DESCONFINADOS: 10 PELÍCULAS EN LAS QUE CONSEGUIMOS SALIR AL EXTERIOR
Poco a poco las ciudades de nuestro país se van desconfinando. Algunas más rápidas que otras, pero la sensación general es de alivio y de «vuelta» a una normalidad terriblemente anhelada. Y es que la salida al exterior ya no solamente se entiende como una simple acción, sino como una victoria y el fruto de unos esfuerzos inimaginables hace unos meses. Por ello, y para celebrar que poco a poco estamos consiguiendo salir de nuestros lugares de residencia, os dejamos una lista de 10 películas en las que el hecho de salir al exterior marca un antes y un después en la trama. ¿Listos para sentir el aire fresco en vuestros rostros?
(Atención: esta lista contiene spoilers)
Soy un Fugitivo (Mervyn LeRoy, 1932)
Empezamos esta lista lanzando una advertencia: aunque salgamos al exterior nada asegura que no vayamos a volver a estar confinados. Y es que Soy un Fugitivo parece llevar a efecto esta idea a la perfección, pues su protagonista huye y retorna al campo de trabajo forzado en el que se encuentra un total de dos veces. Además de ser un grito a favor de los derechos humanos y de la reinserción, el filme demuestra que quizás el peligro se encuentre a fuera y no en el interior. Moraleja de todo: tengamos cuidado con lo que hacemos una vez estemos desconfinados, dado que a lo mejor todo se tuerce y debemos volver a las ya insufribles cuatro paredes de nuestra casa.
El Coloso en Llamas (John Guillermin, 1974)
El edificio más alto del mundo, una fiesta de inauguración, un incendio de dimensiones descomunales y un constructor corrupto. ¿Qué podría salir mal? El Coloso en Llamas demuestra, a través del binomio vértigo-claustrofobia, que a veces los opuestos pueden llegar a convertirse en sinónimos. Poniendo el foco en decisiones arriesgadas que pueden solucionar el conflicto o agravarlo aún más, la cinta parece predecir lo que una década más tarde sería (y perfeccionaría) La Jungla de Cristal. Digamos que, en cierta manera, este clásico del cine catastrófico materializa nuestras ansias de salir al exterior y huir del infierno en el que se ha convertido cualquier espacio cerrado.
Fuga de Alcatraz (Don Siegel, 1979)
Resulta casi obligatorio dedicar una parte de esta lista a las fugas carcelarias dentro del cine. Siendo las prisiones uno de los espacios más opresivos de acuerdo a nuestro imaginario colectivo, no podíamos mencionar otra película que no fuese Fuga de Alcatraz. A partir de la realidad de uno de los escapes más icónicos de la historia de la humanidad, el filme protagonizado por Clint Eastwood retrata las estrategias que llevaron a cabo este grupo de presidiarios a la hora de huir de la «cárcel con más seguridad del mundo». ¿Qué ocurre con ellos una vez consiguen salir al exterior? Nadie lo sabe, pero lo que sí sacamos en claro es que nada puede retener las ansias de libertad de una persona.
Daylight (Pánico en el Tunel) (Rob Cohen, 1996)
No nos engañemos: todos hemos sentido alguna vez claustrofobia dentro de un túnel. Al fin y al cabo, se nos hace antinatural el hecho de conducir y no sentir la sensación de libertad que dichos vehículos transmiten. Más aún si a un kilométrico pasaje subterráneo le sumamos explosiones químicas, inundaciones y maquinaria incontrolable. Con esta premisa inicial que recuerda a las icónicas catástrofes de la saga Destino Final, Daylight: Pánico en el Tunel combina los mecanismos del cine de escapismo con el héroe arquetípico propio de Sylvester Stallone. Nos deja, de esta forma, una de las salidas al exterior más asfixiantes y anheladas de todos los tiempos, convirtiendo esta película en una obra indispensable dentro de nuestra lista.
Cube (Vincenzo Natali, 1997)
Si nuestro objetivo es escapar de un espacio opresivo y conseguir salir al exterior, la tendencia escape room en el cine es uno de los ámbitos a investigar. Cube se podría considerar, precisamente, como la película madre de este subgénero y una de nuestras indispensables para aquellos que busquen pasar un rato de tensión y angustia. Cimentándose sobre una trama que a veces recuerda al experimento del gato de Schrödinger (ya sabéis, hasta que no abramos la caja no podremos saber si el gato está vivo o muerto), el filme de Vincenzo Natali demuestra que la solución siempre se encuentra delante de nuestras narices. La infinita estupidez humana retratada en este caso a partir de un rompecabezas cuyo objetivo no es otro que el de hacernos partícipes de nuestra propia deshumanización.
