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FINALES DE TEMPORADA REDACTORES SERIES

SPASIBO, THOMAS SHELBY. SEGUIMOS SIN TOSERLES A LOS PEAKY BLINDERS

peaky blinders en El PalomitrónLo de esta serie ya es chulería y ha sido esta tercera temporada de Peaky Blinders la que lo ha demostrado. Su primera temporada llegó sin hacer mucho ruido, a pesar de que a los Shelby les gusta dejar huella allí por donde pisan. Dio muestras de ser una serie con mayúsculas desde su primer episodio, sin dárselas de nada, sin querer reinventar ningún género, solo contar, de la mejor manera posible, lo que esta familia tenía que mostrarnos. Destacaban, sobre todo, una fotografía que envidiar por muchos largometrajes, una banda sonora anacrónica pero certera, un vestuario monocromo y con accesorio fetiche, unos diálogos que quitaban el sentido y un protagonista con un carisma tal que podría hundir Gran Bretaña de un soplido. Y llegó esa segunda temporada con el titán Hardy moviendo tempestades y trayendo consigo a cientos de fans que no lo abandonan ni a sol ni a sombra.

Y llegaron los rusos

La tercera temporada de Peaky Blinders lo tenía difícil. Superar una primera temporada redonda, a la que le siguió una segunda de locura, era una tarea complicada y nada esperanzadora. Pero si en la primera luchaban contra la propia policía, en la segunda terminaban de lidiar con estos (y con su nuevo enemigo Alfie Solomons, así como con familias como la de Sabini), en esta tercera temporada llegan los rusos. Thomas decide que su familia tiene que vivir con lo mejor, pues se lo merecen, pero parece no percatarse de que cuanto más quieres, más alto será el precio que debes pagar. Sus nuevos negocios, a los que toda su familia es contraria, acabarán por costarle más caros de lo que Tommy puede manejar.

La tríada Shelby

Los dos pilares que cierran el triunvirato Shelby son Arthur y Polly. Y no es de extrañar. Además de ser los personajes a los que más carga emotiva se les da (Arthur es la cólera, el nervio, la acción, la mano que aprieta el gatillo cuando Tommy lo ordena; por el contrario, Polly es la calma y el raciocinio que el jefe Shelby necesita). No cabe duda de que si ellos poseen tanta carga en el guion es porque lo merecen. Paul Anderson y Helen McCrory son grandes actores, aunque sea con pocas palabras (es ahí donde reside su esencia). El gesto de Arthur se muestra siempre enfadado, continuamente contenido, pues no quiere defraudar a su hermano, aunque la mayor parte del tiempo no esté de acuerdo con él. Polly lo dice todo con la mirada, con esos ojos que pueden emanar la mayor ternura o el más ponzoñoso de los venenos.

Dos minutos son suficientes para Hardy

Pero esta temporada no se caracteriza solo por los giros tan dramáticos en la vida de los Shelby. También ha habido hueco para el humor y a esto ha contribuido mucho Tom Hardy. La primera aparición de Alfie Solomons (que se ha hecho de rogar hasta el 3×05, penúltimo capítulo de la temporada), lejos de ser intimidante, es cómica: sus gestos, su acento o el modo de posicionar la boca al hablar hacen que nos sea imposible comprender ni una sola palabra sin subtítulos. Pero el minuto de oro del humor se produce en el reencuentro entre Arthur y Alfie, personajes que, irónicamente, se detestan, cuando en la vida real son inseparables.

Hardy no necesita más de dos minutos para aparecer en escena y quedarse con la temporada. Robarle el protagonismo es algo sumamente complicado, pero en este caso tiene a un poderoso contrincante: Thomas Shelby no retrocede, no pestañea ni se inmuta e incluso venera y respeta al chalado de Solomons, por lo que resulta muy complicado hacer temblar a Cillian Murphy.

Mucho más que una serie

La fotografía vuelve a materializarse de tal forma que se convierte en un personaje más. Con el uso de contrastes y de planos muy simétricos se consigue una fotografía subjetiva en la que podemos encontrar belleza hasta en la escena más sangrienta. Y la música, ¡ay, la música! En esta temporada, no solo han acudido a sus grupos referente, sino que le han dado otra categoría a la banda sonora de la serie. Entre otras cosas, Leonard Cohen ha lanzado su nueva canción en el episodio 5, el mismo capítulo en el que se le hacía un oportuno homenaje a uno de los fans de la serie y amigo de Murphy, David Bowie. Su «Lazarus» suena en el fatídico inicio del 3×05, donde un Tommy herido se mueve entre el mundo de la ensoñación y el real en una especie de limbo, antes de regresar a la vida.

La temporada ha sido breve y certera, como sus predecesoras, dejándonos con un cliffhanger que no sabemos cuánto tiempo tardaremos en resolver. Lo que sí sabemos es que Peaky Blinders ha sido renovada por dos temporadas más, así que no guardéis vuestras boinas muy lejos: los Shelby no dejarán Birmingham tan fácilmente.

 

Lorena Rodríguez

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Una tarde, con siete añitos, entré en el salón cuando mi madre veía El Padrino. La escena en cuestión era la del caballo y mi madre me gritó que no mirase, pero miré. Desde aquel entonces no pude dejar de mirar, de observar y soñar. Lo más cerquita que pude quedarme del cine fue haciéndome historiadora del arte. El cine es mi Tardis, un Delorean que me hace la vida real más fácil. Mi primera serie fue Urgencias, siempre fiel, a pesar de lo mal que la trató la tele. No sé decirle que no a una serie.