El mercado de las novelas ligeras en España aún está lejos de considerarse mercado como tal. Si bien es cierto que en los últimos años ha habido un esfuerzo editorial —llevado a cabo por las editoras más grandes del sector— por sembrar la semillas, prácticamente la totalidad de las licencias publicadas en nuestro país están ligadas a populares franquicias niponas como Sword Art Online, Re:Zero, Ataque a los Titanes, The Promised Neverland o la filmografía de Makoto Shinkai. A pesar de la existencia de alguna que otra excepción, las editoriales parecen andar con pies de plomo ante la demanda de este tipo de producto cuando se trata de títulos casi desconocidos o de light novels de series de éxito en Japón, pero de un perfil mucho menor en nuestras lindes. Algo lógico teniendo en cuenta tanto la demanda real de este tipo de literatura como la realidad del mercado manga español: uno cuyo incremento en cantidad y variedad de su oferta no se corresponde con la capacidad de absorción de la demanda. 

Una de las editoriales que publica novelas ligeras en nuestro mercado, Norma Editorial, anunció en el 25 Manga Barcelona nuevos títulos que engrosarían el catálogo de esta línea editorial. Entre ellos destacaba el anuncio de tres novelas ligeras desconocidas para el público generalista e independientes de franquicias transmedia. Tu brillo en las noches de luna (Kimi wa Tsukiyo ni Hikari Kagayaku), escrita por Tetsuya Sano e ilustrada por loundraw, encabezaba un pequeño listado de obras narrativas que, a pesar de tener como principal target a un público juvenil, se distancian de la fantasía para tratar temáticas como la vida, la muerte, el suicidio o la esperanza con un tono tan real como directo. La obra de Tetsuya Sano, concretamente, parte de un éxito tanto comercial como a nivel de crítica en Japón, pues el galardón del 23º Gran Premio Dengeki de Novela, las más de 300.000 copias vendidas o la posterior adaptación a largometraje y manga acreditan la calidad de una obra que destaca por la sinceridad y el acercamiento con los que está escrita. El trabajo de Sano es la punta de lanza de una apuesta editorial que, esperemos, se quede en algo más que un pequeño oasis.

«Cuando fallece la persona amada,

hay que quitarse la vida». 

Desde la muerte de su hermana mayor, Meiko, se podría decir que Takuya Okada vive su vida por inercia. Un golpe de semejante magnitud deja secuelas en cualquiera, y la vida y la percepción de la misma del más pequeño de los Okada cambió para siempre; o, al menos, eso es lo que él pensaba. Takuya Okada comienza el primer año de bachillerato con la apatía y la indolencia con las que afronta su día a día. Sin embargo, este curso tiene como compañera a Mamizu Watarase, un caso propiamente especial. La joven no puede asistir presencialmente a las clases porque está hospitalizada debido a una extraña enfermedad conocida como la enfermedad de la luminiscencia. La afección se denomina así porque el cuerpo de quien la padece brilla cuando se ve expuesto a la luz de la luna; de menor a mayor intensidad en función de cuán cerca esté la persona del momento de su muerte. Cuando Okada visita a Mamizu al hospital para darle una nota de apoyo y ánimos de toda la clase, su vida comenzará a ponerse en movimiento de nuevo y a sentir cosas que jamás había sentido. El encuentro entre los dos jóvenes marca el inicio de una sólida promesa: Takuya acepta llevar a cabo todo aquello que figura en la «lista de cosas que hacer antes de morir» de Mamizu. 