Chicken Run: Evasión en la Granja (Nick Park y Peter Lord, 2000)
Gallinas intentando escapar de una granja en la que son explotadas hasta la muerte, ¿por qué no? La maravillosa película de stop motion Chicken Run: Evasión en la Granja no podía faltar si se trataba de salidas al exterior icónicas. Presentándonos una clara analogía con los campos de concentración nazis y, si estiramos un poco más el chicle, con el fenómeno de los vientres de alquiler, la cinta de animación discurre constantemente entre el terreno infantil y el adulto. Y es que, de hecho, bajo la faceta más ingenua de su trama hallamos una cruda reflexión política sobre el holocausto y la Segunda Guerra Mundial en general. Todo esto alimentado a partir de una multitud de capas irónicas, arquetipos nacionales e incluso simbolismos sociales. ¿Listos para ver volar a este extraordinario grupo de gallinas?
Buried (Enterrado) (Rodrigo Cortés, 2010)
Nos permitiremos hacer un poco de trampas con este caso, pues Buried (Enterrado) se caracteriza precisamente por su trágico final en el que el protagonista no consigue escapar del ataúd en el que se encuentra. Sin embargo, sí que se produce una salida al exterior de otro personaje. ¿Y si, en realidad, la propia película se equivoca a la hora de elegir protagonista? ¿Y si la salida en fuera de campo es el verdadero final del filme? Muchas dudas nos surgen a la hora de pensar en el final de esta cinta, pero lo que sí sacamos en claro es que podemos relacionarlo perfectamente con la famosa fase 0.5 que tanto revuelo ha causado estos últimos días. Quizás la salida al exterior de Buried (Enterrado), al igual que varios territorios del país, se haya producido con ciertas restricciones.
La Habitación (Lenny Abrahamson, 2015)
La Habitación es un caso curioso dentro de esta lista, pues la salida al exterior se produce en el segundo acto, casi como si fuese el impulsor de la verdadera trama de la película: la sanación de los lazos maternofiliales. La huida ya no como continuación de la vida pasada, sino como el resurgir de una nueva que tambaleará los cimientos hasta ahora estables. Y es que la cuestión principal del filme, cómo explicarle a un niño que su habitación es solamente una ínfima parte del mundo, nos deja un relato sobre la crudeza y la ingenuidad que pocos podrán olvidar. Al fin y al cabo, los límites de una habitación son incapaces de contener la sed de descubrimiento de un niño. Al fin y al cabo, los límites de una habitación son incapaces de contener el rencor de una madre a la que se le ha privado de una maternidad normal.
El Bar (Álex de la Iglesia, 2017)
Con una premisa que casa a la perfección con la situación que vivimos actualmente, El Bar reúne los arquetipos españoles más clichés en este lugar casi de culto dentro de nuestro país. La amenaza de un exterior apocalíptico se va introduciendo progresivamente en las cuatro paredes de un bar de barrio hasta hacer estallar los cimientos de la empatía. Y es que, de hecho, el supuesto virus que amenaza a sus protagonistas no es más que una excusa para hiperbolizar la absurda sociedad española y hacernos ver los valores que prevalecen en mitad de una pandemia. Curiosamente aplicable a cierto fenómeno que está ocurriendo en España estos últimos días, ¿verdad? Si es que Álex de la Iglesia siempre fue un visionario.
Brigsby Bear (Dave McCary, 2017)
¿Y si resulta que el mundo de fantasía y casi apocalíptico en el que has vivido toda tu vida resulta ser una farsa? ¿Y si tus padres, en realidad, son tus secuestradores? ¿Y si el héroe al que has admirado desde pequeño no es otra cosa más que un mero disfraz? Si en La Habitación la salida al exterior se producía en el segundo acto, en Brigsby Bear lo hace en los primeros minutos de la película. Y es que el choque casi simbiótico entre la mentalidad adulta y la infantil nos regala una verdadera oda a la ficción, la nostalgia, la madurez y la pérdida de tu vida pasada en medio de un mundo caótico. En cierta manera, todos somos el protagonista de Brigsby Bear intentando volver, aunque sea para despedirse, a sus propias raíces.
Hasta aquí nuestra lista sobre salidas al exterior icónicas. Desde las más catastróficas hasta las más humanizadas, queda claro que la ficción es siempre aplicable a nuestras vivencias del día a día y que, al fin y al cabo, las películas son un reflejo de nuestro imaginario colectivo.
Y vosotros, ¿qué salidas al exterior echáis en falta en este artículo?
Martí Farrés
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