fotografía documental en Sundance 2018, y el 26 de octubre se podrá disfrutar en el marco del Another Way Film Festival 2019.
LA PELÍCULA
A grandes rasgos la relación entre Genesis 2.0 y el medioambiente es más sutil que manifiesta, pero en el fondo del relato se encuentra la premisa de que el calentamiento global es el causante de tantas líneas argumentales como se plantean en el documental. El inexorable descongelamiento del permafrost en las islas de Nueva Siberia está acercando a la superficie los restos de los extintos mamuts lanudos, magníficas criaturas que ejercen de columna vertebral de la cinta.
Genesis 2.0 navega por dos cauces, directamente dependientes del interés específico que suscitan los restos de mamut hallados, y cada uno dominado por la cámara de uno de los dos directores. En primer lugar, Maxim Abugaev nos acerca a la dura realidad de las docenas de hombres que cada verano recorren en simples lanchas motoras 350 km por mar, para llegar a las inhóspitas islas de Nueva Siberia. Allí acampan y se afanan en excavar durante meses con el objetivo de encontrar colmillos de mamut, que en buenas condiciones de conservación, se venden a precio de oro en el mercado chino. Se hacen llamar buscadores y recurren a esta salida para saldar deudas económicas, o simplemente, porque el hombre siempre ansía más.
El documental orbita en todo momento entorno a la ambición sin límites del ser humano, dispuesto a conquistar lo invisible por muchos peligros que entrañe. Esta idea enlaza con los simposios sobre biología sintética, donde eminentes genetistas como George Church son vistos como celebrities y juegan a ser dioses. Christian Frei es el encargado de guiarnos a través de convenciones y laboratorios en los que se diseñan híbridos entre caballos y cebras, ovejas y cabras; o empresas que ya comercializan clones de perros como reemplazo de mascotas fallecidas. Para todos estos colectivos de científicos el hallazgo del cuerpo completo de un mamut en el hielo ártico abre la posibilidad de revivir una especie extinta siglos atrás. Es así como se inician expediciones que permiten ensamblar ambas partes de Genesis 2.0: la que habla de los buscadores de colmillos, y la que sueña con devolver a los propietarios de dichos colmillos a la vida.
Estamos ante una cinta que remueve las entrañas y la conciencia, que asombra y genera curiosidad a la par que produce horror, escepticismo e incluso rechazo. El estilo narrativo de Genesis 2.0 es claramente expositivo pero no por ello más fácilmente digerible. Las reflexiones éticas que plantea son tan profundas como incómodas, y nos sobrevolarán durante las cerca de dos horas de metraje.
ELLOS Y ELLAS
De nuevo podemos separar a los protagonistas del documental en dos grupos: por un lado los buscadores de comillos, y por el otro la comunidad científica. Genesis 2.0 pone el foco central en los hermanos Grigoriev, contraponiendo a Peter que es buscador, con su hermano Semyon que regenta el Museo del Mamut en la Universidad Federal del Noreste de Yakutsk.
Entre los buscadores también encontramos a Spira, un padre de familia desempleado que viaja por primera vez a Nueva Siberia. Al otro lado del espectro, tenemos al citado genetista George Church, y al doctor Woo Suk Hwang, quién hace algunos años protagonizó un escándalo de fraude y métodos poco éticos por sus experimentos con células madre. Él es la cabeza de Sooam Biotech, la empresa de clonación de perros más importante del mundo.
Sumados a todos ellos, Christian Frei y sobre todo Maxim Abugaev se convierten en dos protagonistas más con su intercambio de correspondencia que sirve como hilo conductor de la cinta.
LA SORPRESA
Cuando el documental toca el tema de la clonación en la actualidad es difícil no encogerse. Sorprende y produce escalofríos ver hasta dónde ha llegado la ciencia en este ámbito, y hasta donde pretende llegar. Estamos más cerca de las películas de ciencia-ficción de lo que creemos.
LA SECUENCIA / EL MOMENTO
La secuencia de apertura nos muestra la travesía de los buscadores a través del mar helado. Se dirigen hacia un territorio misterioso, se ponen en manos de los elementos. Una voz en off recita pasajes pertenecientes a la tradición oral yakuta. Este inicio tan inquietante marcará el desasosiego que nos acompaña durante toda la cinta.
TE GUSTARÁ SI…
Sobre todo si te interesa la ingeniería genética y quieres saber hasta qué punto se ha avanzado en el área de la clonación.
LO MEJOR
- Trata una realidad muy poco conocida.
- La fotografía de Maxim Arbugaev.
- Las reminiscencias a la saga Parque Jurásico.
- Max Richter participa en la banda sonora.
LO PEOR
- Da la sensación de que el documental deja varios temas en el aire. Por ejemplo nos quedamos con las ganas de profundizar más en las motivaciones de los buscadores para dejar su vida en pausa y someterse a un año de peligro en Nueva Siberia.
- Su ritmo pausado se ve acentuado por una duración algo excesiva.
Aitziber Polo
AWFF 2019: 10 TÍTULOS QUE NO TE PUEDES PERDER
#ContenidoRelacionado
