Matsuri ha dejado de ser un problema para la relación de Yuzu y Mei, pero como siempre, la serie tiene que imponer barreras —en esta ocasión llamada Sara— entre un amor que no sabemos si llegará a aflorar en esta temporada, ya que por cómo están sucediendo los hechos y teniendo en cuenta que el manga todavía no ha concluido imaginamos que tendremos una segunda temporada. Dejando este aspecto de lado volvemos a tener una semana llena de tensión, donde el vínculo conseguido entre Yuzu y Mei parece que cada vez esté más lejano…
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Esta semana el episodio nos lleva justo al punto donde terminó la semana pasada. Mei rechazando a Yuzu de nuevo y dejando de lado a su hermanastra. Una Mei totalmente diferente y más egoísta, una Mei que parece ya no mirar por Yuzu y que tan sólo parece importarle su orgullo. Un personaje odiado y querido al mismo tiempo. Un personaje lleno de carisma y fuerza que te golpea fuerte para ofrecerte una realidad muy cercana a nosotros. El dolor del rechazo. Ambas están dolidas y pese a realmente querer estar juntas —o al menos eso queremos pensar— cada una camina hacia una dirección diferente. Una dirección que, sinceramente, no sabemos si en algún momento se volverá a unir. Al menos a lo largo de esta temporada.
Un viaje que rompe corazones
Yuzu se apoya en sus amigas e intenta arreglar la situación de todas las formas posibles, pero ante todos los intentos recibe una respuesta negativa por parte de Mei. Una situación bastante frustrante que no sabemos cómo podrá terminar. Llega el día del viaje por la ciudad y todas acuden a un templo donde cuenta la leyenda que puedes reforzar tus relaciones, sean de la índole que sea. Yuzu pone todas sus esperanzas en los dioses, pero éstos parecen fallarle cuando Sara, la chica de pelo plateado que apareció en el episodio de la semana pasada, viene pisando fuerte y se le declara por completo a Mei, pidiéndole una cita y dejando claras sus intenciones. Pero lo más sorprendente de esta situación es la respuesta de Mei. Le concede esa cita.
De vuelta al hotel Yuzu intenta de nuevo hablar con Mei, pero su hermanastra le confiesa que ha conocido a alguien y que no quiere nada más con ella. De nuevo el corazón de Mei se parte en mil pedazos y todavía sin saber quién es esa cita. Yuzu conoce a Sara y sabía que estaba enamorada de alguien, pero no sabe que ese alguien es su querida Mei. ¿Podrá aceptar esta «relación»? Llega el gran día y tras haber coincidido en el baño Yuzu y Sara y contarse sus situaciones actuales, ninguna de las dos descubre quién es la pareja de la otra. Una incógnita que cuando sea desvelada puede acabar el cólera. Yuzu de nuevo vuelve a intentar arreglar las cosas con Mei, y de nuevo Citrus nos ofrece una escena bastante tensa entre ambas donde la pasión y los sentimientos pasan de la pantalla a tu corazón. Yuzu está dispuesta a todo pero Mei le pide que se marche. Otra vez… Yuzu sale de la habitación, pero está dispuesta a luchar con todas sus fuerzas por Mei ya que sabe que nadie la quiere como ella.
Llega el día de la gran cita. Mei queda con Sara, y Yuzu busca sin descanso a su hermana. Al final descubre dónde está pero no se encuentra con ella, sino con la hermana de Sara quien le confiesa a Yuzu toda la verdad. Una verdad que no logra aceptar y no sabemos, al menos hasta la semana que viene, cómo reaccionará. Y por si no tuviéramos suficiente con eso, Citrus nos ofrece uno de los mejores finales de la temporada. Sara le pide un beso a Mei y… el negro tiñe completamente la pantalla. Tendremos que esperar siete días para saber si realmente Mei aceptará ese beso, si Yuzu llegará a tiempo para impedirlo o si el camino de ambas acabará separándose por completo. Pero de lo que estoy completamente segura es que la semana que viene acabará la primera temporada de Citrus, y sin duda, debe haber, o tendría que haber una segunda, para ver hacia dónde va la relación entre Yuzu y Mei.
Marisol Navarro