Tu brillo en las noches de luna es una de esas obras que antes de abrir su primera página ya sabes cómo va a terminar. Directa como un puñal, apunta hacia la idea de que no hay milagros, de que esta no es una historia con un final feliz, pero sí es una historia que cree y apuesta por las segundas oportunidades y que busca reflexionar sobre la idea de salvar una vida. A diferencia de títulos similares como, por ejemplo, Quiero comerme tu páncreas, Tetsuya Sano prescinde de comenzar por el trágico final para, acto seguido, retroceder en el tiempo y narrar la fragua de la relación entre sus protagonistas. En este caso, el joven escritor nipón prefiere dejar las últimas notas de la que es una agridulce y vital melodía para el final, dejando al lector la oportunidad de ser testigo del estimulante desarrollo de la relación entre sus personajes sin una amarga imagen ya predefinida. Es una imagen que se intuye, por supuesto, pero se prefiere apostar por avivar una tenue llama a través de pequeños atisbos de esperanza. 

Tetsuya Sano es un autor novel que, ya en su primer trabajo, demuestra tener la capacidad de expresar mucho sin necesidad de grandes cantidades de texto o un lenguaje repleto de florituras. Sencillo y directo, en poco más de 150 páginas el novelista nipón demuestra un increíble manejo de las emociones a través de los aparentemente pueriles actos que lleva a cabo Okada por Mamizu. Sano se sirve de una cuestión tan manida como la de qué haría cualquier persona antes de morir para orquestar una serie de temáticas de gran calado como el valor de la vida, el suicidio o la relación con nuestros seres queridos. Poco a poco, acción tras acción y diálogo mediante, la relación entre los dos jóvenes se baña de cierto espíritu Shakesperiano —la gran obra de Shakespeare, por cierto, tiene protagonismo en la novela; además, Sano lleva a cabo un ejercicio de inversión de roles de género muy a agradecer— que culmina, como cabría esperar, en tragedia. Pero aunque la obra de Sano versa sobre la muerte, al mismo tiempo se erige como una oda a la vida. Es un relato de romance en su superficie, pero de aprendizaje, sacrificio y empatía en su interior. 

Tu brillo en las noches de luna muestra mayor énfasis a la hora de hablar sobre el acto de vivir y seguir adelante pese a las consecuencias que sobre el drama per se. A lo largo de los cuatro capítulos o etapas en los que el autor estructura la novela —estrechamente relacionados con las estaciones del año y con significación narrativa—, los diferentes personajes y vínculos ganan empaque y terminan formando un estrecho círculo donde el lector atisba cierta evolución y termina de encajar alguna que otra pieza dispersa en los primeros compases de la obra. Y es que como decía, Tetsuya Sano crea sin artificios ni grandilocuencias una historia sencilla y directa con un mensaje tan cristalino como la implicación emocional del propio autor en la misma. Gracias a un pequeño epílogo, Sano confiesa qué le llevó a escribir finalmente esta novela y a cumplir su sueño, permitiendo al lector hacerse una idea de cuánto hay del autor en la propia obra.    

La publicación de títulos como Tu brillo en las noches de luna por parte de editoriales de manga es una acción que lleva consigo una serie de riesgos pese a la calidad que pueden atesorar estos relatos. A pesar de contar con una bonita y cuidada edición —más vistosa y de mejor calidad que la de otras obras similares de la editorial—, ésta no está exenta de errores que se podrían haber subsanado con una labor de corrección más exhaustiva. Por otro lado, los 19 € que cuesta pueden suponer un impedimento para un público ya de por sí reducido, no excesivamente propenso a pagar esa cantidad por una novela de estas características. Sea como fuere, Tu brillo en las noches de luna es una obra que profesa una gran sensibilidad con los temas que trata y una pasión e implicación autoral que no se acostumbra a ver. Una obra cimentada en la importancia de los triviales y, a veces, anodinos detalles de cualquier vida humana; en esos pequeños detalles a valorar y rescatar del viaje, sin importar cuál sea el final. Y así es la narrativa de Tu brillo en las noches de luna, una que pese a saber el destino, te mantiene apegado a su trayecto, a las pequeñas acciones que pueden cambiar una vida y a sus incontables imprevistos.

«Sin embargo, por ser empresa ambiciosa,

si se acaba teniendo una larga vida,

habría que dar la mano al ritmo apropiado».

…

Chuya Nakahara

Edu Allepuz