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ALFRED HITCHCOCK PRESENTA: BONES

 

bones episodio 200

 

El pasado jueves 30 de abril, La Sexta emitió el capítulo 200 de BONES. Para celebrar un cumpleaños tan especial, se transportó todo su universo a los años cincuenta, realizando uno de los capítulos más espectaculares de sus diez temporadas. Y homenajeó al gran maestro de la narración cinematográfica, ALFRED HITCHCOCK.

La historia gira en torno a un crimen. Brennan interpreta a una agente de policía en un cuerpo machista, mientras que Both da vida a un ladrón de joyas. El capítulo arranca con un prólogo en blanco y negro y la voz en off de un periodista que cubre la llegada de dos actores famosos (Brennan y Both) al estreno de su última película. Es un giño al cine de los grandes estudios, y al glamour que desprendían todos sus actos públicos. Pero también es un homenaje a BONES, porque los actores dejarán marcadas sus manos y su firma en el yeso fresco de su particular paseo de las estrellas, mientras se nos recuerda su trayectoria actoral y su gran carisma. Todo termina cuando comienza la proyección, introduciéndonos en un mundo de technicolor.

BONES hitchcock

La primera escena comienza con la policía y el ladrón persiguiéndose por una mansión, ella intentando darle caza y él intentado robar las joyas. Las decisiones de dirección cumplen las expectativas en un ejercicio de lenguaje cinematográfico hitchcockiano. Todo es narración visual, incluso la peligrosidad de un criminal se nos revela en el titular del periódico, creando ya un sentimiento de peligro. Y usando con mucha habilidad el adelanto de información. Sabemos dónde está el enemigo, mientras que la protagonista lo ignora. Sufriendo así las consecuencias dramáticas del suspense, cimentado en la inminencia del peligro.  La escena termina cuando el intruso abre la enorme caja fuerte que buscaba desde el principio, y en lugar de joyas encuentra un cadáver calcinado. Lo que no sólo sirve para que BONES sea BONES (resolver un crimen a partir de un esqueleto), sirve también para jugar con otra idea made in HITCHCOCK: el falso culpable, porque Both será acusado de un asesinato que no ha cometido.

El juego autorreferencial es constante. No solo porque sus actores encarnan a otros personajes, sino porque esas nuevas identidades son vidas paralelas que recuerdan (incluso parodian) sus roles habituales.

200 bones

La estética y la puesta en escena están cuidadas al milímetro para que viajemos en el tiempo. Desde los fondos proyectados mientras conducen (Cadillacs, por supuesto), hasta el look y el vestuario (EMILY DESCHANEL luce un peinado a lo GRACE KELLY), pasando por los decorados y los exteriores elegidos. Si bien es cierto que la planificación a partir de la segunda escena ya es más televisiva, hay situaciones que son verdaderos homenajes. Sobre todo a CON LA MUERTE EN LOS TALONES. Está el asesinato con cuchillo arrojadizo que HITCHCOCK ambientó en el edificio de las naciones unidas; está también la mítica escena de la avioneta, pero invertida. Aquí es Both el que perseguirá el avión, corriendo hasta alcanzarlo. El humor constante creado en torno a la tensión sexual de los protagonistas también aparece también responde a la influencia directa del director inglés. Chistes punzantes que se lanza la pareja condenada a entenderse funcionan como un cortejo de ironía que se consumará. Es cierto, DAVID BOREANAZ no es CARY GRANT. Pero, ¿quién lo es?

 

con la muerte en los talones BONES

 

Como última curiosidad para los amantes de la música, interpretando a un bluesman sin techo encontramos a BILLY GIBBONS , guitarrista y cantante de ZZTOP.

Billy Gibbons Bones

 

No podemos cerrar el artículo sin nuestro peculiar homenaje al HITCHCOCK televisivo. El cineasta visionario creó la televisión de autor con ALFRED HITCHCOCK PRESENTA, una colección de 268 relatos de crimen y misterio, dirigiendo 17. Incluyendo el primer episodio: VENGANZA, una auténtica obra maestra que elevó la TV de entretenimiento a arte, ¡en 1955! Él mismo se convirtió en el showman, presentando y despidiendo cada entrega, con un fino sentido del humor. Años después pasaría de los 22 minutos originales a 50, en LA HORA DE ALFRED HITCHCOCK. Historias más complejas, de excelente calidad, pero no siempre mejores que sus predecesoras. Fue tan importante para la educación audiovisual de futuros realizadores, que en los años ochenta comenzó EL NUEVO ALFRED HITCHCOCK PRESENTA en forma de remake. Ya a todo color, muchos directores noveles hicieron sus pinitos renovando sus episodios predilectos. Uno de esos jóvenes era TIM BURTON, que rehízo EL TARRO, adaptación de un cuento de Ray Bradbury. BURTON encontraría aquí su estética gótico-pop y su afición por la iluminación colorista que le acompañaría durante todos sus grandes films.

 

Es de justicia poética que sea una serie de televisión la que recupere a HITCHCOCK. No olvidemos que tanto la crítica como sus compañeros de profesión nunca le perdonarían que se «rebajara» a un medio considerado inferior. El tiempo pone a cada uno en su lugar, y hoy sabemos mejor que nunca que el genio sabía a la perfección que la pantalla pequeña podía albergar ficciones igual de potentes que su hermana mayor. O incluso mejores.

Toda la información sobre BONES en su PÁGINA OFICIAL de La Sexta

bones

César Valladares Pérez

 

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Que se hable de mi, aunque sea para bien.