THE GOOD FIGHT: ALICIA WHO?
Dos temores nos invadieron cuando supimos que CBS, pocas semanas después del final de The Good Wife, había puesto en marcha junto a Robert y Michelle King una secuela de la serie con el personaje de Diane Lockhart en el centro de la historia. Por un lado, había pasado muy poco tiempo desde la despedida de una de las grandes series de la década y su secuela podía embarrar el buen recuerdo que nos había dejado. Por otro, estaba el riesgo de continuar una historia que mostraba síntomas de agotamiento y prescindiendo de su absoluta protagonista. Pero cinco minutos de The Good Fight nos bastaron para relajarnos y disfrutar.
Diez episodios después, con su primera temporada recién finalizada, el balance no nos puede resultar más positivo. Los King han sabido recuperar todo lo que hacía grande a la serie madre y prescindir de lo que ya no funcionaba tan bien como al principio. La música, las altas dosis de comedia, el azote a los republicanos, la inteligencia de tratar temas de ultimísima actualidad… todo ha seguido encajando de tal manera que se ha demostrado que lo que impedía a The Good Wife perpetuarse era su propia protagonista.
De lo nuevo, lo mejor
Una vez cerrada la historia de Alicia Florrick, los creadores han decidido (con acierto) mantener a Christine Baranski en un segundo plano y encontrar una némesis de Alicia en Maia Rindell. El descenso a los infiernos, público e involuntario, de la joven abogada al comienzo de la serie es paralelo pero con la suficiente entidad como para no sentir que nos están contando lo mismo otra vez. Rose Leslie (Juego de tronos) consigue crear un personaje vulnerable, desconfiado y al que apenas le empiezan a salir los dientes.
El cambio de entorno también ha sido fundamental para que The Good Fight tuviera identidad propia. La llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos ha venido muy bien para hablar de racismo, brutalidad policial y libertad de expresión en un bufete con mayoría de abogados afroamericanos. La serie ha sabido adaptarse perfectamente a las circunstancias para ser actual en un momento de constantes cambios políticos.
Los personajes de siempre
Unos de los aspectos que hacían más atractivas las tramas judiciales en The Good Wife eran los personajes episódicos. Que los King hayan recuperado a algunos de ellos para su nueva serie, incluso ascendiendo a Marissa Gold (Sarah Steele) a personaje regular, ha jugado a favor de la transición entre ambas series.
Los tres episodios en los que ha participado Carrie Preston (True Blood), con su memorable Elsbeth Tascioni, han supuesto el mayor happy place de la temporada para todos los fans de esta peculiar y poco ortodoxa abogada cuya presencia en pantalla siempre asegura carcajadas.
Crush Jumbo (demostrando que su Lucca Quinn tenía mucho recorrido por delante), Matthew Perry (Friends) o John Benjamin Hickey son algunas de las caras que se han recuperado con acierto y a las que probablemente continuemos viendo en próximas temporadas.
El futuro de la serie
https://www.youtube.com/watch?v=lv6xMh9Q6O8
CBS, que tiene en The Good Fight una de sus principales bazas de contenido en la plataforma All Access, ya ha confirmado la renovación de la serie por una segunda temporada que, en España, podremos seguir viendo a través de Movistar. Precisamente el hecho de no emitirse de forma lineal, habiendo reducido en más de la mitad el número de episodios por año respecto a The Good Wife, ha ayudado a dosificar mejor la trama horizontal (el escándalo financiero protagonizado por los Rindell) y a dejar a los espectadores con ganas de más. De momento no se ha confirmado fecha de regreso, pero sería raro volver a verla antes de 2018.
Fon López