THE WALKING DEAD 8×11: VIVOS O MUERTOS
Tras el fiasco del capítulo 8×10 de esta temporada, que ya está siendo dramática para los índices de audiencia, regresamos a The Walking Dead y a otro capítulo de transición (¿y cuántos van ya?). De nuevo en la casilla de salida, aunque nos hemos encontrado algún pasaje que ha calmado nuestra desesperación ante este bucle infinito. Analizamos el episodio de esta semana a continuación.
Atención: Contiene spoilers
Daryl, Tara y Rosita, junto al resto de supervivientes del asalto a Alexandria y al extraño Dwight, tienen que encontrar una ruta segura para llegar a Hilltop. Cosa nada fácil, pues los Salvadores les están cercando. Entonces Dwight les indica que lo mejor sería cruzar el pantano, una zona tan peligrosa que Negan no deja que los suyos se acerquen por allí. Aceptan la propuesta, a pesar de las reticencias de Tara, que sigue clamando venganza contra el asesino de su novia. La mujer aprovechará que algunos de su grupo van a despejar el camino de caminantes para quedarse a solas con Dwight y ejecutarlo, pero se encuentran con un grupo de enemigos, y cuando están a punto de dar con ellos, él saldrá para alejarlos de los fugitivos. Los de Negan no saben que les ha traicionado, así que la acogen como siempre. Tara vuelve con los suyos, les explica lo ocurrido, lo que hace que se gane una reprimenda, y todos llegan sanos y salvos a Hilltop, donde darán las malas noticias sobre la muerte de Carl a sus amigos.
También seguimos al padre Gabriel y al doctor Carson en su huida. El cura está muy enfermo y hasta pierde visión a causa de la terrible infección, pero no la fe. Se cree iluminado por la gracia de Dios y que este le guiará en su misión. De repente empiezan a salirles las cosas bien: encuentran una casa, antibióticos, las llaves de un coche y un mapa de la zona… Entonces el médico cae en una trampa y está a punto de ser comido por los mordedores, pero Gabriel puede salvarlo a pesar de su ceguera. Cuando están a punto de coger el coche, unos Salvadores aparecen, y al intentar escapar de nuevo, Carson muere.
Negan quiere atacar Hilltop y acabar de una vez por todas con sus enemigos. Hablará con Eugene, que está aterrado por si es descubierta su traición al ayudar al cura a escapar con el médico, pero se vuelve a envalentonar cuando el líder de los Salvadores le ordena que dirija la fabricación de balas. A ese taller llevarán a Gabriel para que haga de mano de obra, cosa que desespera al cura. Después, Negan se enfadará al saber que no tendrá la munición necesaria en el tiempo previsto, aunque Eugene le dará una nueva técnica para desmoralizar a sus enemigos: tirar cuerpos desmembrados de zombis sobre Hilltop. Este cambiará un poco la idea y pedirá a los suyos que unten sus armas en sangre de muerto para provocar el mayor daño posible. A continuación, vemos como Rick y Michonne llegan a Hilltop.
Como comentábamos al principio del artículo, volvemos a estar como al principio de la temporada: dos bandos que van a luchar con todas sus fuerzas por destruir al otro. Quizá las diferencias vengan marcadas por esos personajes que actúan alejándose de las premisas de grupo y que serán imprevisibles en su comportamiento. Por ejemplo, Dwight, que vuelve a estar junto a los Salvadores, pero… ¿seguirá siendo un infiltrado o ya no querrá saber nada de Rick y los suyos? Por otro lado está Eugene, que vuelve a revelarse como el más cobarde y egoísta, y que tras saber que no ha sido delatado por Gabriel, le da nuevas ideas a su protector para ganar la guerra, sin importarle el daño que puede hacer a otros seres humanos. Lo que más nos ha llamado la atención ha sido ver el camino a la desesperanza del cura. Un hombre de fe que creía poder redimirse de sus pecados consiguiendo un médico para Maggie. Realmente parecía que Dios le estaba dejando señales para conseguir su objetivo…, hasta que la ilusión se rompe y nos hace pensar que ha sido un diablo juguetón el que guiado sus pasos para que no pueda volver a creer en nada jamás.
Se retoma una trama de los cómics, la de impregnar las armas en la sangre de los caminantes, y está claro que, al igual que en los libros, Dwight será importante para el devenir de los acontecimientos. Pero a partir de aquí, volvemos a caminos conocidos, a calles que van de ningún sitio a ninguna parte, sin avanzar (excepto en metraje), para completar los capítulos que se contrataron. Quizá los responsables de la ficción solo quieran dejar pasar el tiempo hasta llegar a una nueva temporada fresca y revolucionaria, pero hasta entonces nos quedan cinco capítulos que deberían saber aprovechar de algún modo o el abandono de espectadores será aún mayor. ¿Hasta cuándo va a durar esto, Rick?
Rocío Alarcos